¿Quieres tener pistas acerca de los rasgos de tu personalidad? A casi todos nos pasa.
El motivo de esta curiosidad tal vez sea la necesidad de tener explicaciones acerca de lo que hacemos y de por qué somos como somos.
Una forma de acercarse a ello es el test Myers-Briggs (MBTI por sus siglas en inglés).
Este indicador no tiene por qué ser tomado de forma exacta. Sus resultados sirven como un autoinforme de fortalezas, tipo de personalidad y preferencias de una persona.
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Origen del test Myers-Briggs
Curiosamente, y contrario a lo que muchos pudieran pensar, ni Isabel Myers ni su madre, Katherine Briggs, eran psicólogas ni estaban relacionadas al ámbito de la salud mental.
Su idea de desarrollar este test surge a partir de las lecturas que hacían de Carl Jung.
Específicamente, lo que más les fascinaba era la teoría de los tipos psicológicos que el psiquiatra austríaco había desarrollado sobre la cual pensaban que tenía aplicación en el mundo real.
Contra todo pronóstico, el inventario MBTI es uno de los instrumentos más usados para referirse a la personalidad humana, sobre todo en el mundo organizacional.
El desarrollo de la prueba de Myers-Briggs
Fue durante la Segunda Guerra Mundial cuando comenzaron sus investigaciones.
En ese mismo momento comenzaron a desarrollar el indicador que hoy se usa para comprender las diferencias individuales entre las personas.
El propósito principal del duo Myers-Briggs era ayudar a las personas para que eligieran ocupaciones que se adaptaran mejor a su personalidad para que, de esta forma, al menos en teoría, fueran más felices.
La primera versión del test fue realizada a punta de papel y lápiz.
Enseguida comenzaron a probarla con amigos y familiares y así siguieron haciéndolo durante las siguientes dos décadas.
¿Cuáles son las variables que definen tu personalidad?
El test se basa en 16 tipos de personalidad y 4 escalas diferentes.
Su objetivo es que las personas exploren temas acerca de sí mismos como su compatibilidad con otras personas, aversiones, debilidades, posibles preferencias, entre otros.
Algo que debe quedarte claro es que, según el test, ningún tipo de personalidad es mejor o peor.
Extraversión (E) – Introversión (I)
Jung ya había explorado en la dicotomía extraversión – introversión.
De hecho, puede que sean familiares para ti, pero en el MBTI se usaban de forma ligeramente distinta.
Los extravertidos (en nuestro idioma pasaron a llamarse comúnmente extrovertidos), tienen su “orientación al mundo exterior”.
Su tendencia es a la acción y e interactúan más fácilmente con los demás.
Se caracterizan por sus altos niveles de energía aun después de pasar tiempo con otras personas.
Los introvertidos están más orientados al pensamiento y disfrutan de interacciones sociales profundas, bien sea con pocas personas o a solas con ellos mismos.
Algo importante es que todos nos movemos entre ambos polos en algún momento.
No existe la persona puramente extravertida y viceversa, sino que se trata más bien de predominancias.
Detección (S) – Intuición (N)
No todos recabamos la información del mismo modo.
El mundo que nos rodea, según el MBTI, se procesa de formas distintas.
Algunos usan sus sentidos para prestar atención a su alrededor. Normalmente se centra en hechos específicos, sobre todo en aquellos que son ricos en detalles.
En cambio, hay quienes se fijan más en los patrones generales, con lo cual desarrollan la habilidad de hacer proyecciones en el tiempo.
Pensar (T) – Sentir (F)
Las decisiones que tomamos están regidas por ambos aspectos: nuestros pensamientos y emociones.
Sin embargo, hay quienes tienen predominancia por la parte racional y otros por la emocional, por aquello que algo les hace sentir.
Los más racionales son lógicos y buscan argumentos que los convenzan. No suelen tomar decisiones a la ligera.
Lo más emocionales se fijan en cuánto les gusta o disgusta algo y corren más riesgo de tomar decisiones erróneas debido a esta forma de decidir.
Juzgar (J) – Percibir (P)
La última de las tendencias que determina tu personalidad es esta.
El hecho de juzgar se relaciona con personas que prefieren la estructura y las decisiones firmes.
Quienes se inclinan por la percepción tienden a ser más flexibles y adaptables.
Esto también significa que a los primeros les cuesta más tomar opiniones, mientras que los segundos tienen mayor apertura a cambiar.
Los tipos de MBTI según la escala con la que te identifiques
A partir de la información sobre las diversas dicotomías, se une cada letra predominante en un conjunto que arroja un resultado a manera de arquetipo, tal como lo hacía Carl Jung.
ISTJ – El inspector
ISTP – El artesano
ISFJ – El protector
ISFP – El artista
INFJ – El abogado
INFP – El mediador
INTJ – El arquitecto
INTP – El pensador
ESTP – El persuasor
ESTJ – El Director
ESFP – El intérprete
ESFJ – El cuidador
ENFP – El Campeón
ENFJ – El Dador
ENTP – El debatidor
ENTJ – El comandante
Estas 4 letras proporcionan información sobre tu personalidad y, tal como ves, el proceso es muy sencillo.
Tal vez sea esa sencillez la que hizo popular este, pues, incluso antes de llegar a la parte final del mismo, ya puedes ver algunos rasgos de tu personalidad.
Algo que debes tener presente es que ningún resultado es mejor o peor, sino que te brinda información acerca de tus fortalezas y debilidades.
Este tipo de información es muy solicitada y valorada cuando se trata del ámbito organizacional o de gestión de grupos.
¿Es confiable el test de personalidad de Myer-Briggs?
La confiabilidad de este test es muy discutida, pues su carácter no es científico y parte de las apreciaciones de sus autoras.
El principal ente que lo defiende es la Fundación Myers & Briggs, pero hay estudios que señalan que entre un 40% y 75% de los encuestados obtiene un resultado distinto cuando realiza el test por segunda vez.
Este es un número muy alto, lo cual deja en evidencia que no hay suficiente investigación que justifique al MBTI como un inventario confiable y que su diseño no tiene una metodología adecuada para arrojar resultados de calidad.
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¿Cuál es mi tipo de personalidad? Conclusión
El riesgo de un test de personalidad es que no hay un método científico que los sustente. Por tanto, sus resultados no deben tomarse como algo determinante, sino como una invitación a reflexionar sobre aquellos aspectos de tu personalidad que consideres que debas trabajar.
Ni el MBTI ni cualquier otro similar, deberían ser usados en las empresas para medir rendimiento ni para hacer proyecciones, pues se pone en riesgo la estabilidad laboral de los empleados y se gana muy poco en información estratégica, por no decir que nada.