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Como liberarse de la envidia [5 maneras de dejar de tenerla]

como liberarse de la envidia

El dedo señalador de muchos apunta a quienes osan expresar que desearían tener lo que otros tienen y tanto se habla mal acerca de la envidia que parece que quienes la experimentan son pocos.

Te sorprenderías al pensar que no es así.

De hecho, si estás aquí, tal vez es porque en algún momento de tu vida (o en varios), has experimentado la envidia y te gustaría dejar de hacerlo.

Para que conozcas las maneras de liberarte de la envidia, antes conoce cómo puede la envidia evitarte tener una vida plena.

Cómo la envidia te impide vivir una vida feliz

Imagina por un momento quién fue la primera persona que experimentó la envidia.

Seguro que fue hace muchos años y que lo hizo en un contexto totalmente distinto al que vivimos hoy día.

Por ejemplo, en lugar de haber envidiado el auto del vecino, puede que lo haya hecho con la caza del día o con el logro de una tribu cercana. Algo tan aparentemente simple para nosotros como una piedra tallada, podría ser motivo de envidia.

Visto así, el impulso de envidiar pudo ser un mecanismo de adaptación que fomentaba la mejora.

Si el otro o la otra lograban algo en un momento tan distinto de nuestra civilización, entonces la envidia podía impulsar a que los demás mejoraran, por supuesto, si el fin no incluía la violencia como método para conseguir lo que no se tenía.

Sin embargo, el humano moderno no se mueve en territorios tan cruciales. La sobrevivencia no depende de haber cazado un animal más grande ni de correr más rápido ni de tener una punta de lanza más ornada.

La envidia, actualmente, termina convirtiéndose en un lastre que te saca de foco y te pone en una constante persecución de lo que el otro es o tiene.

En un primer momento, pudiera parecer que es motivadora, pero no porque quien envidia no suele hacerlo una vez ni con una sola persona, sino que lo hace como una conducta que permea casi todos los ámbitos de su vida.

Envidiar es un acto que, paradójicamente, te aleja de ti porque te hace creer que lo que necesitas está en lo que el otro posee, en quien es.

Y no, no negamos que muchas conductas o aspectos de la vida de los demás sean deseables para los otros, pero vividos desde la envidia, causan gran sufrimiento y desgaste.

Incluso, ser presa de la envidia es una declaración de aislamiento porque quien la siente tiene menos probabilidades de generar lazos sólidos con los demás y de aprender de ellos.

Además, la envidia te aleja de experimentar sensaciones de gratificación más profundas porque te impide ayudar a otras personas y sentir lo satisfactorio de serles útil, de hacerlos sentir bien.

Como liberarse de la envidia
La envidia te impide concentrarte en los asuntos que son realmente importantes para ti.

¿Existe la envidia sana?

Cuando alguien quisiera ser o tener lo que otros tienen, puede que enuncie lo que está sintiendo como «envidia sana». En tal sentido, cabe hacer una comparación para comprender lo que se esconde detrás de esto.

Para tal fin nos valdremos de palabras que tienen una connotación negativa. Por ejemplo, si hablamos de violencia no lo hacemos nunca de una «violencia sana» y de una «violencia insana». A los sumo, la justificamos si se trata de violencia en defensa propia.

Algo similar pasa con la palabra codicia. No hay una codicia sana ni una insana. Solo hay codicia.

Si nos ceñimos a esta forma de interpretar este tipo de palabras, pronto nos daremos cuenta de que la idea de «envidia sana» es contradictoria en sí misma.

Tal vez, de lo que se pudiera hablar para referirse a esa sensación de desear algo similar o igual a lo que el otro tiene es de inspiración.

Hay personas que nos inspiran a ser mejores, a tener mejores relaciones, a conseguir ciertos objetivos físicos, económicos, aspiracionales, etc.

La inspiración es estimulante y provoca cambios favorables. La envidia no. Por exagerado que se lea, la envidia es oscura porque habla de la necesidad de aspirar a algo basándose en otra persona, no en sus propios deseos o necesidades.

Puedes envidiar un auto que ni siquiera quieres en realidad porque puede que lo que busques es el reconocimiento social que este te aporta o puede que lo que desees es que el otro no lo tenga. Sería un «si yo no lo tengo, entonces que tampoco lo tenga alguien más».

Otra palabra que puede caber dentro de la noción de envidia sana es la de «admiración».

Muchos admiran a, por ejemplo, un jugador de fútbol o a un artista, no por lo que tienen, sino por lo talentosos que son. La admiración ni siquiera contempla un movimiento para tratar de ser iguales, sino se hace desde la tranquilidad de ser quien se es.

Como liberarse de la envidia

La envidia es un antivalor que puedes modificar si modificar lo que sucede en tu mundo interior, incluidos tus hábitos.

1. Presta atención al contenido que estás consumiendo en redes sociales

Qué fácil es sufrir con la vida de los demás. Por más maduro o madura que te creas, ver ese instante específico que algunos muestran en redes genera, cuando menos, un deseo de vivir experiencias similares. Cuidado.

Mucho de lo que se ve en redes sociales no es más que fotos y videos planificados o transacciones publicitarias que no se corresponden con la vida real.

2. Si te vas a comparar, entiende que los contextos de cada uno son distintos

No todos tienen los mismos talentos ni las mismas oportunidades. Asumir que cada quien es lo que es, soluciona en parte la envidia. Eso sí, esto no quiere decir que no tengas margen de mejora ni que no puedas lograr tus objetivos, pero acepta antes que tal vez no te sea tan sencillo como se le hizo a otros.

Todos tenemos virtudes y aspectos por los cuales ser reconocidos.  Mira a lo interno y encuéntralos.

cómo liberarse de la envidia
Las redes sociales son un escenario en el que se muestran muchos contenidos de «vida perfecta», pero lo cierto es que desconocemos lo que se esconde detrás de esas personas y de cómo viven realmente.

3. Prueba nuevas experiencias

Vivir nuevas experiencias te permite mantener el foco en ti y desarrollarte en distintos ámbitos. Cursos, talleres, paseos y otras actividades similares te permiten ampliar tus horizontes y relacionarte con otras personas desde una mirada distinta.

No tiene por qué ser algo grande. Pequeños movimientos conducen a cambios sólidos.

4. Redescubre eso que es importante para ti

La envidia suele estar acompañada de una falta de propósito real. Muchas personas se fijan en lo que otros logran o hacen justamente porque no están dedicadas a lo que les gusta realmente.

Si tienes suficiente consciencia de lo que te hace feliz, si vives con mayor enfoque en propósitos tendrás que dedicarte muy poco o nada en lo que hacen los demás.

5. Desarrolla tu paciencia

Como muchos quieren que todo se les dé rápido, entonces sufren viendo cómo los demás logran sus objetivos. Lo llamativo de esto es que quienes quieren que todo suceda enseguida, ignoran el tiempo que les costó a los demás conseguir lo que consiguieron.

Una vez más debes prestar atención a tus expectativas y a la forma en que estás viendo los logros de los otros. Tal vez estés viendo solo la foto que postean en su Instagram y te estés perdiendo del resto de la historia.

Conclusión

La envidia es más común de lo que pensamos y no debería ser motivo de sufrimiento a menos que no te hagas cargo de ella. Lejos de pelearte con ella, valdría la pena que reflexiones en qué es lo que la está causando y amplies tu forma de ver el mundo para que esto deje de robarte tiempo valioso.

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