Si bien desde la antigüedad se considera que el ser humano posee una dualidad, la composición del cuerpo y alma, el cual según René Descarte, lo asociaba a lo tangible (el peso, volumen, …) y lo no tangible (psique, alma o espíritu), lo cual permite que toda esta compleja maquinaria pueda ser dirigida por su piloto experimentado, y funcione adecuadamente, por lo que esta relación es lo que se conoce como psicomotricidad.
Es claro que su función principal es comprender y evaluar el movimiento, aunque las connotaciones psicológicas están presentes, ya que no es un tema puramente biomecánico. Su foco de atención es entender el movimiento como desarrollo y expresión del individuo dentro de su entorno.
La lectura global de los procesos y adquisiciones motrices, son la base de la evolución humana, y a su vez llega a condicionar los procesos complementario como el lenguaje, la relación afectiva, los aprendizajes de lectura, entre otros aspectos.
Según Muniáin (1997), señala que la psicomotricidad es una disciplina enfocada en la educación, reeducación y terapia, el cual considera al humano como una unidad psicosomática, utilizando métodos activos de mediación, a los fines de contribuir a su desarrollo integral.
La psicomotricidad y sus etapas de desarrollo
- 0 a 3 meses: No hay un esquema corporal definido por el niño. Requiere del apoyo de su madre reconociéndola. A su vez se interesa por los objetos móviles y musicales, observando todo lo que le rodea.
- 4 a 3 meses: Tiende a Jugar con sus pies y manos, al igual que ya logra sostener la cabeza. Logra colocarse boca a abajo, apoyando las manos para levantar su cabeza. Tiene una mayor resistencia al estar sentado.
- 6 a 12 meses: Comienza a articular más letras y palabras para comunicarse, es capaz de sentarse por si solo e intentará moverse por su cuenta a través del gateo. Logra identificar personas con mayor facilidad, y tiende a extrañar a sus padres si no se encuentran cerca.
- 12 a 18 meses: Al iniciar su segundo año de vida, ya el infante sabe caminar, y en algunas ocasiones ya es capaz de subir escaleras. Comienza a descubrir nuevas formas de moverse como corriendo o saltando. Presenta mayor sujeción de los objetos, con habilidades para utilizar herramientas o realizar actividades como pintar o comer por su propia cuenta. Posee una mejor comprensión de órdenes, y mantiene una constante comunicación con sus padres a pesar que no logra pronunciar palabras concretas.
- 18 a 24 meses: Hay presencia de un mayor equilibrio al caminar, con interés en subir escaleras, correr o bailar de forma independiente. Colabora en sus tareas naturales de cuidado como la higiene personal o colocación de su propia vestimenta. Por su parte hay una mejor comprensión de palabras alcanzando las 100 al final de este periodo. Comienza el intento de imitar al adulto tanto en su forma de caminar como en sus acciones propiamente. Tiene un mayor interés en relacionarse con otras personas, acercándose a niños de su misma edad.
- 2 y 3 Años: El equilibrio sigue avanzando a un punto bastante elevado, por lo que hacer ejercicios más complicados como saltar en un pie o subir o bajar escaleras sin apoyos son más seguros. En el caso de su destreza con las manos también resulta muy avanzada, logrando ser capaz de montar estructuras con juegos de construcción. Su lenguaje es mucho más amplio alcanzando las 500 palabras, y con capacidad para construir frases más largas, distinguiendo los tiempos verbales.
- 4 a 6 años: Salta, trepa con habilidad y suele interesarse en bailar. Trata de perfeccionar lo que realiza al momento de pintar o realizar actividades lúdicas que requieren concentración y detalle. Logra expresar en gran medida sus pensamientos y emociones, y disfruta los juegos grupales.
¿Por qué se evalúa?
Como objetivo principal es estudiar el movimiento como fenómeno de comportamiento de forma integral, es decir, que se consideran de igual modo los factores psicológicos que participan activamente en la motricidad del individuo. A su vez se plantean tanto los movimientos expresivos como las actitudes significativas, percibiendo la motricidad y la actitud del ser humano (Fonseca, 1996)
Al obtenerse la información necesaria a través de la evaluación, se plantea como propuesta de intervención educativa o terapéutica, a los fines de mejorar el desarrollo motriz, interpersonales y creativas, partiendo del cuerpo.
Entre los tipos de enfoques en la psicomotricidad se encuentran:
- Práctica psicomotriz educativa: Centrada en la prevención de desarrollar ciertas patologías o dificultades en su proceso de desarrollo.
- Práctica de apoyo psicomotriz: Enfocada como terapia, implementada por colegios o instituciones especializadas para atender las necesidades especiales que pueda necesitar el infante cuando se presente en la etapa adulta, y logre desenvolverse adecuadamente.
En la actualidad existen diversos enfoques para el estudio o aplicación de terapias enfocadas en el desarrollo tanto físico como mental del individuo, sin embargo su objetivo es el mismo, lograr mejorar la calidad de vida del individuo y permitirle una adecuada adaptación a su entorno en función de sus capacidades actuales.