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El Efecto Dunning-Kruger: por qué no sabes tanto como crees

Efecto Dunning-Kruger

Para comprender este efecto, antes es necesario saber lo que es un sesgo cognitivo.

Un sesgo cognitivo es, básicamente, un modelo de pensamiento que sustenta una idea o un conjunto de creencias. En resumen, se tratan de puntos ciegos.

El Efecto Dunning-Kruger hace que las personas sobreestimen lo que saben y de lo que son capaces, fundamentalmente en áreas de conocimiento de las que no conocen nada o conocen muy poco.

Veamos de forma detallada cuáles son sus implicaciones

 

¿Qué es el Efecto Dunning-Kruger?

Son muchas las ocasiones en las que hablamos sin saber en realidad de lo que hablamos.

Sin embargo, actuamos con total naturalidad y decimos frases como si fuéramos expertos en la materia.

El Efecto Dunning-Kruger sugiere que casi nunca nos hacemos conscientes de esto porque no sabemos que no sabemos, no nos hemos enterado y no lo hacemos, normalmente, hasta que otro nos lo dice.

Piensa en cuántas veces has hablado de la forma en la que viven en otros países sin siquiera haber hablado antes con una persona que sea de ese lugar.

Si lo pensaste, te habrás dado cuenta de que son muchas las ocasiones.

Esto se mantiene hasta que nos hacemos competentes en un tema y hasta que aceptamos que estábamos equivocados al hablar sin tener verdadero conocimiento al respecto.

 

¿Cómo se llevó a cabo la investigación?

El Efecto Dunning-Kruger recibe su nombre en honor a los psicólogos que aplicaron los estudios y lo describieron.

Los resultados de la investigación se publicaron en el Journal of Personality and Social Psychology en el año 1999.

El desarrollo de la misma incluyó cuatro estudios destinados a evaluar habilidades de dos tipos (reales y percibidas) en ámbitos como el humor, el razonamiento lógico y la gramática inglesa.

En el caso del estudio de la gramática inglesa participaron 84 estudiantes a quienes se les pidió que completaran una prueba que tenía como objetivo poner a prueba sus conocimientos del inglés escrito estándar estadounidense.

Posteriormente se les pidió que ellos mismos se calificaran en aspectos como su capacidad gramatical y su desempeño general en las pruebas.

Lo curioso es que aquellos que obtuvieron la puntuación más baja en la prueba tuvieron una marcada tendencia a sobreestimar su capacidad gramatical.

Del mismo modo, pero a la forma inversa, los que obtuvieron la puntuación más alta subestimaron su capacidad y la calificación que obtuvieron en la prueba.

 

Por qué la gente sobreestima sus propias habilidades [incluye ejemplos]

Según el mismo Dunning, la causa principal de este fenómeno consiste en una “doble carga”.

Cuando no se tiene experiencia, no solo es difícil desempeñarse bien, sino que además es difícil saber que alguien no se está desempeñando bien.

Por ejemplo, si alguien no sabe acerca de cocina tailandesa y se le indica que realice una serie de platillos atribuidos a este tipo de cocina, su escasa o nula experiencia hará que tienda a sobreestimar los resultados.

Si se le realiza la misma petición a alguien que conozca mucho sobre este tipo de cocina, entonces tenderá a pensar que le falta algo para que sea perfecto, con lo cual estaría subestimando los resultados.

A esta capacidad para evaluar el conocimiento se le conoce como metacognición. Por tanto, quienes tengan conocimientos en un ámbito específico gozan de una mayor capacidad metacognitiva que las que no.

Esto significa que pueden tener una evaluación más precisa.

Otro ejemplo es el de una persona que esté a favor de una tendencia política. Si esta tiene un buen conocimiento al respecto, tendrá una mayor capacidad para evaluarla, aun con sus errores.

Si no, entonces tenderá a creer que la tendencia política es funcional, justa y beneficiosa, aun cuando en la práctica se demuestre lo contrario.

En el caso del trabajo, el efecto Dunning-Kruger se evidencia en la dificultad  que tienen algunas personas para reconocer que no están haciendo su trabajo de forma correcta.

Normalmente, tal desempeño tiene una excusa en la cual la responsabilidad es de quien reclama, por ejemplo, un supervisor.

Si existe un llamado de atención, entonces no será porque en realidad se haya cometido un error sino porque el jefe o compañero siente envidia de los demás o porque siente desagrado por quien se equivoca.

En otras palabras: la responsabilidad es del otro, no de quien comete el error.

Al menos así lo cree quien recibe el reclamo.

Efecto Dunning-Kruger
Es normal que en algún momento creas que sabes muchos acerca de un tema, pero siempre puedes cuestionar si eso es cierto, si no estás sobreestimando lo que sabes.

Cómo superar el Efecto Dunning Kruger

En el mismo estudio de 1999, Dunning y Kruger descubrieron que, si las personas recibían entrenamiento, entonces podían evaluar con mayor precisión su capacidad.

Dicho de otro modo, cuando se estudia más acerca de un tema se puede clarificar qué es lo que no se sabe.

A partir de estos datos, hay una serie de acciones que puedes aplicar cuando consideres que está siendo “víctima” del Efecto Dunning Kruger.

  1. No tomes decisiones apresuradas. Puedes tomarte el tiempo para investigar antes de responder u opinar sobre un asunto.
  2. Es válido que digas “no sé”. Está bien no saber sobre algo. De hecho, ignoras millones de asuntos, así como el resto de seres humanos.
  3. ¿Tienes convencimiento pleno de un tema? Duda y desafía aquello que sabes.
  4. Si te cuesta aceptar críticas, haz el ejercicio de aceptarlas sin refutarlas. Luego tómate tu tiempo para reflexionar si en realidad tienen algo que aportarte para tu revisión.
  5. Ábrete a aprender sobre áreas nuevas, a tener conversaciones con quienes no estés de acuerdo o con personas que se dediquen a asuntos totalmente opuestos a los que tú te dedicas.
Efecto Dunning-Kruger
Cuando te mantienes en constante aprendizaje, tienes menos posibilidades de “caer” en el Efecto Dunning-Kruger.

Conclusión acerca de El Efecto Dunning-Kruger

Este efecto no tiene nada que ver con ser inteligente o no. Lo que sugiere es qué tan buenos somos evaluando nuestro propio conocimiento.

Aun cuando te consideres hábil en este ejercicio, en algún momento de tu vida lo has experimentado. Nadie está exento de experimentarlo.

Mantener viva la curiosidad y las ganas de aprender es siempre una sabia forma de mantenerlo a raya.

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