Quien no haya sentido celos, tal vez es porque no sea un ser humano.
Y es que sentir celos tal vez sea algo no solamente común sino necesario en nuestra especie.
Hay quienes afirman que los celos son una medida del amor que se siente hacia alguien.
Por desgracia, esto hace pensar que los celos desmedidos son algo natural, que nuestras parejas, que nuestros amigos, que incluso algunas personas cercanas. nos pertenecen y que no deberían ser ni relacionarse con nadie más que no sean nosotros.
Razones para dudar de estas afirmaciones sobran, pero lo que sí es cierto es que los celos son una de las principales causas de ruptura de relación en las parejas porque ambos sufren, tanto quien experimenta los celos como la persona que es celada de forma constante.
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¿Qué son los celos?
Los celos son sentimientos que, depende del contexto y la intensidad, son considerados como negativos.
Es importante aclarar que no siempre son vistos de esta forma porque muchas personas consideran que sentirse celados es “positivo”.
De hecho, la frase “si no te cela, no te quiere”, es más común en terapia de lo que se cree.
Los celos se evidencian como la preocupación de que la pareja amada esté entablando o tenga ya entablada una relación con otra persona.
Esta preocupación muchas veces está basada en interpretaciones erróneas de hechos que ni siquiera han sucedido.
En este punto se tornan enfermizos y devienen en persecución, rupturas de pareja y hasta en violencia.
Celos en psicología, ¿qué interpretación darles?
Aunque el abordaje desde las distintas corrientes psicológicas puede ser diverso, a la exageración de los celos, se le conoce como “celos mórbidos” o síndrome de Otelo (esto por el capítulo de la obra de Shakespeare en la que Otelo mata a Desdémona poseído por los celos) en el ámbito de la psicología.
Diversas hipótesis señalan que los celos pueden estar asociados a patologías o condiciones.
La relevancia de estas descripciones es que son opuestas al hecho de que los celos son un hecho puramente cultural.
Uno de los casos más relevantes es el de los “celos mórbidos que pueden surgir en respuesta a una función sexual reducida”. Cobb (1979).
Incluso, el mismo Cobb, mencionó que los celos mórbidos pueden estar asociados a lesiones cerebrales.
Mullen (1990), por su parte, consideró que los celos mórbidos se asocian con cuatro características principales:
• Un trastorno mental subyacente surge antes o con los celos.
• Las características del trastorno subyacente conviven con los celos.
• El curso de los celos mórbidos se relaciona estrechamente con el del trastorno subyacente.
• Los celos no tienen base en la realidad
¿De dónde vienen los celos?
Cuando alguien se pregunta cómo no sentir celos, tal vez la pregunta que debe hacerse antes que todo es por la causa de los celos.
Pero nos referimos a la persona en sí que pudiera estar detonándolos, sino en las condiciones propias que vale la pena revisar en terapia y que hacen que alguien tienda a sentirlos más que otros.
Personalidad
Quienes se muestran inseguros y, hasta temerosos, son más propensos a sentir celos.
Al respecto, Kingham y Gordon, señalaron que “el estilo de apego inseguro se correlaciona fuertemente con el trastorno límite de la personalidad”.
Cultura
Tal como lo mencionamos anteriormente, en algunas culturas, los celos no solo son más comunes, sino que están vistos como algo deseable.
Por ejemplo, en las culturas latinas, aun se mantiene vigente el paradigma del “macho” que ama en la misma medida en la que cela.
Ideas como estas son sostenidas en conceptos como la territorialidad, la pertenencia y el poder.
La pareja no solo es vista como alguien de quien alguien se enamora, sino como un elemento que le pertenece.
Frases como “tú eres mío o mía” refuerzan la idea.
¿Es normal no sentir celos?
A menos que se trate de una persona “entrenada” y “preparada” para no sentirlos, esto es imposible.
Tarde o temprano, en algún momento de la historia en conjunto que tengan dos personas, los celos aparecerán.
Por supuesto, las respuestas no serán las mismas en todos los casos.
Hay celos que pueden considerarse normales porque su respuesta no es excesiva ni frecuente.
Respuestas y conductas que se consideren como maduras pueden ser tomadas por algunos como una ausencia de celos, lo cual nos habla de la forma en la que vemos este tipo de capítulos.
Técnicas para no sentir celos
1. Aborda los problemas subyacentes
Hay quienes quieren solucionar los problemas de celos con base en la idea ingenua de que es algo que se puede dejar de sentir y ya.
Los celos no son más que la muestra de que algo no anda bien, bien sea porque estén justificados o porque no.
Si lo están, la sinceridad será fundamental. Lo que sea que esté semioculto debe salir a la luz para dar paso a nuevas acciones.
Si los celos no tienen justificación real, entonces la persona que los siente debería acudir a terapia para entender cuáles son las causas de su preocupación.
Normalmente, lo que subyace debajo de los celos son problemas de autoestima y seguridad en sí mismo.
2. Analiza lo que sientes a “la distancia”
Apartarse por un momento del problema y pensar sesudamente en lo que se siente es una parte del sano abordaje que se puede hacer.
Acciones como escribir lo que sientes y aquello que te da miedo son formas de hacer introspección acerca de los celos.
Tal como ya lo dijimos, los celos no son el problema en sí. Normalmente son la consecuencia de causas reales o de imaginarias producto de interpretaciones erróneas.
Esto no solo reduce las discusiones y su intensidad, sino que abre la puerta para establecer conversaciones con propósito.
3. Conversa con una persona que no tome partido por ninguno de los dos bandos
Este ejercicio se debe hacer con mucha precaución para evitar que el problema se intensifique.
No todos los amigos ni conocidos son útiles en este tipo de casos.
Encontrar a alguien que sirva como punto neutral puede ser una buena alternativa, pero difícilmente superará el abordaje profesional psicológico.
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Conclusión acerca de cómo no sentir celos
Las preguntas del tipo “¿cómo evitar los celos y la desconfianza?” no tienen fácil resolución ni una receta infalible.
Sin embargo, hacerse este tipo de preguntas puede ser el primer paso para cambiar la situación.
Lo importante es conseguir ayuda profesional pronto para evitar que las bases de la relación de pareja se dinamiten en celos enfermizos y sin sentido.
Lo opuesto implica daños que muchas veces son irreparables y que derivan en el fin de la relación de pareja.