Ser diagnosticado de un trastorno disociativo puede ser abrumador. Según estimaciones del Instituto Nacional de Salud Mental, hasta el 1% de las personas padecen un trastorno disociativo. Este trastorno se caracteriza por la alteración del sentido del yo de una persona, lo que provoca problemas de memoria, percepción e identidad. Para ayudar a comprender mejor esta afección, este artículo explora los síntomas del trastorno disociativo y ofrece una visión general de cómo puede tratarse.
¿Qué es un trastorno disociativo?
Un trastorno disociativo es una afección de salud mental que puede alterar la percepción, la memoria y la identidad de una persona. Se produce cuando el cerebro no puede procesar y almacenar la información como debería. Esta alteración puede ser el resultado de diversos factores, como un acontecimiento traumático o la exposición a un estrés grave a lo largo del tiempo.
Existen cuatro tipos principales de trastornos disociativos:
1. Trastorno de Despersonalización
. Trastorno de despersonalización
Con el trastorno de despersonalización, una persona puede sentirse separada de su propio cuerpo o experimentar la sensación de estar alejada del mundo que le rodea. Este tipo de trastorno disociativo puede aparecer y desaparecer, y suele estar relacionado con sentimientos de ansiedad.
2. Amnesia disociativa Amnesia disociativa
Una persona con amnesia disociativa experimentará periodos de pérdida de memoria. Estos periodos de pérdida de memoria suelen estar asociados a un acontecimiento concreto. La persona puede recordar información general, pero tiene dificultades para recordar detalles del suceso.
3. Fuga disociativa
La fuga disociativa es una forma más extrema de amnesia. Una persona que experimenta una fuga disociativa puede tener periodos en los que se desconecta de su propia identidad. En algunos casos, la persona puede adoptar una nueva identidad y no recordar los acontecimientos de su vida antes de que se produjera la fuga disociativa.
4. Trastorno de Identidad Disociativo Trastorno de Identidad Disociativo (TID)
El trastorno de identidad disociativo (TID) se caracteriza por la presencia de dos o más estados de personalidad distintos. Estos estados de personalidad distintos pueden tener nombres, edades o géneros diferentes. Cada estado de personalidad puede tener sus propias percepciones, recuerdos y comportamientos.
¿Cuáles son los síntomas de un trastorno disociativo?
Las personas con un trastorno disociativo pueden presentar una serie de síntomas. Algunos de los síntomas más comunes son:
- Alteraciones de la memoria: la persona puede tener dificultades para recordar acontecimientos o detalles importantes
- Sentirse alejado de la realidad: la persona puede tener dificultades para conectar con el mundo que le rodea
- Depersonalización – la persona puede sentirse desconectada de su propio cuerpo
- Confusión de identidad – la persona puede sentir que ha perdido el contacto con su propia identidad
- Cambios de humor – la persona puede experimentar cambios de humor extremos, sin una causa clara
¿Cómo se diagnostica un trastorno disociativo?
El diagnóstico y la evaluación de un trastorno disociativo suelen correr a cargo de un profesional de la salud mental, como un psicólogo, un psiquiatra o un trabajador social clínico. El profesional empezará por realizar una entrevista exhaustiva y tomar un historial personal y familiar detallado.
El profesional también puede utilizar diversas pruebas diagnósticas, como la Escala de Experiencias Disociativas (DES), para ayudar a evaluar el nivel de disociación de la persona. El profesional también puede utilizar una herramienta de evaluación estandarizada, como la Entrevista Clínica Estructurada para Trastornos Disociativos (SCID-D), para ayudar a determinar si la persona experimenta síntomas de un trastorno disociativo.
¿Cómo se trata un trastorno disociativo?
El tratamiento de un trastorno disociativo probablemente implique una combinación de terapia, medicación y apoyo. El plan de tratamiento específico dependerá del tipo de trastorno disociativo que padezca la persona y de la gravedad de los síntomas. Algunos de los tipos de tratamiento más habituales para un trastorno disociativo son:
Terapia
Varias formas de terapia pueden ser útiles para tratar un trastorno disociativo. Por ejemplo, la terapia cognitivo-conductual (TCC) puede ayudar a la persona a aprender a identificar y cuestionar patrones de pensamiento y comportamientos negativos. Además, la terapia dialéctica conductual (TDC) puede ayudar a la persona a aprender a regular sus emociones y a reducir el impacto de los acontecimientos estresantes.
Medicación
La medicación también puede ser útil para tratar un trastorno disociativo. Los antidepresivos y ansiolíticos pueden ayudar a reducir los síntomas del trastorno disociativo. En algunos casos, una persona también puede beneficiarse de tomar un medicamento antipsicótico para ayudar a reducir los cambios de humor extremos y otros síntomas.
Apoyo
Por último, recibir apoyo de amigos, familiares y otros seres queridos puede ser increíblemente útil para tratar un trastorno disociativo. La persona también puede beneficiarse de unirse a un grupo de apoyo para personas que se enfrentan a problemas similares. Estos tipos de grupos pueden ofrecer una sensación de comprensión y conexión, que puede ser increíblemente reconfortante.
Conclusión
Un trastorno disociativo puede ser una enfermedad difícil de tratar. Sin embargo, con el apoyo y el tratamiento adecuados, es posible superar los síntomas. Si te preocupa que tú o alguien que conoces podáis padecer un trastorno disociativo, es importante que busques ayuda lo antes posible. Un profesional de la salud mental puede ayudar a identificar y tratar las causas subyacentes de los síntomas y ayudar a la persona a aprender a controlarlos.