En Latinoamérica y en la mayor parte del mundo, el COVID-19 ha causado estragos, no solo en lo económico, sino que también en lo referente a la salud mental.
Con esto, aparte de la ansiedad como respuesta adaptativa natural, también han aumentado los casos de trastornos como la depresión.
De hecho, en un sondeo rápido realizado recientemente por la UNICEF en más de 8 mil personas de entre 13 y 29 años de edad, un 15% presentaba rasgos de depresión.
Frente a esto, el número de personas que son recetadas con sertralina ha aumentado.
Para comprender mejor de qué se trata este medicamento y cuáles son sus implicaciones, comencemos por entender qué es exactamente.
¿Qué es la sertralina?
La definición de sertralina, al menos la técnica, es que se trata de un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina.
En términos prácticos, lo que hace este medicamento es aprovechar de mejor forma la serotonina que el cuerpo produce regularmente.
Por tanto, es importante entender que no se trata de serotonina en sí ni de ningún neurotransmisor.
¿Para qué sirve la sertralina?
Es común que te las personas se pregunten para qué sirve la sertralina.
Aunque la sertralina es un antidepresivo, también se usa para algunos otros trastornos o condiciones debido a su poder ansiolítico. Entre ellos se encuentran la ansiedad generalizada, el trastorno de estrés postraumático, el trastorno obsesivo compulsivo y algunas fobias.
Los cambios más notorios que resultan de su consumo son:
- Mejora en el estado de ánimo
- Mejora en la calidad de sueño
- Aumento del apetito
- Mejor actitud general frente a la vida
- Disminución en compulsiones como lavarse las manos, verificar o contar elementos.
Además de esto, también se usa en el trastorno disfórico premenstrual porque ayuda a reducir la hinchazón, los cambios de humor y la sensibilidad en los senos.
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¿Se puede tomar alcohol con sertralina?
La Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos de Norteamérica (FDA por sus siglas en inglés) no recomienda esta mezcla, pues pueden producirse efectos secundarios en el sistema nervioso como mareos, somnolencia y dificultad para concentrarse.
Asimismo, beber alcohol hace que los efectos de la sertralina se sientan más rápido, lo cual es muy riesgoso cuando se trata de operar maquinaria o desempeñar trabajos en los que se ponga en riesgo la vida.
Algunos otros síntomas que pueden aparecer son:
- Dolor de estómago
- Vómitos
- Malestar general
¿La sertralina engorda?
Aunque no hay evidencias contundentes al respecto, la respuesta breve es que, quienes toman sertralina durante periodos prolongados suelen ganar peso.
¿A qué se debe esto?
La primera hipótesis se refiere a que la sertralina puede desencadenar alteraciones en el metabolismo y que estas pudieran hacer menos efectivo el aprovechamiento de las calorías.
La segunda es que, cuando alguien está deprimido, sus niveles de apetito disminuyen.
La sertralina disminuye los síntomas y el apetito aparece nuevamente. Si la persona come más y recupera la ingesta calórica, el resultado inevitable es que subirá de peso, lo cual no implica necesariamente que el peso ganado se considere como sobrepeso.
En caso de que experimentes aumento de peso y de que te preocupe, evita suspender el tratamiento.
Esta es una tentación que puede tener efectos secundarios desagradables conocidos como síndrome de discontinuación.
¿La sertralina es adictiva?
Lamentablemente, muchos antidepresivos tienen mala fama.
Esto no hace más que alargar el sufrimiento de las personas con trastornos de depresión y hasta poner en riesgo sus vidas.
La sertralina no es adictiva ni causa dependencia, por lo que se puede suspender su uso cuando el psiquiatra considere pertinente hacerlo.
La condición para que esto suceda es que se realice bajo un esquema planificado que no tire por la borda los logros alcanzados durante el tratamiento.
Por supuesto, siempre es recomendable que el trabajo vaya de la mano con un psicólogo, puesto que la depresión y la ansiedad requieren abordajes desde distintas vertientes.
El trabajo terapéutico es una pieza fundamental para que la suspensión de la sertralina sea lo más armónica posible.
Efectos secundarios de la sertralina
Los efectos negativos de la sertralina son pocos y afectan a las personas de forma distinta.
El efecto indeseado más conocido es la sequedad en la boca.
De ahí que muchos noten un aumento de la ingesta de agua, no necesariamente para mitigar la sed, sino para “mojarse la boca”.
El otro efecto negativo más conocido tiene que ver con la sexualidad, ya que según algunas personas, la llegada al orgasmo se retrasa, con lo cual se afectan las relaciones sexuales.
Otros efectos son:
- Impotencia
- Cambios en el apetito
- Dolor de estómago o malestar estomacal
- Diarrea
- Somnolencia
- Dificultades para conciliar el sueño
- Dolor de cabeza
- Estreñimiento
- Nerviosismo
Cabe destacar que ninguno de estos efectos es permanente, sino que desaparecen durante los primeros días del tratamiento o días después de que el especialista lo suspenda.
¿Cuál es el precio de la sertralina?
Esta es una pregunta con respuestas muy diversas.
El precio de este medicamento varía según el país, su sistema sanitario y la modalidad bajo la cual lo consigas.
Por ejemplo, aquellos que son genéricos tienen un precio inferior.
De cualquier modo, de entre la gama de antidepresivos no se considera costoso.
Consulta con el sistema sanitario público de tu país para que conozcas si forma parte de los medicamentos que cubre tu pago del seguro social.
Conclusión
Los problemas de salud mental no son un juego y deben atenderse tan pronto como sea posible.
Algunos retrasan la atención psicológica, psiquiátrica y farmacológica debido a los mitos asociados a estos trastornos.
De hecho, hay quienes opinan que la depresión o la ansiedad son para los débiles, para quienes no ven lo «bonito de la vida».
Esto no solo es falso, sino que disuade a muchos del uso de un medicamento como la sertralina, la cual, administrada por un especialista, puede ser la diferencia entre vivir la vida a media máquina o vivirla con plenitud.
Si tienes dudas, revisa el artículo nuevamente y asiste con tu psicólogo o psiquiatra de confianza.