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Naturaleza y crianza: Descubre cuál de las dos influye más en lo que eres

Algunos asumen que nacieron de un modo y que no hay nada que puedan hacer para modificarlo.

Otros están convencidos de que son quienes son gracias a la crianza que tuvieron.

¿Quién de los dos tiene razón?

Para descubrirlo, conozcamos antes la definición de naturaleza y crianza

 

¿Qué es la  naturaleza y qué es la crianza?

La naturaleza guarda relación directa con los genes y factores hereditarios. En ella se incluyen características que van desde nuestra apariencia física hasta rasgos distintivos de nuestra personalidad.

Por su parte, en la crianza se incluyen las variables ambientales a las que nos vemos expuestos y de las cuales participamos desde la infancia.

En la crianza también están las relaciones sociales, además de la cultura que nos rodea.

Ambos conceptos y derivaciones tienen disciplinas que las estudian. Por ejemplo, de la naturaleza humana se encarga la psicología biológica.

En cambio, de nuestras conductas se encarga el conductismo, el cual estudia el impacto que tiene el medio ambiente en nuestros comportamientos.

Hasta hace un tiempo, la mayoría de debates que se realizaban para contraponer ambas disciplinas buscaba siempre la prevalencia de una u otra.

O se afirmaba que éramos el resultado estricto de la naturaleza o que dependíamos casi de forma exclusiva de nuestra crianza.

Casi nadie se atreve a dar tales aseveraciones el día de hoy en día porque, además, comprenden que la misma biología y la crianza seguirán interactuando entre ellas a lo largo de la vida.

 

¿Cuál es el debate entre naturaleza y crianza en la actualidad?

Desde hace siglos, el hombre ya centraba sus discusiones acerca de la humanidad entre lo que se considera herencia genética y los factores ambientales.

Filósofos como Platón sugirieron que había aspectos humanos que eran innatos o, lo que es lo mismo, que sucedían sin importar cuáles fueran las influencias del ambiente.

Muchas de sus afirmaciones estarían enmarcadas dentro del nativismo psicológico.

Un pensamiento que se puede considerar como opuesto a la noción de naturaleza es el del filósofo John Locke.

Para él, cuando nacemos, todos somos una tabula rasa, es decir que tenemos un cerebro preparado para el aprendizaje pero que viene sin información.

De este modo, todo lo que somos viene dado a partir de la experiencia.

A esta propuesta se le conoce como empirismo e significa que todos nuestros comportamientos y conocimientos provienen de nuestro aprendizaje.

Un enfoque del empirismo es el conductismo, el cual propone que todas nuestras acciones son consecuencia del condicionamiento.

John B. Watson, psicólogo conductista de del siglo XX, consideraba que una persona podía aprender y convertirse en lo que quisiera, esto sin importar sus antecedentes genéticos.

Su frase más famosa es la siguiente:

“Dadme una docena de niños sanos, bien formados, para que los eduque, y yo me comprometo a elegir uno de ellos al azar y adiestrarlo para que se convierta en un especialista de cualquier tipo que yo pueda escoger -médico, abogado, artista, hombre de negocios e incluso mendigo o ladrón- prescindiendo de su talento, inclinaciones, tendencias, aptitudes, vocaciones y raza de sus antepasados”

Tal como ves, Watson no daba crédito ni siquiera a los puntos medios entre naturaleza y crianza. Su inclinación era directamente por esta última.

 

naturaleza y crianza
Nuestras características físicas están determinadas por nuestra genética, pero nuestros comportamientos no, al menos no en su totalidad.

 

Naturaleza y crianza puestas en contraste

 

¿Qué influye para que alguien sea un líder exitoso? ¿Sucede porque está predispuesto o porque es posible lograrlo a través del aprendizaje y su relación con el entorno?

Si una persona se dedica a delinquir, ¿lo hace porque nació así o porque algo influyó en su crianza como para que se gatillara tal comportamiento? ¿Es algo genético o algo que se aprende?

Entre naturaleza y crianza hay puntos medios, pero también son válidos los extremos para comprender algunas situaciones.

Hay aspectos como el color de piel, de ojos, los rasgos físicos y otros que son inevitablemente producto de la naturaleza genética de alguien.

En cambio, un aspecto como la esperanza de vida y el desarrollo de ciertas enfermedades, tiene una mezcla del factor genético y los factores ambientales.

Cuando se trata de lenguaje, podemos ver un caso claro de aprendizaje.

Piensa por un momento en cómo fue que aprendiste a decir “por favor” y “gracias”. Esto seguramente sucedió porque algún familiar o una persona con autoridad te lo enseñaron.

En este caso, cuando decías por favor, obtenías como refuerzo que alguien te complaciera en tu petición y cuando decías gracias, conseguías que así siguiera siendo en ocasiones sucesivas.

Un ejemplo de esto último nos viene también de la Psicología y la Teoría del Aprendizaje de Albert Bandura.

Según lo que él propuso, las personas aprenden por imitación. Así lo demostró con el experimento del muñeco Bobo, en el cual varios niños demostraron comportamientos agresivos después de ver a otra persona actuar de la misma forma.

 

Naturaleza y crianza en la actualidad

A pesar de lo estéril del debate entre naturaleza y crianza, hay registros históricos de personas que fueron famosas gracias a él.

Un ejemplo de ello fue el del psicólogo Francis Galton (primo de Charles Darwin), quien estableció la diferencia entre naturaleza versus crianza y eugenesia.

Lo que el pensaba es que la inteligencia es el resultado de la genética, por lo que había que animar a las personas inteligentes para que se casaran y procrearan, con lo cual tendrían hijos inteligentes también.

En cambio, con las personas menos inteligentes, esta estrategia estaba desaconsejada. La recomendación era desalentarlos para que no tuvieran hijos.

A pesar de todo esto, la mayoría de especialistas cree que somos una mezcla de naturaleza y genética.

No obstante, hay ámbitos en los que el discurso radical se sigue empleando. Un motivo de discusión frecuente es el que tiene que ver con la homosexualidad.

Desde el enfoque nativista se considera que se nace homosexual, mientras que desde el empirista, alguien se convierte en homosexual a través del aprendizaje.

Conclusión

Cada vez menos personas asumen una postura a favor de alguno de los extremos entre naturaleza y crianza.

Actualmente es más común que se asuma que las diferencias entre ambos conceptos terminan entremezclándose.

Incluso, los investigadores recientes están interesados en saber cómo es que los genes modulan los factores ambientales y su relación a la inversa.

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