Es inevitable no usar el cerebro. Hagas lo que hagas siempre lo vas a usar.
Y todo lo que usas de tu cuerpo debe ser cuidado, incluido el cerebro.
Además de la alimentación y el ejercicio físico, hay formas efectivas de cuidarlo para conservar y fomentar su agudeza y concentración.
El resultado será un mayor rendimiento en tus actividades diarias.
En este caso, los ejercicios que te enseñamos a continuación consisten en actividades fáciles que cualquiera puede hacer.
Cualquiera puede beneficiarse de ellos, sin importar su edad, así que puedes compartirlos con quien gustes para que también los conozca y practique.
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1. Arma rompecabezas (no lo hagas para competir)
No importa el rompecabezas, si tiene la cantidad de piezas suficientes como para que implique un reto, entonces vale la pena que lo armes.
Algunas personas tienden a subestimar los rompecabezas que son de una figura que les comunica simplicidad, por ejemplo, aquellos de dibujos animados.
Esto es lo menos importante porque lo realmente necesario es el ejercicio mental y el empleo de los procesos cognitivos para su resolución.
Uno de los beneficios de este ejercicio es el que revela un estudio en el que se demuestra que protege en contra del envejecimiento cognitivo-visual-espacial porque recluta diversas habilidades cognitivas.
2. Aprende nuevas palabras
Las principales áreas involucradas en la generación del lenguaje son el área de Brocca y el área de Wernicke.
No solo se trata de tener un lenguaje más rico (con los innumerables beneficios que esto implica), sino también de estimular tu cerebro.
Algunas aplicaciones con las que puedes aprender son: Tynycards, Memrise y Apalabrados.
Si te gusta más el método tradicional, puedes conseguir una palabra en el diccionario, revisar su definición, ver cómo se usa en un contexto e incluirla en tus conversaciones del día.
3. Usa todos tus sentidos
Las propias rutinas del día a día hacen que tengamos mayor actividad con un sentido que con otro.
La vista es normalmente el sentido que más usamos. Le sigue el oído.
Esto deja al tacto, el olfato y el gusto sin el aprovechamiento del potencial que tienen.
El gusto es un sentido que poco exploramos porque las prisas por comer y ciertos alimentos se hacen demasiado predecibles. Experimenta nuevos sabores, concéntrate en lo que sientes, escucha nueva música y ábrete a conocer nuevas olores.
4. Aprende algo nuevo hasta convertirlo en una habilidad
Uno de los mayores temores con respecto a nuestro cerebro es la pérdida de memoria que se asocia con la edad.
En este estudio se muestra que aprender una nueva habilidad mejora la función de la memoria en adultos mayores.
Una nueva habilidad puede tratarse de algo que siempre hayas querido hacer como tocar un instrumento, montar bicicleta o aprender un idiomas.
No se trata de que te conviertas en un experto, se trata de que te permitas aprender crear nuevas rutas neuronales y mantener a los circuitos que se encargan de la memoria en estado óptimo.
5. Enséñale algo a alguien
¿Has escuchado que la mejor forma de aprender es enseñando?
Pues esto tiene mucho de cierto porque enseñando se desarrolla todavía más una habilidad y se descubren nuevas formas de pensar.
Alguien que enseña lo que sabe puede ver en el otro una serie de errores que tal vez no había visto porque no había podido hacerse consciente de ellos.
6. La música, si es alegre, mejor
Una forma de aumentar tu capacidad intelectual creativa es con la música.
Este estudio revela que las melodías alegres permiten que quien las escuche genere soluciones innovadoras a los retos que se le plantean, pues impulsan el pensamiento creativo y la capacidad mental.
Si la música puede ser hecha por quien la escucha, este efecto puede ser más potente. De ahí la importancia de aprender a tocar un instrumento musical.
7. Prueba con rutas alternas a las de costumbre
Lo cómodo no está mal, pero hay algunas ocasiones en las que salirse de la rutina ofrece un aprendizaje importante.
Por ejemplo, cuando vamos de camino a casa o al trabajo, es común que tomemos la misma ruta una y otra vez. Eso nos da seguridad y nos evita que tengamos que aplicar recursos cognitivos en conocer algo nuevo.
Sin embargo, tal rutina es también contraproducente porque no le permitimos al cerebro el beneficio del cambio. No lo sorprendemos.
Prueba tomar un rato de transporte nueva, caminar por una calle distinta, visitar un nuevo lugar de comida.
8. La meditación: ese método sencillo, pero poderoso.
La meditación reduce el estrés y la ansiedad, pero también nos predispone de mejor forma para capítulos de futuras preocupaciones.
Cuando el organismo está estresado recuerda menos y procesa la información de peor forma.
Encontrar un lugar tranquilo, cerrar los ojos y concentrarse solo en la respiración es un método muy apropiado para cuidar nuestro cerebro.
9. Un nuevo idioma, pero no para el diploma
El bilingüismo contribuye a una mejor memoria y genera mayores niveles de creatividad.
Este estudio comprueba que tener fluidez en dos idiomas o más, retrasa la aparición de deterioro mental.
Muchas personas se limitan para aprender un nuevo idioma porque consideran que son demasiado viejos o que no lo harán bien.
La buena noticia es que nunca es tarde para aprenderlo y que la gran mayoría de personas nunca habla un segundo idioma en manera perfecta.
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Conclusión acerca de 9 ejercicios para el cerebro que te ayudarán a ser más ágil de mente
Cuando alguien practica ejercicios diarios que impliquen un reto, está empleando cogniciones que derivan en algún grado de aprendizaje.
Aprender nos hace más enriquecedora la vida y desafía a nuestro cerebro para que no se quede atrapado en la rutina.
Todo esto termina por mejorar la concentración, la memoria y la agilidad mental.
Lo mejor de todo es que es barato. La gran mayoría de ejercicios que te proponemos son gratuitos con las tecnologías de hoy o muy barato.