3

Diferencias entre sociópata y psicópata

Sociópata armado

Si hoy estás aquí leyendo esto, es porque una parte de ti está interesada en conocer cómo es un sociópata o un psicópata. En la comunidad científica se debate bastante si existe realmente una diferencia entre ambos. Se sabe que entre ellos existen muchísimas similitudes; una de las razones por las cuales a veces se suelen confundir entre ellas. Pero algo a veces difícil de detectar son sus diferencias. En un principio deberíamos explicar qué es la sociopatía y qué es un psicópata por separado para luego comparar similitudes y diferencias entre sí.

Un psicópata no es más que alguien que tiene o padece de una psicopatía. Cuando nos vamos al origen etimológico de la palabra, nos encontramos que en griego significa “el que tiene un padecer mental”. Este padecer mental altera directamente las percepciones del psicópata y por consiguiente su conducta, haciendo que la realidad que experimenta tenga diferencias bastante específicas con respecto a la que la mayoría de las personas conocemos. Algo muy curioso es que la tasa de prevalencia que presenta es desde un 0,2% a un 3,3% de la sociedad mundial. ¿Qué quiere decir esto? Es casi seguro que conozcas al menos a un psicópata sin saber que lo es.

Algunas de las características más sobresalientes que tiene un psicópata es la tendencia a utilizar a otros seres humanos de formas no gratas. ¿A qué nos referimos? En palabras mortales podemos decir que no sienten empatía ni afinidad con ningún otro ser humano (a pesar de ser personas que se muestran profundamente confiables); lo que, con el tiempo y a medida que el psicópata crece y se desarrolla, le otorga una perspectiva donde las otras personas no son más que peones sacrificables en su tablero de ajedrez; sin importarle sentimientos, traumas ni nada relacionado con las personas que le rodean. Son personas que generalmente presentan un autoestima elevado y bastante irresponsables; ya que no sienten una obligación profunda con la mayoría de los objetivos que dependen de ellos. Por supuesto, no podemos decir que esto es algo realmente malo; cuando nos posicionamos en una perspectiva lo suficientemente estable, podemos ver estas características como algo aprovechable en puntos específicos de la sociedad; donde los sentimientos y las emociones suelen afectar los resultados que se buscan. Algo que es necesario destacar es que estas afecciones se desarrollan más y más a lo largo del tiempo. Por eso es importante detectarlas desde temprana edad antes de que pueda alterar dramáticamente la realidad subjetiva del paciente.

Un sociópata, por otro lado, es una persona altamente impulsiva con comportamientos imprevisibles y muchas veces irracionales. A diferencia de los psicópatas, estos actúan más por compulsividad que por inteligencia. Suelen hacer lo que hacen porque les nace hacerlo sin importar si tiene algún sentido lógico o no, y por lo general cuando les preguntas el por qué de sus acciones pueden reaccionar de formas inesperadas. Algunas diferencias características entre estas afecciones  es que la psicopatía puede provenir de genes hereditarios y la sociopatía, por otra parte, se genera en la experiencia del ser. La mayoría de los sociópatas son personas que en su infancia atravesaron graves experiencias traumantes. Estas experiencias pueden ir desde abusos sexuales a temprana edad, la presencia de episodios de extrema violencia en el hogar e incluso el maltrato físico. 

Para dar un ejemplo simple de sociopatía, podemos mencionar al Joker o el Guasón en películas como Batman el Caballero de la Noche, donde dicho personaje se muestra en un principio bastante calculador con todo lo que lleva a cabo. Pero a medida que la película se desarrolla, demuestra e incluso menciona con palabras claras que él no es más que “un perro persiguiendo autos”; no sabe por qué lo hace ni qué conseguirá al alcanzar dichos autos; pero aún así no deja de perseguirlos. Un sociópata puede reconocerse inicialmente cuando detectamos a las personas que tienen nervios fácilmente alterables. Así que la próxima vez que te encuentres con este tipo de personas, ten cuidado con las palabras que le dedicas.

Es relativamente fácil reconocer la sociopatía en alguien cercano debido a que la mayoría de sus características se pueden detectar a simple vista. Por ejemplo, una persona con esta afección tiende a tener grandes problemas laborales. Esto se debe generalmente a la falta de organización, constancia y otros puntos claves. La mayoría de estas personas siempre se encuentran haciendo lo que les place y no lo que deben hacer, sencillamente porque sus emociones, nervios y sentimientos pueden más con ellos que la razón. Por supuesto, no todas las personas con falta de constancia en su vida padecen de sociopatía, pero podemos utilizar este conocimiento para detectar más fácilmente algunos casos que posiblemente nos rodean. 

Existen más psicópatas y sociópatas a tu alrededor de lo que piensas

Ahora bien, algo importante que hay que aclarar, y que por lo general se confunde bastante; es que no todos los psicópatas y sociópatas son asesinos seriales. Evidentemente por sus características, si se convierten en asesinos, serían extremadamente peligrosos. Un psicópata asesino es alguien que generalmente jamás pensarías que podría serlo; esto debido a que esconden cautelosa e inteligentemente cada una de estas peligrosas facetas que los delatan. Por otro lado, un sociópata es más propenso a ser descubierto más rápidamente porque, a diferencia del psicópata, este lleva a cabo lo que hace sin planes previamente premeditados (esto no quiere decir que todos sean así, pero en su gran mayoría, es esta la característica que destaca). En otras palabras, por causas lógicas, en la cárcel existen más personas con sociopatía, que con psicopatía.

La próxima vez que salgas a la calle, probablemente no verás a las personas que te rodean de la misma forma. Puedes comenzar a notar patrones de cualquiera de estas dos afecciones, puedes comenzar a estudiar a las personas poco a poco y con el tiempo, fácilmente te darás cuenta quien es realmente lo que dice ser. 

 

Comparte este artículo