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El síndrome de Münchhausen y el maltrato infantil de alto riesgo

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Podemos estar convencidos de que a nadie le gusta estar enfermo, pero la verdad algunas personas se producen incluso malestar físico para asegurarles a todos que padecen de una falsa enfermedad. Por extraño que parezca este comportamiento obedece a una alteración psicológica en la una persona miente al médico sobre malestares frecuentes, altera análisis biológicos e incluso se autolesiona para mantener sus mentiras en torno a una enfermedad. 

 

Además, una variante del síndrome se orienta a identificar casos de maltrato donde se infringen lesiones o se generan síntomas de una enfermedad a niños y niñas sobre los que se tiene la tutela o responsabilidad. Reconocer estos casos y dudar ante la sospecha de estos casos es sumamente importante para proteger a cualquier niño que sufra de esta clase de maltrato.

¿De qué se trata?

Se trata de un síndrome en el que el individuo se genera malestares y dolencias asumiendo un papel de paciente enfermo. Para ello se produce autolesiones, crea historias acerca de sus síntomas físicos y psicológicos demostrando su necesidad de ser asistido por otras personas en centros médicos. 

 

En cuanto a la psicopatología, en el DSM-IV se plantea con el nombre de trastorno facticio mientras que la OMS presenta en su décima edición del CIE, ocurre una producción del hecho de forma intencional, se fingen síntomas e incapacidades somáticas y el resto de características que concuerdan con la enfermedad que dice sufrir. El diagnóstico de este síndrome es sumamente difícil para un psicólogo, ya que normalmente es identificado por médicos o familiares que descubren alteraciones o inconsistencias en algunos análisis o por determinados comportamientos observados en el sujeto en cuestión.                                                                                                                                                                        

¿De dónde proviene su nombre?

En el siglo XVII existió un milital prusiano llamado el barón de Münchhausen, las historias recolectadas por los allegados a este personaje tras su retiro fueron convertidas en relatos muy famosos y conocidos por sus numerosas mentiras donde detallaba sus extrañas enfermedades. En esto se asemeja al denominado trastorno, donde la persona afectada relata que padece de patologías médicas fingiendo síntomas relacionados y/o haciéndose daño para jusficar sus argumentos.

 

Se dice que una persona tiene el síndrome de Münchhausen cuando ante sus propias mentiras se realiza análisis médicos, revisiones, intervenciones riesgosas y acumula un historial de eEnfermedades falsas siendo cuidado u hospitalizado por estas falsas condiciones. El barón de Münchhausen fue descubierto en sus numerosas mentiras y sus historias no dejaron de ser famosas por su gran contenido, tanto de detalle como de enfermedades complicadas, múltiples y comórbiles, que a su vez demuestran que estos casos siempre son descubiertos.

Tratamiento y pronóstico

El tratamiento para estos casos suele ser complejo y tiende a requerir el acompañamiento de un psiquiatra y/o psicólogo; en el aspecto psicológico ya que el fenómeno se asocia a la necesidad de ser atendido y cuidado por terceros tiende a incluirse el objetivo psicoterapéutico de aumentar la autoestima de la persona. 

 

Algunos casos no logran avanzar y cuentan con probabilidades de que sus acciones sean letales en la medida en que fingen determinadas enfermedades. A su vez, la prevención implica mayor dificultad que su detección, complicando la posibilidad de evitar que el síndrome avance desde su inicio y ponga en riesgo el organismo del paciente ya que puede llegar a desarrollar la enfermedad u otro malestar severo. 

 

Síndrome de Münchhausen por poderes

maltrato infantilEs una variante del Münchausen, esta enfermedad mental es un tipo de maltrato infantil en el que la persona miente acerca del bienestar de un niño (muchas veces de una madre a su hijo) y le asigna síntomas falsos o incluso puede provocarle síntomas reales que coincidan con cierta patología para simular un mal estado de salud.

 

Aunque no se han identificado causas típicas para este trastorno en ocasiones se trata de personas que también sufren del síndrome de Munchausen en sí mismos o habrían sido abusados en su infancia. Del mismo modo, dependiendo del caso el adulto puede buscar ceder las responsabilidades y cuidados del menor al personal médico o por el contrario generar una dependencia hacia él.

 

Síntomas a identificar en el agresor

El padre, madre o cuidador toma acciones, en algunos casos extremas, para simular los síntomas de una enfermedad en el niño o niña. Entre estas, se incluyen elaboradas acciones como añadir sancre a la orina o heces del menor al momento de realizar exámenes de laboratorio, privarlo de alimento y nutrientes simulando que no puede aumentar de peso, mentir acerca de que el niño tenga fiebre, se inventan resultados de las pruebas de laboratorio, provocar vómito al darle medicamentos del mismo modo puede ocurrir con diarrea. Aún más, realizan peligrosas acciones para el bienestar físico y el correcto desarrollo, por ejemplo infectar adrede una línea intravenosa.

 

Tratamiento o psicoterapia

En los casos clínicos relacionados al maltrato y el abuso físico y psicológico no existe una única manera de acceder o “curar”, en caso de suponerse una condición de este tipo la acción principal será exigir una consulta psiquiátrica para la confirmación del síndrome. Además, para el médico, es crucial hacerle saber al agresor que se ha descubierto su engaño para que cese e inmediatamente se ponga al niño a salvo.

 

Esta es la única forma en la que se ha apreciado un cambio en la situación, en cuanto es necesario hacer frente al representante hay alternativas como: decirle que se ha probado que la enfermedad no existe y si continúa se tomarán acciones legales o de primera mano comunicarle que dado que el niño corre peligro en su medio se ha contactado a servicios sociales para monitorear su estado de salud, donde este puede ser alejado de su hogar si es lo más apropiado.

 

Retirar al niño del agresor es necesario para los casos graves donde la contención familiar no se puede considerar. En los casos menos graves se considera la supervisión permanente a la par del tratamiento psiquiátrico ya que es los cambios positivos son difíciles de obtener.

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