¿Piensas en exponer frente a un público y sientes nervios incontrolables? ¿Te da una sensación de vacío en el estómago? ¿Te imaginas en un escenario y la sola idea te aterra?

El auge de los diversos medios digitales y las distintas dinámicas educativas y empresariales de la modernidad, prácticamente, nos exigen tener un dominio de diversas habilidades para hablar en público, pero es muy difícil desarrollar cualquiera de ellas sin antes comprender qué es lo que pasa con el miedo a hablar frente a una audiencia o también llamado miedo escénico.

Entendamos primero de qué se trata esta idea y lo que se esconde detrás de ella para avanzar sobre las estrategias que nos permitirán hablar en público con mayor comodidad.

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¿Qué es la glosofobia o el miedo a hablar en público?

El término glosofobia se usa para referirse a lo que experimentan las personas que tienen dificultades para hablar en público, pero es una palabra con la cual es necesario tener cuidado.

Una fobia es un miedo incapacitante, no es una sensación incómoda. No. Cuando hablamos de fobia hablamos de cuotas de miedo que alcanzan el pánico y el terror: pérdida de control y hasta desmayos.

Lo que vive la mayoría de personas es miedo tolerable que alcanza niveles de alarma, pero que no toca las dos categorías anteriormente mencionadas.

Tal situación nos obliga a reflexionar acerca de la forma en que nos referimos a la dificultad para hablar en público porque, aunque no negamos que haya personas que experimenten la fobia, son un grupo más pequeño del que realmente se menciona.

En tal sentido, el grueso de la población experimenta dificultades que pueden ser abordadas sin el halo de gravedad que algunos pretenden anexarle.

Sí hay casos de fobia a la hora de hablar en público y es en ellos cuando aplica el término glosofobia.

Causas del miedo a hablar en público

El miedo a hablar en público no está infundado. Todo miedo tiene un porqué que vale la pena revisar. Por tanto, es importante no restarle valor a lo que siente alguien cuando expresa tenerlo.

Falta de dominio sobre un asunto

Es natural que, quien no domine aquello sobre lo que pretende hablar, experimente miedo y ello conduzca a la inseguridad, alimentando así un círculo vicioso que no cese hasta que se dé el evento.

Hablar en público requiere prudencia y respeto por la audiencia, por lo que la preparación adecuada es una parte fundamental de la ecuación.

Pensamientos catastrofistas

Predecir la catástrofe es una de esas conductas que sabotean a muchas personas que intentan hablar en público. Ideas como: «me voy a equivocar», «me veré ridículo», «se reirán de mí», «no les va gustar lo que diré» y un largo etcétera de pensamientos similares, no solo causan miedo, sino que lo potencian.

Una estrategia para disminuir la recurrencia de este tipo de pensamientos es aprender a lidiar con el error no memorizando de forma exacta cada línea del discurso, sino dar pie a la naturalidad que hay en cada quien expresando una idea sin aferrarse a la falsa seguridad de un guion.

Los olvidos son normales y es mejor no planificar discursos o exposiciones sin ellos.

Aspectos culturales

Isabela tenía años hablando en público. Experiencia no le faltaba. Sin embargo, un día se le encomendó la tarea de exponer a unos inversionistas extranjeros el nuevo proyecto bandera de la empresa en la que trabajaba.

De repente, la Isabela segura que había hablado frente a grupos de personas, ya no lo era tanto.

¿Habían disminuido sus habilidades? ¿Había olvidado todo lo que sabía? No, pero le preocupaba la diferencia cultural.

Entender a quienes se les hablará es una forma de disminuir o eliminar este miedo. Al respecto, se debe hacer una investigación previa de aspectos culturales propios de la audiencia, eso incluye temas inapropiados o que puedan generar polémica. Una clave para evitar cualquier desaveniencia con el público es no hablar sobre política, sexo o religión.

De cualquier modo, se debe estar preparado para pedir disculpas sin tapujos. Intentar tenerlo todo controlado es contraproducente porque le resta naturalidad al discurso.

Si se toca algún tema que cause molestia o incomodidad, unas disculpas sinceras son una buena forma de solucionar el momento.

Consecuencias del miedo a hablar en público

Mucho se habla de la naturaleza vendedora del ser humano, al punto tal de que hay quienes consideran que siempre estamos vendiendo, bien sea una idea, una imagen, un producto o un proyecto.

Quien vive la dificultad para hablar en público se pierde la oportunidad para vender, pues, cuando se trata de ventas, de la índole que sean, si son de persona a persona, hace falta proyectar confianza y seguridad.

Visto así, es fácil pensar que también se pierde la oportunidad para expresar con claridad una idea en otros espacios, por ejemplo, en el ámbito académico o escolar.

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