Estar seguros en donde nos encontramos, en el que no habrán situaciones impredecibles que podrán en juego nuestras capacidades o habilidades, donde sabemos que somos capaces de controlar la situación, en general se resume como la zona de confort. Pero ¿Por qué queremos permanecer en ella?
Los riesgos siempre pueden generar un estado de alerta y por lo tanto aumentar nuestro niveles de ansiedad o estrés, ubicándose como el principal factor que se desencadena tan solo pensar salirse de la zona de confort; por lo que el individuo que prefiere evitarlo, busca todas las alternativas existentes para así mantenerse en su zona de seguridad y así continuar su vida cotidiana, permitiéndole mantenerse en un estado de bienestar derivándose de una ausencia de las experiencias de emociones que son consideradas como negativas.
¿En qué momento se construye la zona de confort?
Este es un proceso lento, lo cual se va estructurando a medida que pasa el tiempo y que incluso lo podemos desarrollar lentamente, al acostumbrarnos a ciertos hábitos o estilos de vida, sin darnos cuenta que existen otras posibilidades más allá de donde nos encontramos.
No obstante, hoy día los coaching motivacionales se han encargado de desarrollar estrategias partiendo de la inteligencia emocional, en el que se promueve la salida a la zona de confort con estrategias o técnicas de adaptación, permitiendo que sea posible abrir la mente hacia nuevas rutinas, actitudes, comportamientos que incluso pueden llegar a limitarlo.
¿Qué significa salir de la zona de confort?
No se trata de actuar alocadamente y hacer una infinidad de cosas arriesgadas que pueden incluso poner en peligro nuestra vida, si no ser más conscientes que existen otras culturas, otras prácticas y otras costumbres que nos enseña a canalizar ciertos problemas o incluso adquirir nuevas habilidades o capacidades para tener un mejor desempeño en los distintos ámbitos de la vida.
Existen ciertos factores que determinan el momento en que se debe salir de la zona de confort, tales como:
- Apatía frente a la vida, estancándose el crecimiento emocional e intelectual.
- Aumenta la desmotivación sin planes o proyectos que te animen o te motiven a seguir desarrollándote.
- Dejas pasar las buenas oportunidades por miedo al fracaso.
- Aislamiento social.
- Dejas todo para después.
- Constantemente te niegas a cualquier actividad o ideas nuevas que se puedan presentar en tu vida.
Consecuencias de salir de la zona de confort
Cuando salimos de nuestra zona de confort es posible que nuestro cuerpo tenga un poco de mayor tensión o ansiedad, aunque si tenemos una postura más abierta y positiva, permitirá canalizar las nuevas experiencias y aprendizajes como algo nuevo y favorable para la vida, tales como:
- Incrementa el aprendizaje cotidiano: Todos los días aprenderás cosas nuevas que te permitirán enfrentar situaciones que anteriormente veías imposible de solucionar, lo cual te puede hasta preparar para tiempos difíciles en los que indudablemente tendrás que salirte de tu zona de confort así no lo desees.
- Aumenta la tolerancia hacia los demás: Podrás entender otros puntos de vistas o comportamientos los cuales podrías considerar poco normales cuando solo te encontrabas en tu zona de confort.
- Mantienen una perspectiva positiva ante la vida: A pesar que pueda parecer riesgoso al afrontar los miedos, no necesariamente tienen que ocurrir cosas malas, la gran mayoría de las veces ocurren experiencias muy positivas, ampliando la mente y mejorando la percepción frente a la vida.
- Mayor fortaleza emocional: Cuando eres capaz de superar los miedos o ansiedad tienes una mejor habilidad de autocontrol emocional, lo cual progresivamente permite lograr una mejor adaptación ante situaciones difíciles, sin caer en un estado de pánico o depresión.
- Desarrollar una mente creativa: Lo impredecible así como mueve el miedo también puede impulsar la creatividad, en el que nuestro cerebro empieza a crear las distintas estrategias para resolver alguna situación compleja con asertividad.
Salirse de la zona de confort es claro que es muy positivo, en términos de desarrollo personal, pero es importante no dejar a un lado las prioridades o metas establecidas, permitiendo establecer un equilibrio en la zona de confort y en salir de la misma.
¿Cómo lidiar con el pánico y salirse de la zona de confort?
Puede parecer muy sencillo leer un poco la teoría sobre cómo estar en entornos impredecibles o situaciones que no serán 100% controladas, con una buena confianza y pensamientos positivos, no obstante, cuando los niveles de miedo se elevan considerablemente el desafío puede ser aún mayor, por lo que en la práctica se observan resultados favorables al adoptar ciertas técnicas previas para disminuir el impacto emocional al momento de enfrentar el miedo, como las técnicas de relajación como la meditación, orientación psicológica o la participación de las redes de apoyo, que pueden permitir una apertura emocional ante los cambios que debe enfrentar al estar fuera de su entorno de protección y tener una mejor adaptación a dicho escenario.