El amor es una emoción compleja (como todas).
Alrededor de ella todo es abstracto y no podemos ver más que los actos que se realizan en su nombre.
Por más que lo intentemos no podemos saber cuándo es que alguien lo siente, así que lo único que nos queda es confiar en que ese alguien que dice sentirlo, en realidad no esté mintiéndonos.
Si este panorama ya es incierto, imagínate el de vivir el amor en una relación a distancia.
Habrá quien diga que las relaciones a distancia funcionan porque el amor todo lo puede.
Tal vez tenga razón, pero esa es una visión muy romántica del asunto que reduce la interacción entre dos personas a una escena de una película de Adam Sandler.
Y ya sabemos que no es tan sencillo ni que el final soñado de este tipo de películas esté garantizado en la vida real.
Veamos algunos tipos de relaciones a distancia que son comunes.
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Tipos de relaciones a distancia
Relaciones a distancia en ciudades cercanas
Son las menos complicadas en materia de desplazamientos, pues suele bastar un viaje corto en autobús o en automóvil para que sus integrantes puedan verse.
Normalmente presentan menor cantidad de conflictos por la imposibilidad de verse de forma regular porque ambos entienden que no es una posibilidad sin fundamentos.
Relaciones a distancia entre ciudades no tan cercanas que están a un vuelo corto en avión
En este tipo de casos la distancia no se puede salvar fácilmente con un desplazamiento en auto, pero sí con un boleto de avión.
Dependiendo del país, el precio de este tipo de desplazamientos no es costoso.
Si la situación financiera de la pareja es cómoda, los momentos para pasar juntos no son escasos.
Relaciones a distancia con distintos países involucrados (la que menos se desea)
Para quienes opinan que las relaciones a distancia no funcionan, este es un ejemplo práctico de que las fronteras no son un impedimento real para el amor de pareja.
Por supuesto, aspectos claves como la distancia y el costo de los traslados las hacen menos fáciles de gestionar.
Por contradictorio que suene, este tipo de relaciones son de las más comunes y su aumento se ha visto potenciado por las nuevas tecnologías.
Muchas personas se atascan en ellas porque, una vez que están suficientemente involucrados, comienzan los dilemas:
- ¿Podremos estar juntos?
- ¿Quién tiene que mudarse de país para que así sea?
- ¿Y si no es la persona indicada, pero solo puedo descubrirlo cuando estemos juntos?
- ¿Me estará engañando con otras personas mientras no estamos juntos?
- ¿La persona de quien me enamoré es un personaje o es real?
Preguntas como estas tienen difícil resolución y hace falta algo más que la esperanza de estar juntos para resolverlas.
Hace falta tomar decisiones que implican cambios de vida radical y esto no es para todos.
¿Por qué las relaciones a distancia no funcionan?
Si las relaciones amorosas de pareja son difíciles por sí solas, ahora imagínalas cuando se trata de aquellas en las que hay distancia de por medio.
Algunos elementos importantes que hacen que no funcionen son:
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Idealización
Cuando nos enamoramos, la gran mayoría de veces, tendemos a ver a la otra persona como un semidios.
Todo es perfecto. Su aliento huele a flores y nos encanta hasta eso que parece que no.
En el camino de conocerse, ambos descubren que “la persona perfecta” no solo es imposible, sino que definitivamente no está ni cerca de serlo.
La ventaja de cuando se trata de una relación en la que se ven frecuentemente es que hay mayores posibilidades de descubrirlo.
A la distancia es más difícil.
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Resignación
Son muchos los que ven imposible que una relación a la distancia se concrete en forma real.
Los distintos modos de vida son negociables en la mayoría de parejas, pero cambiar de ciudad o país y hasta de idioma, alejarse de la familia y amigos, no son cambios que todos estén dispuestos a asumir.
En ese punto puede aparecer la resignación y el consecuente enfriamiento de la relación.
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Desconfianza
No, no es fácil confiar en alguien, mucho menos si los únicos momentos en los que se relacionan son a través de una llamada telefónica o una videollamada a través de Skype.
El trabajo de generar confianza en el otro es más arduo.
Si algunos de los dos es de quienes tiende a imaginarse los peores escenarios, la situación se complica todavía más y los reclamos no faltarán.
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Falta de participación
Alguno de los dos integrantes puede hacer todo lo que esté a su alcance para que la relación de pareja llegue a consolidarse.
La falta de interés de la otra persona puede ser suficiente motivo para que la primera se canse y no haya nada más que hacer.
¿Cómo mantener una relación a distancia?
En las relaciones tradicionales se apela a la imaginación para que funcione.
El caso de las relaciones a distancia no es la excepción.
Acciones son amores
Si de “trucos se trata”, una lista para inspirarse es la siguiente:
- Chat dedicado a la pareja. Nada de charlas apuradas. Si van a conversar, acuerda que en ese momento no se hace nada más. No tiene que ser siempre así, pero este será su momento de intimidad, así que es necesario que no haya distracciones.
- Es cierto que ahora mismo no pueden ir juntos al cine, pero sí pueden ver una película juntos. Netflix, Disney Plus y Amazon Prime lo permiten.
- Las parejas juegan, ¿no? La opción de los juegos en línea es muy atractiva en estos casos. Ten precaución si tu objetivo es competir y no disfrutar de tiempo juntos.
- Las flores y los detalles también son parte de una relación a distancia. De hecho, deberían serlo todavía más que en una relación tradicional cercana.
- Está bien. No pueden viajar seguido para verse, pero si se pueden enviar una prenda de ropa, una almohada o cualquier otro objeto con la fragancia del otro.
- Sí, también contemplamos el sexo. El sexting con acuerdos claros es una fórmula muy efectiva. En este caso debes asumir cierto riesgo: que se “filtren” fotos y videos en los que aparezca tu cuerpo. Aun así, insistimos en los acuerdos claros desde el inicio.
La comunicación es primordial
No solo se trata de lo que dices, sino de lo que callas. Tampoco se trata solo de lo que dices, sino de cómo lo dices.
En cualquier relación de pareja se habla mucho de lo importante que es saber comunicar.
En las relaciones a distancia esta importancia debería tenerse aun más presente.
Hay que declarar las expectativas que cada uno tiene en la pareja y si en realidad hay un proyecto en común.
Las mentiras no son nunca buenas promotoras de las relaciones sanas, menos cuando hay muchos kilómetros en medio.
Recuerda que tu pareja puede estar apurando estudios, pensando en dejar su empleo y su familia, todo con tal de vivir junto a ti.
Esto implica bastante responsabilidad.
Hay que cultivar la confianza
Confiar porque sí no es como suele darse la confianza.
El hecho de confiar está íntimamente relacionado con el punto anterior: la comunicación.
Una comunicación deficiente generará desconfianza.
Por otra parte, se deben evitar los escenarios fatalistas en los que se proyecta que la otra persona está siendo infiel.
A menos que se tengan pruebas, tales pensamientos deben ser conversados o tratados con ayuda profesional para evitar fracturas en la relación.
Que cada uno cuente con naturalidad su agenda del día es una forma de cultivar la confianza.
La política, no solo en este tipo de relaciones, sino en todas, debe ser de “no mentiras”.
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Conclusión acerca de si funcionan las relaciones a distancia
Es común que muchas personas se cuestionen si pueden funcionar las relaciones a distancia.
La respuesta para ellos es que sí, pero también que no.
En temas de relaciones humanas nada es absoluto. Todo dependerá del compromiso sincero que ambos estén dispuestos a asumir.
Aun cuando la sexualidad en las relaciones a distancia es un asunto que preocupa a algunos, gracias a las nuevas tecnologías, se puede lograr una vida sexual satisfactoria mientras que la relación se concreta de forma cercana.
Nada está escrito al respecto. Como en cualquier relación, no sabrás si funciona hasta que la pruebes y hagas tu propio balance.