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Claves para trabajar la impulsividad en niños 

La impulsividad en niños se puede considerar como un rasgo del temperamento, y en adultos como un rasgo de personalidad, el cual ha estado presente a lo largo de su desarrollo evolutivo, este se puede presentar en un u otro grado. Sin embargo, no se debería atribuir directamente una percepción negativa o improductiva. Existen medidas que podemos tomar en casa para trabajar estos aspectos. 

Impulsividad y psicopatología infantil

La impulsividad de un niño

Por otro lado, en los niños la impulsividad se puede manifestar con gran intensidad y alta frecuencia, generando alteraciones en la socialización y adaptación del infante, estudios actuales proporcionan evidencia que la impulsividad parece estar manifestándose cada vez en niños más pequeños, parte de esto se puede atribuir a los actuales estilos de vida, ya que ambos padres pueden verse obligados a trabajar más horas, además, en algunos caso, aún hay desconocimiento por parte de padre y profesores acerca de cómo afrontarlo. Debido a esto, es más frecuente la búsqueda de ayuda profesional.

Por lo general, la impulsividad viene acompañada de déficit de atención e hiperactividad, lo que se denomina como Trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Por lo que, hay niños que pueden presentar estas dificultades para reprimir sus impulsos, lo cual trae como consecuencia conflictos en el ámbito escolar y familiar. 

Características de niños con poco control de sus impulsos

Estas son algunas manifestaciones que se pueden incluir dentro del concepto de impulsividad, algunos padres pueden catalogar a los niños con este comportamiento como temperamentales o de carácter fuerte, sin embargo, se debe prestar atención ante estas expresiones del niño.

 

  • Realizan acciones y luego piensan.
  • Contesta a las preguntas antes de que se les termine de formular
  • No espera su turno durante los juegos.
  • Interrumpe constantemente a los demás
  • Realiza actividades riesgosas sin tomar en cuenta las consecuencias.
  • Poca tolerancia a la frustración 
  • No soporta perder en los juegos.
  • Tiene rabietas incontroladas frecuentemente.

Orientaciones generales para regular la impulsividad

Primero, se debe tener en cuenta de que estos niños presentan dificultades para controlar o regular su estado de activación, es decir no es tanto que no quieran controlarse sino más bien que tienen dificultades para lograr el autocontrol, sin embargo, no es ser solo tolerantes, también se deben comprender para brindarles apoyo de manera eficaz. Por otro lado, se debe señalar que pese a que estos niños tienden a arrepentirse de sus actos, pueden repetir estos mismos comportamientos disruptivos. También estos episodios pueden verse reforzados, si con esto el niño obtiene lo que quiere por lo que aprende a manipular a través de este comportamiento. 

Además, es importante fomentar en niños y niñas que cada acción genera una reacción, es decir, cada acto tiene consecuencias. Por ello, como contingencia ante las rabietas, agresiones o conductas desafiantes, los padres deben ser capaces de marcar estas consecuencias con acciones como: retirar algún reforzador de esta conducta, castigo, tiempo fuera, retirarle la atención, etc.

Cuando se produzca alguno de estos episodios de impulsividad es de suma importancia, que los adultos mantengan la calma, ya que gritar o intentar razonar o mediar con el niño no es aconsejable durante esos momentos. Al contrario, los padres deben mantener la calma y retirarse, buscando una distancia física pero afectiva. De esta forma, se fomenta en los infantes un mensaje de alto a este comportamiento.

El papel de los padres y responsables 

Ante estas actuaciones también se pueden implementar medidas correctoras o castigos, adaptándolo a la edad y características del niño y del entorno familiar. 

Los padres no deben decirle al niño que es malo, sino que no se está portando bien en esa ocasión y que esto se puede remediar y corregir en el futuro, tampoco se deben comparar al niño con otros, más bien se le pueden recordar sus aspectos positivos señalándole lo que debe corregir.

Del mismo modo, se insiste en que los padres deben mostrarse tranquilos y calmados delante del niño cuando se quiera corregir alguno de sus actos, ya que si este, percibe en ellos inseguridad y discrepancia entre los padres, sentirá que posee mayor control sobre estos por lo que las rabietas podrían incrementar. No se le puede pedir a un niño impulsivo que se calle o que se mantenga tranquilo por medio de gritos.

Muchas veces no basta con contestar de manera eficiente ante las conductas impulsivas, debido a que estos niños requieren que se les explique lo que pasa y lo que puede hacer, estas reflexiones no pueden ser hechas en el momento sino más bien cuando las cosas ya se hayan calmado, se puede recomendar que este momento pueda ser antes de acostarse.   

Estrategias que ayudan a regular la impulsividad

Se debe tener en cuenta que muchas veces la impulsividad  puede deberse a ciertas predisposiciones genéticas, sin embargo, la experiencia de este en el entorno puede regir la frecuencia e intensidad de estas conductas.

Para niños de 5-6 años se pueden implementar técnicas como: retiras la atención tanto física como afectiva, si esto persiste se podría aplicar algún tipo de correctivo como castigos o tiempo fuera, también se puede trabajar en torno a la vinculación afectiva, por medio de cuentos y ejercicios de relajación antes de dormir, siempre y cuando estos estén adecuados en las características y edad del niño. Por otro lado existen otras estrategias como: 

El Volcán

Esta estrategia consiste en ayudar al niño a imaginarse un volcán en su interior el cual es la representación de toda su energía, esto permite que el niño tome conciencia y aprenda a identificar estos estados de ánimo, con esto podemos guiarlo a controlar algunas de estas emociones fuertes.

El Semáforo

Se basa en darle instrucciones al niño que promuevan las conductas que son aceptables (verde), las que no están del todo bien, que debe tener precaución (amarillo) y que no están bien, por ende conlleva un castigo (rojo). Con esto se busca que el niño identifique las sensaciones previas a la impulsividad, así el niño reconocerá esto previamente a la incorporación de autocontrol.

La Relajación

Las técnicas de relajación son de vital importancia para contrarrestar la impulsividad ya que estas contribuyen a la reflexión y reconocimiento de estas conductas, se deben adaptar a las capacidades y edades de los niños.

Canalización

Esto se refiere a la implementación de actividades físicas como deportes en conjunto e individuales, los cuales no solo proporcionan la descarga de energía sino también la socialización y experimentación de los niños con otros entornos. 

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