El año nuevo es un imán para los nuevos propósitos. ¿Nuevos? Ni tanto, porque en muchas ocasiones, lo único novedoso que tienen es su no cumplimiento.
En realidad, una vez que llega el punto de la vida en que nos proponemos estos objetivos, lo que sucede es que se suelen ir reciclando año con año. De ese modo, la mayoría de listas incluye adelgazar, hacer ejercicio, completar determinada cantidad de libros, montar un negocio, ahorrar dinero, organizarse, encontrar pareja, etc.
Sí. La lista de propósitos de año nuevo es bastante universal. En donde sea que estés te conseguirás con que los humanos solemos proponernos asuntos muy similares.
Sin embargo, a pesar del ímpetu de año nuevo y de lo motivador del propósito, pocos cumplen con lo que se proponen.
¿Por qué? ¿Qué hay detrás de semejante forma de prometerse acciones y de no cumplirlas?
Veámoslo a continuación.
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1. Quieres correr antes de aprender a caminar o el exceso de expectativas
Ejemplos clichés para referirse a esto abundan. De cualquier modo, no se puede construir una casa ni un edificio sin antes tener bases sólidas.
Suena obvio y repetitivo pero no, aun así muchos no lo comprenden y se aventuran a hacer una lista de propósitos que pretende cambiar algo de forma radical sin antes sentar las bases.
El problema de esto es que rápido comprobarás que el exceso de expectativas termina por frustrarte y dejarte sin ganas de seguir.
2. Te falta confianza
Imagínate tener una piscina en frente y proponerte nadarla toda en un tiempo determinado. Así que empiezas con tu entrenamiento y te mantienes firme en él durante un tiempo, pero, de repente, una idea te asalta: ¿en realidad lo voy a lograr? ¿En realidad estoy hecho para esto?
Una mala gestión de la falta de confianza puede hacer que desistas con la consecuente aparición de momentos de más o menos motivación en los que puedes retomar la idea, normalmente, para desistir con el ímpetu con el que empezaste.
3. Haces una lista larguísima de metas
Estabas haciendo tu lista y un impulso poderoso te hizo incluir en ella un sinnúmero de propósitos. Claro, incluso es lógico que lo hayas hecho si no cumpliste con los propósitos del año pasado y decidiste que este es un buen año para compensar.
El error detrás de esto es que tu tiempo libre para planificar, tu capacidad y hasta tu energía son limitadas. No te engañes con un listado interminable de metas que solo te dejarán con agotamiento y frustración.
En todo caso, clasifica las metas por proximidad y determina cuáles son las centrales y cuáles las periféricas. Por ejemplo, adelgazar una cantidad específica e kilos es la meta central y poder usar esos jeans que te gustan es la periférica.
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4. Tienes expectativas muy altas
Ok, te gustan las cosas bien hechas. Eso está bien, pero la espera constante de la perfección para empezar algo es un saboteador conocídisimo por todas aquellas personas que intentan lograr sus propósitos de año.
La naturaleza humana no escapa de diversas contingencias, mismas que no suelen estar contempladas en una lista de propósitos de año nuevo. Lejos de aferrarse a un pensamiento mágico en el que todo deba salir «perfecto», vale la pena pensar en las debilidades que tenemos para cumplir el propósito y en lo necesario para que se conviertan en fortalezas o, cuando menos, en puntos menos frágiles.
5. Quieres que todo se cumpla rápido
No, no conseguimos una frase menos apropiada que aquella que dice que Roma no se construyó en un solo día. Las bases de cualquier propósito de año nuevo tardan más o menos tiempo y deben ser sólidas para avanzar de forma coherente.
Imaginemos un propósito común de año nuevo: ahorrar dinero. Las prisas pueden hacer que te exijas demasiado y que, por ahorrar todo lo que puedas, te pierdas de vivir experiencias gratificantes porque decidiste anular el presupuesto en recreación y entretenimiento.
Esto es insano, pues, para lograr lo que nos proponemos es importante sentirnos bien y tener tiempo para eso que nos gusta.
6. Falta de precisión e indicadores
Un propósito debe ser medible, pero también alcanzable. Leer más no es medible. Leer 1 libro al mes sí. Leer 5 libros al mes es medible, pero no necesariamente alcanzable.
¿Lo ves?
Se trata de combinar propósitos con indicadores sin necesidad de obsesionarse con los resultados ni de imponerse metas que terminarán causándote frustración.
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7. Crees que puedes lograrlo sin ayuda
La experiencia es un intangible muy mal ponderado. En nuestras conversaciones la mencionamos y hasta admitimos su importancia, pero cuando es necesario pedirle ayuda a alguien que la tenga, el asunto se complica.
Hay dos explicaciones básicas que hemos detectado en sesiones:
- Pedir ayuda nos cuesta porque, en realidad, pedir nos cuesta. Los frenos son diversos, entre ellos el no querer lucir «débil», el qué dirán, la idea de que la persona en cuestión no querrá ayudarte.
- Como no se trata de un producto tangible, de algo que se pueda tocar, entonces tendemos a restarle valor. Ni hablar si es algo que debamos pagar.
Pide ayuda. Si no estás logrando tus propósitos de año nuevo, rompe el bucle que te mantiene con la frustración de tener los mismas metas año tras año.
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