Algunas de nuestras expresiones afectivas coinciden con las de nuestros familiares más cercanos y nos resultan tan naturales y espontáneas que parece que vinieran configuradas de fábrica. Esto no quiere decir necesariamente que nos gusten o sean adaptativas para nosotros durante toda la vida, por ello, son aspectos de la personalidad que pueden ser modificados a la par de otros rasgos y experiencias.
Resulta importante reconocer esa parte de la identidad que se inclina hacia ciertas maneras y formas de ser, en especial para no confundirlas con otros aspectos. De este modo, se exponen los temas principales que abordan el concepto de “temperamento” que en ocasiones se ha confundido con el “carácter”.
¿Qué significa temperamento y de dónde proviene?
Se trata de una predisposición emocional que les asigna a los individuos la tendencia a reaccionar de determinadas maneras ante estímulos del ambiente. Algunos autores lo señalan como la capacidad de dar comienzo, sostener y culminar diferentes comportamientos de una forma que se mantiene en el tiempo.
En este sentido, los factores de temperamento se pueden modificar o condicionar con cambios en la percepción a los estímulos y escenarios de la vida cotidiana pero forman parte de la genética siendo la parte hereditaria de la personalidad; Estas diferencias innatas que pueden reconocerse desde la infancia, representando la parte más instintiva y menos racional de los rasgos psicológicos.
Según Gordon Allport (1975), estudioso del temperamento y el autor más relevante de este concepto, se trata de un fenómeno emocional que hace que las personas reaccionen de manera rápida e intensa ante un estímulo por naturaleza. De este modo, coincide con las descripciones anteriores y se ha ido actualizando en función de estudios más recientes.
Historia y primera clasificación del temperamento
Desde la antigüedad se han buscado explicaciones a la manera de ser y expresarse que varía en cada individuo. La teoría de los humores tiene inicio en Hipócrates (460 aC-377 aC), importante filósofo de la época antigua y se desarrollaría posteriormente por Galeno (130 -216 d.C) contando con una importante repercusión en la medicina hasta el siglo XVII.
La teoría de Hipócrates plantea que el cuerpo humano cuenta con cuatro sustancias básicas (líquidos) que al entrar en desequilibrio por déficit o exceso causan enfermedades del cuerpo y del espíritu, siendo estas últimas las que hoy en día conocemos como trastornos psicológicos. Los cuatro humores son la bilis, bilis negra, flema y sangre; donde se suponía una clasificación ante personas que tuvieran un humor predominante de la siguiente forma:
- Flemático: predominante de flema
- Sanguíneo: predominante de la sangre
- Melancólico: predominante de la bilis
- Colérico: predominante de la bilis negra
La clasificación de las personas por temperamentos proviene de este postulado de sistema nervioso y fue ampliado por Galeno como la teoría de los cuatro temperamentos.
Clasificación de los cuatro temperamentos
Cloninger estableció que las dimensiones del Temperamento son predisposiciones estables durante el desarrollo que no se modifican, siendo estas la evitación al daño, búsqueda de novedad, dependencia de la recompensa y persistencia. La descripción más detallada de estos es la siguiente:
Temperamento Sanguíneo
Son personas de un rápido sistema nervioso que los lleva a identificarse con una alta sensibilidad, extroversión y vivacidad. Estas personas son alegres pero suelen tomar decisiones desde sus emociones y sentimientos. Además de que se hacen notar, suelen estar en movimiento y se enfocan en el aquí y ahora aunque por su poca voluntad y desorganización pueden provocar desconfianza.
Temperamento Colérico
Su sistema nervioso es desequilibrado pero rápido en comparación al resto, esto lo hace activo y eficaz en la toma de decisiones, independiente y atareado para tener la mente ocupada. Es extrovertido pero en menor medida que el anterior, aunque su explosividad puede ser peligrosa y llegar a ser hostil; la crueldad, el sarcasmo y la indiferencia también son partes negativas de este temperamento. Además, la música y el arte no suelen ser sus intereses ya que son prácticos y buscan actividades productivas que sean de utilidad para algún fin.
Temperamento Melancólico
Se decía que su sistema nervioso era débil, ya que se caracterizan por muy alta sensibilidad pero altos niveles de inteligencia. El arte, el análisis y las tendencias perfeccionistas se encuentran entre sus cualidades, sus vocaciones tienden a encontrarse en la filosofía, distintas ramas artísticas y la ciencia.
También, en el aspecto interpersonal son personas fieles en sus relaciones y amistades (aunque tiende al autosacrificio y el ánimo depresivo) pero no hacen amigos con facilidad ya que son introvertidos. La teoría dicta que algunas de sus debilidades son el pesimismo, la poca iniciativa, egocentrismo, rencor y ser sumamente rígido y voluble.
Temperamento Flemático
Lento y equilibrado son los adjetivos con los que se identifica el sistema nervioso del flemático. Personas tranquilas y que no pierden la compostura, cuentan con un sentido del humor muy natural, tienen buen corazón y les gusta la gente. Por estas características se catalogó como el temperamento más agradable de todos, personas eficientes que pueden convertirse en docentes, dibujantes, matemáticos, administración pública e ingenieros.
Sin embargo, su tendencia también los hace apáticos, con pocas habilidades para el liderazgo y más lentos con poca ambición y suelen caer en el ocio. A su vez, son personas sensibles pero en menor medida que el melancólico, lo que los hace tercos, indecisos, temerosos y en ocasiones avaros.
Diferencia entre temperamento y carácter
El concepto de carácter suele ser confundido con el temperamento, ya que este término se suele mencionar como aquellos rasgos de la personalidad que compartimos con nuestros padres y familiares. Por el contrario, aunque forman parte del mismo proceso de aprendizaje es importante no confundirlos y comprender que el temperamento proviene de la biología y el carácter se forma en función del ambiente en el que se encuentra el niño.
Así pues, el carácter proviene de la experiencia, siendo la manera en que interpreta las respuestas a estímulos tanto externos como internos, se desarrolla con las tendencias socioculturales y puede modificar las tendencias biológicas que provienen del temperamento. También, incluye el autoconcepto, el conocimiento de uno mismo y el simbolismo, el autocuidado y la autovigilancia.