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Mi hijo tiene Déficit atencional… ¿Y ahora qué?

Muchas veces les dicen a los padres “su hijo es hiperactivo”, ”no presta atención en clases”, “lo vamos a derivar al neurólogo y/o psiquiatra para que lo evalúen”, “nosotros creemos que su hijo tiene déficit atencional”, y un sinfín de freses estereotipadas, que no hacen más que encasillar a los niños. Sin embargo los padres, si bien están relacionados con estos términos no los conocen a cabalidad, o no saben o no entienden como poder apoyar y ayudar a su hijo para mejorar estas situaciones disruptivas.

En el mundo de la psicología infantil a menudo nos encontramos con esta problemática, desde padres que dejan de dar tratamientos farmacológicos a sus hijos porque “los hace lentos”, o “anda como dormido”, hasta padres que si bien están comprometidos con los tratamientos que el medico les indico, no saben cómo poder ayudar más, ya que no logran entender bien de que se trata este trastorno.

Es por eso que surge la necesidad de realizar este artículo, para así brindar un apoyo extra a aquellos padres que quieren saber más sobre esta temática.

¿Qué es el Trastorno por Déficit Atencional (TDA)?

El TDA, es definido por el manual diagnostico DSM-V como un patrón de inatención y/o hiperactividad que interfiere con el funcionamiento o desarrollo, el cual se caracteriza por síntomas que afectan directamente en el desarrollo de las actividades realizadas en el colegio y hogar, tales como la inatención, la cual se refiere a la falta de atención a actividades y/o detalles importantes, dificultad para mantener la atención de forma sostenida, y dificultad para seguir instrucciones, ya sean estas concretas, simples, o complejas. Y la hiperactividad, la cual está relacionada con el excesivo movimiento del menor, manifestado como inquietud incluso en situaciones donde se espera se mantenga en una posición estable por un periodo de tiempo previamente establecido. Esta hiperactividad puede venir acompañada de impulsividad,  la cual se entiende como una respuesta del menor en forma apresurada e inesperada, donde se le dificulta esperar turnos, o interrumpe a las personas en diversas actividades.

deficit atencional¿Cómo puedo saber si mi hijo presenta déficit atencional?

Según el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-V) existen síntomas que deben presentarse por un periodo establecido de tiempo, para realizar el diagnostico, y si bien este diagnóstico solo lo pueden realizar especialistas, los padres pueden colocar atención a ciertos rasgos o características y así buscar la ayuda pertinente a tiempo, y acompañarlo de la  forma más adecuada para afrontar un posible diagnóstico.

Algunos indicadores del déficit atencional pueden ser…

1# presenta actividad motriz excesiva, es decir, se para constantemente de su puesto en el colegio, o no deja de moverse en el hogar.

2# tiende a interrumpir al docente/familiar constantemente, provocando ser llamado de atención en forma reiterada.

3# se le dificulta mantener la atención/concentración durante un largo periodo de tiempo, por lo que tiende a distraerse con facilidad, y por ende presentar un bajo rendimiento escolar.

4# presenta dificultad para adquirir aprendizajes en las áreas de matemática, lecto-escritura.

5# tiende a ser impulsivo, y hacer todas las tareas asignadas de forma apresurada, tendiendo a cometer equivocaciones tales como, saltarse silabas/letras dentro de una oración o palabra, confundir palabras al leer o escribir, equivocarse en la resolución de problemas aritméticos, y más.

¿Cómo puedo ayudarlo?

En general, para ayudar a un niño con trastorno de déficit atencional se debe hacer un trabajo en conjunto a los padres, colegio, y especialistas tratantes (neurólogos, psiquiatras, psicólogos, etc.) para apoyar al infante o adolescente, disminuyendo aspectos disruptivos, como lo son la baja tolerancia a la frustración, o los problemas conductuales, y a aprovechar sus múltiples habilidades y formas de atender a diversas situaciones.

Para hacerlo de forma asertiva y positiva para sí mismo, se debe estimular la atención sostenida, la perseverancia, y  la tolerancia a la frustración, entre otras. Algunas formas de realizar esto es a través de,  por ejemplo practicar juegos de lógica,  tal como los legos, rompe cabeza, ajedrez, video juegos asesorados por un adulto responsable (con horarios establecidos, y con conocimiento previo del juego por parte del adulto, a modo de asegurar que el video juego sea un aporte positivo al trabajo a realizar). Otra forma de estimular la atención/concentración y disminuir los índices de distractibilidad es la práctica de deportes que requieran seguir instrucciones claras y precisas, como las artes marciales,  atletismo, futbol, yoga, entre otros, los cuales además de ayudar en los puntos mencionados anteriormente, también ayudan a bajar los índices de ansiedad que en general se presentan en estos cuadros.

A modo de conclusión…

En términos generales estas dificultades suelen afectar de manera directa al grupo familiar y la dinámica en ambientes sociales, generando estrés ansiedad y frustración en padres,  familiares, y círculo cercano. Es importante que si usted vivencia en su hijo síntomas asociados a un posible déficit atencional busque apoyo de profesionales pertinentes que puedan ayudar a conocer y mejorar la situación.

Autor: Nataly Acevedo

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