La movilización en los asuntos de género en nuestro país viene acompañada de nuevas generaciones, organizaciones, colectivos y personas que se definen abiertamente feministas. Hemos sido testigos de cómo se ha buscado reposicionar el feminismo como bandera de lucha social y política, articulándose alrededor de una serie de problemáticas que buscan revertir principalmente la condición de subordinación de las mujeres, fomentando así la conciencia social en relación a situaciones como la violencia de género, la inequidad laboral, el aborto, la brecha salarial, entre otras.
¿Cómo nos ha refrescado la ola feminista?
Los resultados obtenidos del trabajo realizado por el movimiento feminista actual en Chile, han permitido cuestionar las dualidades con las cuales cada mujer se piensa a sí misma con respecto a su rol en la sociedad. Es claro que tradicionalmente las mujeres hemos sido entendidas desde la alteridad masculina y así mismo nuestro papel asignado exclusivamente a lo doméstico y reproductivo. Sin embargo, el estallido de las manifestaciones sociales por el movimiento feminista ha traído para las mujeres un camino hacia la comprensión de las consecuencias de vivir bajo los estereotipos de género y el cuestionamiento del orden social en el que hemos construido nuestra propia identidad. La mayoría de las mujeres feministas no desea ser objeto de opresión, por el contrario, la idea es realizar una lectura positiva del poder, entendiéndolo como “empoderamiento” o catalizador para un cambio social que nos permita llevar a cabo nuestras propias convicciones a la hora de decidir cuestiones tan elementales como la forma en que decidimos vestirnos, cómo disponer de nuestra sexualidad o resolver si convertirnos o no en madres. El feminismo ha puesto en la palestra fundamentalmente la potenciación de la mujer, haciendo frente y contrarrestando las fuerzas sociales que la han puesto históricamente en una situación de desventaja.
¿Cuál es la relación entre el Feminismo y la Psicología?
La influencia del enfoque feminista sobre la psicología ha traído consigo el surgimiento de nuevas narrativas que han aportado de manera significativa en la re orientación de nuestra disciplina, la cuale nos permiten la visibilización y el entendimiento de estas nuevas subjetividades, analizadas desde una construcción social, considerando que el padecimiento de las mujeres no es un problema exclusivamente personal sino influido por los fenómenos históricos de los cuales ha sido precursora y protagonista. Desde la psicología es necesario asumir también una posición crítica, que permita incorporar a nuestro quehacer profesional la perspectiva de género como una herramienta útil que ayude a desmitificar lo que hasta hoy se considera “propio” de las mujeres. Estas identidades fueron parte de antiguos mandatos que podrían estar al origen de muchos padecimientos psíquicos los que, en muchos casos, emergen como síntomas del sistema social que habitamos.
Hoy en día es posible afirmar que existe una consigna que nos dirige hacia la toma de conciencia y necesidad de un cambio respecto a la posición social de la mujer, estas transformaciones requieren de una mujer activa, que se alce en la búsqueda y lucha por sus derechos. El feminismo implica además un proceso personal de cambio, partiendo desde una mirada crítica de la realidad, la deconstrucción de nuestros propios discursos, pasando por reflexionar sobre nuestra manera de vincularnos con los otros y de pensarnos a nosotros mismos. Dicho sea de paso, el feminismo aporta a la psicoterapia un mirada interpretativa más flexible y amplia de la realidad social y sobretodo de la noción de sujeto. Desde este punto de vista, entenderemos el proceso terapéutico como una instancia de sensibilización tanto para el terapeuta como para el paciente respecto a los problemas psicológicos actuales de las mujeres y sus implicancias.
¿Qué buscamos desde la psicoterapia?
Desde la psicoterapia buscamos principalmente el empoderamiento de las mujeres respecto a sus condiciones de vida, promoviendo un cambio en la manera en que se posicionan frente sus problemas. Independiente de la etapa vital en la que se encuentre, se busca acompañar a la mujer en la resolución de los conflictos que lleva al espacio terapéutico, apelando a que nunca es tarde para cuestionarse la forma en que se ha vivido.
Autor: Tamara Botta