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Cómo trabajar la higiene del sueño en niños y jóvenes

higiene del sueño en niños y jóvenes

Cuando se habla insomnio y mala calidad del sueño, se suele pensar que esto tiene una solución única más fruto de alguna infusión o de algún medicamente.

Sin embargo, pocas veces se contempla todo lo que sucede alrededor del sueño, sobre todo en los niños, quienes tantas veces tienen problemas para conciliarlo.

Para entenderlo mejor es importante que conozcas cómo trabajar la higiene del sueño en niños, incluidos los jóvenes, tan tendientes a pasar largas noches de desvelo.

¿Qué es la higiene del sueño?

Este es un término que se refiere al conjunto de acciones que cualquier persona debería realizar antes de irse a la cama con la intención, precisamente, de tener una mejor calidad de sueño.

Para esto es necesario comprender que somos seres de hábitos y que todo lo que hacemos durante el día influye en la calidad de nuestro descanso.

Lo de que somos seres de hábitos es algo que se nos olvida frecuentemente. Es lamentable. De hecho, tal vez ni siquiera se nos enseña y si se hace a veces sucede solo en la etapa adulta.

Para entender esta idea vale la pena pensar en el resto de especies de la naturaleza. Si lo analizamos, cada uno de ellos tiene algún hábito con respecto a su vida y a su descanso.

Una mascota no se queda despierta más allá de las horas que necesita estarlo según su diseño biológico. Los perros y gatos no se trasnochan viendo redes sociales ni una película en la televisión.

Veamos a continuación una serie de factores que influyen en la forma en que duermen los niños y jóvenes.

higiene del sueño en niños y jóvenes
Es difícil desconectarse del teléfono móvil, pero debe hacerse como un hábito para poder tener un mejor descanso.

Factores que inciden en la calidad del sueño

Alimentación

Las comidas antes de irse a dormir deberían ser livianas. Las comidas abundantes impiden que la calidad del sueño sea óptima pues predisponen al sistema digestivo a efectuar una serie de procesos para los que no está diseñado a esa hora.

De ahí que, en medio de ese desorden, se genere pesadillas y nerviosismo durante el sueño.

Hora de la última comida

Comer justo antes de dormir deja al organismo haciendo un trabajo de digestión, esto significa que lo deja activo justo cuando la idea es que esté apenas con sus funciones vitales básicas. Es contradictorio, ¿no?

Por eso lo ideal es comer al menos 3 horas antes de irse a la cama, periodo, además, en el que el páncreas terminó con el pico de insulina que genera para favorecer la digestión de los azúcares.

Pasado este tiempo el organismo vuelve a sus niveles normales en sangre de esta hormona y se relaja más fácilmente.

Cafeína

Es alarmante como en algunos hogares se considera normal que los niños ingieran café o productos con cafeína como refrescos de cola.

Esta sustancia es un estimulante que impide un sueño adecuado, por lo que hace que los niños pasen más tiempo despiertos y tengas muchas interrupciones a la hora de dormir.

La cafeína pone al sistema nervioso en alerta, con lo que una vez más se cae en la paradoja de querer descansar con un organismo que no está como para lograrlo.

Los padres deben evitar también que los niños ingieran té y bebidas energéticas pues las sustancias presentes en ellas causan un efecto similar al de cafeína.

En caso de que se trate de una ocasión social es necesario que se reduzcan las cantidades al mínimo y que el niño o joven la consuman varias horas antes de ir a dormir, esto para darle tiempo al cuerpo de que la procese y restaure la armonía en el sistema nervioso.

Ejercicio

Cuando los niños hacen ejercicio, se les debe educar para que no sea antes de irse a la cama, pues esto los activa de manera que se les dificulta conciliar el sueño.

Que hagan deportes o se muevan es muy importante para que lleguen a la hora de dormir suficientemente cansados como para tener un sueño reparador, pero deben hacerlo por lo menos 3 horas antes.

Ambiente previo y durante el momento de dormir

Los espacios en los que estamos nos determinan. No es lo mismo estar en una disco que en una sala cómoda. Lo que se siente es distinto y lo que dan ganas de hacer, también.

Los lugares que frecuenten los niños y jóvenes antes de dormir tienen un efecto en ellos, por tanto, convienen que estos no sean ruidosos o que estén saturados de estímulos.

Lo mismo sucede con la habitación. Para que haya un descanso real, la habitación debería estar a oscuras. La luz, por tenue que sea, no favorece un descanso pleno. El cuerpo sabe esto y por eso libera cantidades óptimas de melatonina (la hormona del sueño) solo cuando no hay luz. En este apartado cabe destacar que cualquier luz interfiere en su adecuada función, por lo que deben apagarse luces pequeñas como las de algún equipo electrónico.

Aquellos juguetes que estimulan a acciones enérgicas deben estar lejos de la cama y, por el contrario, se deben conservar los suaves que inspiren al confort.

higiene del sueño en niños y jovenes
Entre más acogedor sea el ambiente en el que estamos, más fácil será que conciliemos el sueño.

Uso del celular o de dispositivos móviles

Los dispositivos electrónicos que tanto usamos hoy emanan luz azul que no mantiene en permanente vigilia.

Es necesario que eduques a los niños y a los jóvenes para que comprendan que estos se deben usar en momentos específicos y no justo antes de irse a la cama, pues impiden que se concilie el sueño.

Rutina

Es pertinente decir que la rutina antes de dormir es necesaria. Por tanto, se debe evitar pasar de estar estudiando a dormir.

Lo ideal es tener al menos media hora de reposo y desconexión antes del horario estipulado para dormir.

Conclusión

Dormir bien no depende de un solo factor. Entre antes entiendas esto, antes tomarás las acciones correspondientes.

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