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Productividad: ¿funciona el ayuno de dopamina o te manipulan con él?

¿Funciona el ayuno de dopamina?

La dopamina es una de las palabras de moda de los conferencistas y autores sobre desarrollo personal en el mundo.

Todo aquello que se le dé matiz de científico y sirva para acompañar a alguna palabra iniciada por el prefijo “neuro” para que tiene el poder de ganar la atención de los demás.

En tal sentido, también surgen tendencias cuyos autores visten con una halo de cientificismo para hacerlas parecer reales.

¿Es este el caso del ayuno de dopamina? ¿Es esta la combinación perfecta para atraer incautos o funciona realmente?

Veámoslo a continuación.

 

¿Qué es la dopamina?

La dopamina es un neurotransmisor, una sustancia química que está ligada al placer y a la recompensa.

Aunque algunos autores no logran ponerse de acuerdo al respecto acerca de cómo funciona realmente, de forma básica, su aumento se relaciona con hechos tan diversos como comer algo delicioso o ver los “me gusta” en redes sociales.

Hay quienes incluso dan consejos sobre cómo aumentar su producción con actividades tan sencillas como correr o hacer algo placentero.

Esta visión, a pesar de ser reduccionista, es la más extendida y es la que más da pie a interpretaciones como la que sustenta el ayuno de dopamina.

 

¿Qué hay detrás del ayuno de dopamina?

Partamos de que los elementos de nuestra época nos desbordan en estímulos.

Pensemos solo en la cantidad de gratificaciones a las que estamos expuestos: teléfono celular (con el infinito mundo de redes y aplicaciones que instalamos en él), comidas y bebidas, sexo, televisión, música y un sinfín de experiencias más.

Son muchas y muy seguidas.

A partir de esto hay quienes consideran que nos hacemos insensibles a sus efectos y que cada vez buscamos actividades que nos hagan “liberar” más y más dopamina.

Entre más liberamos, menos nos damos cuenta de ello.

La creación del concepto “ayuno de dopamina” se le atribuye a un psiquiatra de California llamado Dr. Cameron Sepah y lo que propone es que nos privemos de hacer cualquier cosa que nos divierta o genere placer.

En esencia, hay que alejarse de todo aquello que nos parezca agradable.

De este modo, el ayuno de dopamina propone que durante 1 día (incluso más) una persona prescinda totalmente del uso del celular, mantengan apagados los televisores y las computadoras.

Además, deben comer solo en caso de que tengan hambre y no por placer como se estila en el estilo de vida moderno.

La masturbación tampoco está contemplada dentro de esta estrategia.

También se debe guardar silencio tanto como sea posible.

Según Sepah, durante el descanso se bloquean los receptores de dopamina, de alguna forma desconocida y no comprobada de forma científica, el cerebro se “reestablece”, lo cual mejoraría la capacidad para concentrarse y ser más productivo.

 

¿Funciona el ayuno de dopamina?

Imagina el siguiente caso:

Te encanta la pizza y la comes muy seguido.

Un día, decides que dejarás de comerla durante un tiempo específico.

Cuando vuelves a probarla te das cuenta de que sus sabores se notan más y de que experimentas un placer superior al que sentías cuando la comías de forma regular.

Algo similar explica el ayuno de dopamina.

Sin embargo, si este ciclo se repite de forma consecutiva, terminará perdiendo efecto y nuevamente hará falta una estrategia más intensa para lograr resultados similares.

Una idea más sana es la de conseguir el punto medio que no haga necesario tener que privarse durante largos periodos para experimentar luego algo de placer.

Por otra parte, la dopamina es una sustancia química natural en el cerebro.

Esto significa que no se puede “apagar” solo porque se haya tomado la decisión.

El hecho de que la dopamina aumente cuando experimentamos placer no significa que se reduzca cuando no lo experimentamos.

Además, esto nos pone en la posición de cuestionarnos si sentir placer es algo negativo o no, cuando la reflexión debería partir de la idea de que podemos elegir mejor los estímulos que nos dan placer.

 

¿Y si le estamos llamando “ayuno de dopamina” a los que siempre le habíamos llamado descanso?

El ayuno de dopamina es particularmente conocido y practicado en Silicon Valley, lo cual implica que, de fondo, lo que hay es una intención de que genere mayor productividad.

¿Qué pasa si en lugar de hacer un ayuno de este tipo cada tanto tiempo lo que en realidad necesitamos son jornadas menos largas frente al computador?

¿Qué pasa si lo que necesitamos es una forma distinta de ver el uso de dispositivos móviles?

¿Y si la “falta de concentración” se soluciona con una mejor asignación de los roles en el trabajo?

Son muchas las preguntas que pueden surgir a partir de la revisión del concepto del ayuno de dopamina.

Por ejemplo, ¿por qué habríamos de esperar hasta realizar esta estrategia si podemos dedicarnos tiempo de desconexión de forma diaria?

Tal vez necesitamos caminar más o entretenernos más en lugar de pasar largas horas desplazándonos de arriba abajo en nuestro teléfono celular.

 

¿Funciona realmente el ayuno de dopamina? Conclusión

El ayuno de dopamina puede ser más parte del problema que de la solución.

Muchas personas manifiestan su malestar cuando lo están realizando porque el cambio brusco de hábitos no es cómodo de asumir.

Frente a esto, el resultado puede ser opuesto al esperado.

Si tienes problemas para concentrarte bien puedes revisar cuánto tiempo estás pasando en redes sociales y darte un descanso.

Encuentre una actividad que te permita experimentar otro tipo de placer. Por ejemplo: cocinar, conversar con alguien, ejercicio físico.

Esto lo puedes hacer de forma consciente y no como una opción para escapar de la tensión de tu empleo.

Si te cuesta gestionar el estrés laboral y ya has probado otros métodos sin obtener los resultados que esperas, entonces es momento de que pidas ayuda terapéutica profesional.

 

 

 

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