Algunas “tareas” en psicoterapia son comunes o se consideran repetitivas y puede pasarse por alto su importancia dentro del proceso terapéutico ya que en principio no generan un cambio en el estado anímico o al problema.
Algunas veces no es posible identificar los pensamientos negativos que ocurren de forma automática y una estrategia útil es comenzar a preguntar al cliente el significado que tiene esa situación para él. Una herramienta que se utiliza para esquivar la evitación cognitiva es ir escribiendo en una hoja de papel los pensamientos que se van identificando para que sea posible profundizar en ellos y encontrar las distorsiones y sesgos de pensamiento.
Uno de los medios más frecuentes es el registro de pensamiento o autorregistro cognitivo, una herramienta utilizada para identificar las cogniciones que se realiza fuera de sesión en el día a día.
¿En qué consiste el registro de pensamientos y para qué sirve?
Se trata de una herramienta utilizada para la aplicación de la técnica de Reestructuración Cognitiva, donde se crea un registro de las experiencias que se conforma por: los pensamientos, emociones y conductas o acciones que se generan. También, pueden incluir los pensamientos alternativos para cada situación, encontrándo este paso a menudo en procesos más avanzados.
Por sus características, es una de las técnicas más usadas en la terapia psicológica y se ha adaptado a otros enfoques. Se indica como una tarea para orientar a los pacientes a hacer conciencia de sus distorsiones cognitivas que antes pasaban en automático y no eran cuestionadas. Sin embargo, esto es un proceso que debe desarrollarse mediante la práctica, aprendiendo a identificarlas cuando aparecen y cambiar la conducta subyacente.
A largo plazo, puede ser un método para gestionar sus recursos y hacerse preguntas sobre las interpretaciones que hacen de la realidad y cómo esto difiere de los hechos reales pudiendo ser más consistentes al comprender cuando nos sentimos ansiosos o desanimados cuáles son sus detonantes y las distorsiones o creencias que lo desencadenan siendo posible apreciar las mejoras durante el proceso.
Tipos de autorregistro de pensamientos
Siendo una herramienta que permite comparar los elementos intervinientes en la experiencia durante determinado periodo de tiempo es posible en un inicio explorar los esquemas cognitivos de cada paciente y posteriormente observar las diferencias y mejoras que se han reflejado a la par de establecer nuevos temas por abordar.
De este modo, teóricos de la terapia cognitiva han establecido tres tipos de registro o autorregistro que se manejan en la terapia cognitiva siendo el primero de ellos o su creador (también responsable de la técnica de reestructuración cognitiva que hoy en día es un pilar fundamental en la terapia cognitiva) el psicólogo cognitivo Albert Ellis:
Autorregistro de Ellis
Este cuadro se organiza por los componentes de: situación activadora, cogniciones o pensamiento, emoción que lo acompaña o consecuencias emocionales y la conducta. Posteriormente, durante el tratamiento se incluye la evaluación de las cogniciones, los efectos cognitivos, emocionales y conductuales.
Autorregistro de Clark
Este incluye seis columnas además de añadir la fecha y son: la situación, la emoción o emociones experimentadas y su intensidad de 0-100, los pensamientos específicos que surgen antes de la emoción y su creencia en grados de 0-100. Seguido de los pensamientos alternativos y el grado de creencia en estos, creencia en los pensamientos negativos originales y de las emociones y por último las acciones a ejecutar.
Autorregistro de Wells
Su variación respecto a la propuesta de Clark es la moficiación por la columna de “pensamientos alternativos y grado de creencia en los mismos” por una valoración de la creencia en los pensamientos automáticos en lugar de los alternativos, además del tipo y grado de la emoción que resulta y las acciones o comportamientos se encuentra en la última columna.
Identificación de cogniciones
En la psicoterapia cognitiva, la identificación de pensamientos es un proceso contínuo que abarca todo el proceso. Además de pedirle que escriba los diversos aspectos desde el proceso de evaluación inicial es necesario hacerle saber que muchos de los pensamientos que tenemos las personas son involuntarios o automáticos y se escapan de la atención consciente si no se hace un esfuerzo por identificarlos.
Del mismo modo, habrá de ratificar que identifica pensamientos importantes que producen el malestar emocional y pueda preguntarse si otras personas que pensaran de ese modo experimentaran las mismas emociones. También es importante no confundir los pensamientos con estados emocionales, escribirlos de forma concreta y cada uno por separado.
También se puede psicoeducar con que las cogniciones se pueden presentar también como imágenes y resulta poco frecuente que los pacientes expresen imágenes si no se les pregunta de manera específica. Según autores, se confía más en lo que se aprecia en imágenes, estas tienden a tener un mayor impacto y en su mayoría son estereotipadas y repetitivas por lo que resulta importante explorarlas.
Medios para identificar las cogniciones
El autorregistro es uno de los medios para identificar cogniciones, siendo parte de la clasificación de medios concurrentes en situaciones reales, con el autorregistro se puede responder preguntas sobre ellos al encontrarse en la situación que lo demanda y permite identificarlas en el momento preciso en que se encuentra mayor carga emocional. Otras herramientas que se emplean en las situaciones reales son la grabación pensando en voz alta, la observación del lenguaje privado y la asociación libre en sesión.
En cuanto a los otros componentes de la clasificación se encuentran los retrospectivos y los concurrentes en situaciones imaginadas. La entrevista es uno de los medios retrospectivos que se implementan desde la primera sesión donde se abordan los pensamientos sobre las situaciones recientes siendo revividas mediante la imaginación. También se implementan cuestionarios de reconocimiento de pensamientos, escritura libre de pensamientos, registro al final del día de los pensamientos tenidos durante el mismo e incluso el autorregistro entra en esta categoría.
Finalmente las situaciones simuladas o imaginadas se practican al pensar en voz alta o responder preguntas sobre las cogniciones mientras se realiza una visualización de las situaciones demandantes o perturbadoras. De este modo, se posibilita la activación emocional y se puede acceder a sus cogniciones significativas.