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¿Qué es el trastorno de integración sensorial y cómo afecta a los niños?

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El trastorno de integración sensorial es una condición en la que el cerebro tiene dificultad para procesar y responder a la información sensorial de manera adecuada. Los niños con este trastorno pueden tener dificultades para regular sus respuestas a estímulos sensoriales como el tacto, el sonido, la vista, el olfato o el gusto.

Pueden ser hipersensibles y reaccionar exageradamente a ciertos estímulos o, por el contrario, pueden ser insensibles y tener dificultad para percibir ciertas sensaciones. Esta condición puede afectar su capacidad para participar en actividades diarias y tener un impacto significativo en su desarrollo y bienestar emocional. Es importante comprender el trastorno de integración sensorial para poder identificar sus síntomas y buscar el apoyo adecuado para los niños que lo padecen. En este artículo, exploraremos en detalle qué es el trastorno de integración sensorial y cómo afecta a los niños en su vida diaria.

Signos y síntomas del trastorno de integración sensorial en niños

El trastorno de integración sensorial puede manifestarse de diferentes formas en los niños. Algunos de los signos y síntomas más comunes incluyen:

1. Sensibilidad extrema: Los niños con trastorno de integración sensorial pueden ser extremadamente sensibles a ciertos estímulos sensoriales. Por ejemplo, pueden tener dificultades para tolerar ciertos tejidos o texturas, reaccionar negativamente a los ruidos fuertes o tener aversión a ciertos olores o sabores.

2. Búsqueda de estímulos: Por otro lado, algunos niños con este trastorno pueden buscar constantemente estímulos sensoriales. Pueden tener comportamientos repetitivos como balancearse, girar o tocar objetos de forma compulsiva para buscar la estimulación sensorial que necesitan.

3. Dificultades de atención y concentración: Los niños con trastorno de integración sensorial pueden tener dificultades para mantener la atención y concentrarse en tareas específicas. Pueden distraerse fácilmente debido a la sobrecarga sensorial o, por el contrario, pueden parecer insensibles a ciertos estímulos y tener dificultades para mantenerse alerta.

Estos son solo algunos ejemplos de los signos y síntomas que pueden indicar la presencia de trastorno de integración sensorial en los niños. Es importante que los padres y educadores estén atentos a cualquier cambio en el comportamiento o en la forma en que los niños responden a los estímulos sensoriales.

Causas y factores de riesgo del trastorno de integración sensorial

Aunque aún no se ha identificado una causa específica del trastorno de integración sensorial, se cree que hay varios factores que pueden contribuir a su desarrollo. Algunas de las posibles causas y factores de riesgo incluyen:

1. Factores genéticos: Existe evidencia de que el trastorno de integración sensorial puede tener una base genética. Algunos estudios han encontrado que los niños con un familiar cercano que también tiene el trastorno tienen un mayor riesgo de desarrollarlo.

2. Problemas en el desarrollo del sistema nervioso: Se cree que el trastorno de integración sensorial puede estar relacionado con problemas en el desarrollo del sistema nervioso central. Esto puede incluir anomalías en las vías sensoriales o en la forma en que el cerebro procesa y organiza la información sensorial.

3. Experiencias traumáticas: Algunos niños pueden desarrollar el trastorno de integración sensorial como resultado de experiencias traumáticas, como lesiones cerebrales o abuso infantil. Estas experiencias pueden afectar la forma en que el cerebro procesa y responde a los estímulos sensoriales.

Es importante tener en cuenta que no todos los niños que tienen factores de riesgo desarrollarán necesariamente el trastorno de integración sensorial. La interacción entre los factores genéticos y ambientales aún no se comprende completamente, y se necesitan más investigaciones para comprender mejor las causas subyacentes de esta condición.

Diagnóstico y evaluación del trastorno de integración sensorial

El diagnóstico del trastorno de integración sensorial puede ser desafiante, ya que no hay pruebas médicas específicas para confirmar su presencia. En cambio, los médicos y terapeutas suelen realizar una evaluación exhaustiva que incluye:

1. Historia clínica: El médico recopilará información sobre el desarrollo del niño, sus comportamientos y cualquier problema relacionado con los estímulos sensoriales. También se pueden recopilar antecedentes familiares relevantes.

2. Observación y evaluación: Los profesionales de la salud pueden observar al niño en diferentes entornos y evaluar cómo responde a los estímulos sensoriales. También pueden utilizar pruebas estandarizadas y cuestionarios para evaluar los síntomas y el impacto del trastorno en la vida diaria del niño.

3. Evaluación multidisciplinaria: En algunos casos, puede ser necesario que el niño sea evaluado por varios profesionales, como terapeutas ocupacionales, terapeutas del habla y psicólogos, para obtener una evaluación completa de sus habilidades y necesidades.

Es importante que los padres y educadores compartan cualquier preocupación o síntoma que observen en el niño con los profesionales de la salud. Cuanto antes se realice el diagnóstico y se inicie el tratamiento adecuado, mejor será el pronóstico para el niño.

El impacto del trastorno de integración sensorial en la vida diaria de los niños

El trastorno de integración sensorial puede tener un impacto significativo en la vida diaria de los niños. Algunas de las áreas en las que los niños pueden experimentar dificultades incluyen:

1. Actividades de la vida diaria: Los niños con trastorno de integración sensorial pueden tener dificultades para realizar actividades básicas de la vida diaria, como comer, vestirse o bañarse. Pueden ser selectivos con los alimentos debido a la textura o el sabor, tener dificultades para tolerar ciertas prendas de vestir o experimentar sensibilidad al agua o al tacto durante el baño.

2. Interacciones sociales: El trastorno de integración sensorial puede afectar las interacciones sociales de los niños. Pueden tener dificultades para relacionarse con sus pares, ya sea porque encuentran ciertos toques o abrazos incómodos o porque tienen dificultades para interpretar las señales sociales debido a la sobrecarga sensorial.

3. Participación académica: Los niños con trastorno de integración sensorial pueden tener dificultades para participar activamente en el entorno educativo. Pueden tener dificultades para concentrarse en clase debido a los estímulos sensoriales, tener problemas para seguir instrucciones o tener dificultades para realizar tareas que requieren habilidades motoras finas.

Estas son solo algunas de las formas en que el trastorno de integración sensorial puede afectar la vida diaria de los niños. Es importante reconocer estas dificultades y buscar el apoyo y las estrategias adecuadas para ayudar a los niños a superar los desafíos que enfrentan.

trastorno de integracion sensorial
En el trastorno de integración sensorial es común que los niños sientan rechazo a los abrazos y a otros tipos de contacto físico.

Terapia de integración sensorial y opciones de tratamiento

La terapia de integración sensorial es una forma común de tratamiento para los niños con trastorno de integración sensorial. Esta terapia se basa en la idea de que el cerebro puede aprender a procesar y responder adecuadamente a los estímulos sensoriales a través de la repetición y la práctica.

La terapia de integración sensorial se realiza bajo la supervisión de un terapeuta ocupacional especializado. Durante las sesiones de terapia, el terapeuta trabajará con el niño para ayudarlo a enfrentar gradualmente los estímulos sensoriales desafiantes. Esto puede incluir actividades como jugar con texturas, participar en juegos de equilibrio y coordinación, o explorar diferentes estímulos sensoriales de manera controlada.

Además de la terapia de integración sensorial, también puede ser necesario implementar otros enfoques de tratamiento según las necesidades individuales del niño. Estos pueden incluir terapia del habla y lenguaje, terapia ocupacional adicional para abordar habilidades motoras finas, o terapia conductual para ayudar a los niños a desarrollar habilidades sociales y emocionales.

Es importante tener en cuenta que cada niño es único y puede responder de manera diferente a diferentes enfoques de tratamiento. Es fundamental trabajar en estrecha colaboración con un equipo de profesionales de la salud para desarrollar un plan de tratamiento individualizado que se adapte a las necesidades específicas del niño.

Estrategias para manejar el trastorno de integración sensorial en casa y en la escuela

El manejo del trastorno de integración sensorial no se limita solo a la terapia. Hay muchas estrategias que los padres y educadores pueden implementar tanto en el hogar como en la escuela para ayudar a los niños a sobrellevar los desafíos que enfrentan. Algunas estrategias efectivas incluyen:

1. Crear un entorno sensorialmente amigable: Ajustar el entorno para minimizar los estímulos sensoriales desafiantes puede ser de gran ayuda. Esto puede incluir reducir el ruido, proporcionar áreas de descanso tranquilas o ajustar la iluminación para crear un ambiente más relajado.

2. Proporcionar rutinas y estructura: Los niños con trastorno de integración sensorial se benefician de tener rutinas predecibles y estructura en su vida diaria. Esto les brinda seguridad y les ayuda a anticipar lo que viene a continuación, lo que puede reducir la ansiedad y mejorar su capacidad para participar en las actividades.

3. Ofrecer opciones y apoyo para autorregularse: Permitir que los niños elijan cómo enfrentar los estímulos sensoriales desafiantes puede ser útil. Proporcionar opciones como usar ropa cómoda, usar audífonos o utilizar estrategias de relajación puede ayudar a los niños a autorregularse y afrontar de manera más efectiva los desafíos sensoriales.

Estas son solo algunas de las estrategias que pueden ayudar a los niños con trastorno de integración sensorial a manejar sus dificultades. Es importante trabajar en colaboración con los terapeutas y educadores para desarrollar un plan de apoyo individualizado que se adapte a las necesidades específicas del niño.

Apoyo a los niños con trastorno de integración sensorial en el aula

El entorno escolar puede presentar desafíos significativos para los niños con trastorno de integración sensorial. Sin embargo, con el apoyo adecuado, los niños pueden tener éxito académico y social. Algunas formas de apoyo en el aula incluyen:

1. Comunicación abierta con el personal escolar: Es importante comunicarse abiertamente con los maestros y el personal escolar sobre las necesidades del niño. Proporcionar información sobre el trastorno de integración sensorial, los desafíos específicos y las estrategias efectivas puede ayudar a crear un entorno de apoyo.

2. Modificaciones y adaptaciones: Se pueden realizar modificaciones y adaptaciones en el salón de clases para satisfacer las necesidades del niño. Esto puede incluir proporcionar materiales sensoriales, permitir períodos de descanso o adaptar las tareas para que sean más accesibles.

3. Promover la conciencia y la empatía: Fomentar la conciencia y la empatía entre los compañeros de clase puede ayudar a crear un entorno de aceptación y comprensión. Esto puede incluir actividades educativas sobre el trastorno de integración sensorial y cómo pueden apoyar a sus compañeros.

El apoyo en el aula puede marcar una gran diferencia en la experiencia educativa de los niños con trastorno de integración sensorial. Trabajar en colaboración con el personal escolar y los terapeutas puede ayudar a garantizar que el niño reciba el apoyo necesario para tener éxito académico y social.

Conclusión

El trastorno de integración sensorial puede afectar significativamente la vida diaria. Aunque complejo, reconocerlo y abordarlo abre puertas hacia estrategias que ayudan a quienes lo experimentan a manejar mejor los estímulos sensoriales. Con apoyo adecuado y terapias específicas, es posible mejorar la calidad de vida, promoviendo una mayor adaptación y funcionamiento en entornos cotidianos. La comprensión y la adaptación de entornos para ajustarse a las necesidades sensoriales individuales son pasos cruciales hacia la comodidad y el bienestar de quienes viven con este trastorno.

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