Vivimos en una sociedad en la que frecuentemente se nos repite el discurso del éxito como máxima incuestionable, pero no es así. Por eso, la idea del fracaso les aturde a muchos.
Si tan solo descubrieran otra forma de verlo, seguramente lo vivirían con mayor liviandad y les sacarían el máximo provecho.
El miedo al fracaso es un hecho bastante común en nuestros tiempos, en parte, gracias a ese discurso y a las expectativas con las que nos crían. Aunque este no es un miedo del que se hable como en otros casos, lo cierto es que puede llegar a ser paralizante.
Veamos a continuación de lo que se trata, sus características y cómo abordarlo de forma efectiva.
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¿Qué es el miedo al fracaso?
El miedo al fracaso es un miedo que puede surgir en un momento específico, pero que también, en la mayoría de ocasiones, se manifiesta de forma persistente frente a cualquier reto, incluso de poca dificultad para muchos.
Normalmente es irracional, pues cuando se evalúan las consecuencias catastróficas que se plantea quien lo siente, estas tienen muy poca probabilidad de suceder en realidad.
¿Qué se esconde detrás del miedo al fracaso? Así lo identificas
Las aristas detrás de este miedo son varias, pero una que tiene bastante fuerza es la necesidad de perfección.
Es común que esa búsqueda inútil de la perfección esconda un notorio miedo a fracasar.
En tal sentido, el primer trabajo debería pasar por una revisión de cómo nos formamos nuestras expectativas y de cómo actuamos cuando estas no se cumplen.
Tener unas expectativas muy altas hará que los niveles de satisfacción sean prácticamente inalcanzables. Vivir insatisfecho es agobiante y no da pie para experimentar la felicidad o, cuando menos, el bienestar general.
Algunas características del miedo al fracaso son:
- Pensamientos de no sentirse capaz de lograr los objetivos.
- Aun cuando las evidencias realizando una tarea demuestren lo contrario, creer que se puede fallar en cualquier momento.
- Preocupación por la idea de decepcionar a alguien que tiene autoridad en tu vida.
- Predecir que una tarea o proyecto te saldrá mal. Este mecanismo es paradójico porque la persona suele ejecutar la acción solo para comprobar que, en efecto, tenía razón.
- Procrastinar el inicio de una tarea o proyecto.
Causas del miedo al fracaso
El miedo es un hecho natural, pero siempre. Si ahora mismo aparece frente a ti, ese es un miedo necesario al que querrás prestar atención. En el caso del miedo al fracaso, este es aprendido, sobre todo porque la noción de fracaso es relativamente moderna. El hombre primitivo no tenía por qué gastar mucho tiempo en el éxito o no. Su prioridad era sobrevivir y preservar la especie.
Las causas más comunes del miedo al fracaso son:
La idea de fracaso
Qué importante es definir nuestra idea de fracaso antes de asumirlo como tal. ¿Qué es para ti el fracaso? ¿No casarte a una edad específica? ¿No ser el o la mejor de la clase? ¿Tener un cuerpo normal que no sea el de alguien que se dedique al fisicoculturismo?
La primera gran reflexión para ahondar en la causa del miedo al fracaso es la percepción que tienes acerca del concepto en sí. Eso incluye preguntarse qué no es para ti el fracaso y si es sano preservar el concepto.
Crianza de mucha exigencia
Los padres que son muy exigentes contribuyen a que sus hijos sean personas adultas con miedo al fracaso.
Un ejemplo clásico se desprende de la siguiente frase: “Tu calificación fue buena, pero podría ser mejor”.
Ante tal escenario, lo que un niño puede aprender es que ser bueno no es suficiente para recibir aprobación por parte de sus padres, así que tendrá que esforzarse por ser siempre el mejor. El problema radica en que eso no es posible, pues todos tenemos habilidades y competencias distintas. Además, el precio de ser el mejor es alto y, después de un tiempo, puede traer más insatisfacción que placer.
Traumas de la infancia
Estos se dan en momentos precisos en los que alguien es ridiculizado y luego siente aversión por afrontar un escenario similar.
Un ejemplo es el de un niño que deba hacer una presentación en clase. Si por alguna razón este fuera sometido al ridículo por haber cometido un error, no ha de extrañarte que en ocasiones posteriores no quiera ni siquiera intentarlo para evitar sentir ese malestar de nuevo.
Consecuencias del miedo al fracaso
El miedo al fracaso genera consecuencias, a veces, muy dolorosas, en quienes lo padecen. Algunas de ellas son:
Procrastinación: aquellas personas que postergan el inicio de actividades, deberían preguntarse cuáles son los estándares de calidad que esperan obtener de sus acciones.
Si siempre esperan el máximo de calidad, si siempre esperan alcanzar la perfección, entonces hay que preguntarse si esta actitud no proviene del miedo al fracaso. Lamentablemente, estos ámbitos se retroalimentan. A mayor espera de perfección, mayor actitud procrastinadora. A mayor procrastinación, mayor miedo a fracasar.
Autosabotaje: quienes vivan el miedo al fracaso tendrán pensamientos de fracaso, incluso obsesivos. De alguna forma, se convertirán en profetas del desastre.
Vergüenza: el miedo al fracaso genera vergüenza en quien lo siente, pues está sometido a la opinión de los demás, la cual suele ser de pensamientos reprobatorios.
Tratamiento para el miedo al fracaso
Si exponerte a situaciones con unas expectativas más sanas o si intentarlo no ha bastado para que afrontes tus metas o proyectos sin los incómodos síntomas del miedo al fracaso, contempla seriamente la posibilidad de solicitar ayuda psicológica profesional.
Terapias como la Terapia Cognitiva Conductual y otras comprobadas con evidencia científica, te ayudarán a liberarte de esos pensamientos y conductas incapacitantes que te han impedido atreverte a cumplir con tus objetivos. El especialista en cuestión determinará si es recomendable que te recete algún ansiolítico en las primeras fases del tratamiento o cuál actividad puedes realizar para que potenciar los resultados de trabajo terapéutico.
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Conclusión acerca del miedo al fracaso
El fracaso es una interpretación. Si partimos de eso, la interpretación de fracaso varía de persona a persona, por lo que no se trata de una ley universal que puedas medir con los mismos parámetros que otros lo hacen.
Si esto es así, puedes trabajar en tu interpretación de fracaso y comenzar a vivir con mayor tranquilidad. Esto no es algo que todos puedan hacer lograr por su propia cuenta, por lo que la ayuda especializada es una excelente opción.
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