Los trastornos del habla pueden ser un obstáculo importante en la vida de una persona, ya que afectan no sólo a su capacidad para comunicarse con los demás, sino también a su autoestima y sentido de la valía. Por desgracia, los trastornos del habla son un problema frecuente entre niños y adolescentes, ya que casi el 8% de los niños de Estados Unidos tienen un trastorno del habla perceptible, según la Asociación Americana del Habla, el Lenguaje y la Audición (ASHA). Comprender los tipos y procedimientos de diagnóstico de los trastornos del habla, así como identificar y aplicar estrategias de apoyo, puede ser una forma eficaz de ayudar a las personas con trastornos del habla a llevar una vida más plena y satisfactoria.
Tipos de trastornos del habla
Existen diversos tipos de trastornos del habla, todos los cuales pueden afectar a la capacidad de una persona para producir sonidos del habla. Uno de los más frecuentes es el trastorno de la articulación, que se produce cuando una persona tiene dificultades para producir determinados sonidos o combinaciones de sonidos. Otro tipo es el trastorno de la fluidez, que hace que el habla se vea alterada por la prolongación, los bloqueos y las repeticiones de los sonidos del habla. Otros tipos de trastornos del habla son los trastornos de la voz, en los que la voz de una persona suena anormal o ronca; los trastornos de la resonancia, que hacen que el habla de una persona suene como si tuviera la nariz tapada; y los trastornos oromotores, que pueden afectar a la capacidad de una persona para mover los labios, la lengua o la mandíbula de forma coordinada para producir sonidos del habla.
Procedimientos de diagnóstico de los trastornos del habla
El primer paso para diagnosticar un trastorno del habla es que un profesional médico, como un pediatra, un audiólogo o un logopeda, realice una evaluación exhaustiva de las capacidades de comunicación y lenguaje de la persona. Esta evaluación suele incluir los antecedentes del caso, una exploración física y el uso de pruebas estandarizadas, así como una evaluación auditiva para descartar cualquier pérdida de audición que pueda estar contribuyendo al problema. Una vez identificado el tipo concreto de trastorno del habla, se lleva a cabo una evaluación exhaustiva del impacto del trastorno en las actividades cotidianas del individuo y en el entorno en el que vive.
Estrategias de apoyo para personas con trastornos del habla
Una vez que se ha identificado el tipo de trastorno del habla y se ha completado una evaluación exhaustiva, la atención pasa a centrarse en identificar y aplicar estrategias de apoyo que puedan ayudar a las personas con trastornos del habla a comunicarse mejor. Una de las estrategias más habituales es la logopedia, que es una forma de terapia cuyo objetivo es mejorar la capacidad de una persona para producir y comprender el habla y el lenguaje. En algunos casos, pueden recomendarse sistemas de comunicación aumentativa y alternativa, como tableros de comunicación y tabletas electrónicas con salida de voz. Estos sistemas pueden ayudar a las personas con trastornos del habla a comunicar mejor sus pensamientos y necesidades a los demás. Es importante tener en cuenta que las estrategias de apoyo específicas que se recomienden variarán en función de las necesidades únicas de la persona y de la gravedad del trastorno del habla.
Conclusión
La prevalencia de los trastornos del habla entre niños y adolescentes pone de relieve la importancia de comprender los tipos y procedimientos diagnósticos de los trastornos del habla, así como de identificar y aplicar estrategias de apoyo. Al familiarizarse con los distintos tipos de trastornos del habla, los profesionales médicos y los padres pueden trabajar juntos para diagnosticar y abordar las necesidades únicas de las personas con trastornos del habla, con el fin de ayudarles a llevar una vida más satisfactoria y exitosa.