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Violencia Familiar: La importancia de mantener vínculos saludables

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Es de conocimiento público que la violencia existente en los movimientos y demandas sociales ha tenido un aumento sostenido en nuestro país. Esta situación refleja de algún modo la situación actual de nuestra sociedad, puesto que la violencia no es sólo una realidad de lo que nuestro país vive hoy en día, sino que es la punta de un iceberg que cada día vemos asomar más en distintos ámbitos de nuestro diario vivir. Una parte importante de esta violencia conocida, pero muchas veces ignorada, se puede observada al interior del hogar, donde la vulneración de los derechos de los más desprotegidos, quienes en ocasiones pueden verse expuestos a situaciones o son victimas de violencia familiar, muchas veces legitimizada con el argumento de proteger y educar a los niños.

La familia constituye un pilar fundamental en la formación y desarrollo de las características personales y sociales de niños y adolescentes. Esto principalmente dado que todos nacemos dentro de ella y no podríamos sobrevivir si no es dentro de ella. Esta característica se debe a que las relaciones que se establecen en su interior están cargadas de una especial intensidad, y es a la familia a quien el sujeto atribuye una especial capacidad configuradora sobre las relaciones fuera de ella.

¿Qué ocurre cuando hay un contexto de violencia familiar?

violencia familiarCuando las relaciones que se establecen dentro de la familia son inadecuadas, o quienes están a cargo de proteger, cuidar y entregar afecto (dentro de otros roles) no garantizan su bienestar para la formación y desarrollo de los menores, se vería mermada la posibilidad de contar con las herramientas que necesita para desenvolverse plenamente fuera de ella, produciéndose ciertos desajustes o comportamientos inadecuados. Las dificultades experimentadas por el sujeto en las relaciones del hogar, la falta de vínculo afectivo y la violencia familiar afectarían al sujeto, el cual tendería a buscar formas de poder sobrellevar esta situación.

El entorno familiar influye  sobre el modo en como los niños manejan su agresividad. El determinante de cómo los padres ejercen su autoridad y la firmeza de la disciplina y la rigidez sobre las conductas primitivas condicionan el manejo de la agresividad de niños y jóvenes, como también lo condicionan la permisividad, la falta de límites por la aceptación pasiva de parte de los padres de las conductas inadecuadas.  La socialización de la agresividad tiene que ocurrir en el ámbito familiar, si hay fallas en ese entorno, o el ambiente familiar natural no existe o es sustituido por otro, la situación en el futuro de estos niños cambia radicalmente. Es por lo anteriormente planteado que resulta relevante detectar prematuramente cuando en nuestro entorno se experimentan situaciones de violencia familiar, pero más importante aún es buscar la ayuda de un profesional especializado en facilitar el proceso de desarrollo de habilidades parentales para promover y fortalecer lazos sanos y constructivos al interior de la familia, que nos permitan vivir en derecho, bienestar e integridad en sociedad.

Autor: Álvaro Herrera V.

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