Aunque la palabra Asperger se hace cada vez más común en nuestro lenguaje cotidiano, pudiéramos decir que todavía no lo hace de forma suficiente ni de la forma más clara.
Algo similar sucede con “autismo”, palabra que muchos saben que existe y que se refiere a algo ligado al cerebro de algunos, pero poco más que eso.
De este modo, el panorama con el que nos conseguimos es uno en el que escasea la información, no solo acerca de cada una de estas condiciones en sí mismas, sino de forma comparativa.
Veamos entonces cuál es la diferencia precisa entre Asperger y Autismo para entender mejor de qué se trata cada una.
Síndrome de Asperger
Aunque en algún momento se incluyó como una condición individual dentro del Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM) en 1994, específicamente el DSM IV , actualmente, en el DSM V está considerado como un trastorno del Espectro Autista.
Su característica principal es la dificultad para las interacciones sociales y una aparente incapacidad para mostrarse empáticos.
Este último punto es muy discutido, pues cada vez más se cuestiona la dificultad para expresar tal empatía y no la capacidad en sí misma, lo que sería un elemento clave para entender cuál es la diferencia entre Asperger y Autismo.
Dicho de otra forma, una persona Asperger sí siente empatía, pero puede no demostrarla o hacerlo de una forma no tradicional.
Aunque los trabajos iniciales los llevó a cabo el psiquiatra Hans Asperger, fue Lorna Wing quien los continuó años después.
Algunos de los criterios que se toman en cuenta para el diagnóstico son:
• Dificultad en la comunicación verbal o no verbal, expresada sobre todo en una dificultad evidente para mantener contacto visual.
• Dificultad para entablar relaciones sociales, esto a pesar de desearlo e intentarlo.
• Falta de interés para participar en actividades grupales.
• Pocas expresiones emocionales.
• Tendencia a ser monotemáticos, sobre todo con aquellos temas que les apasionan. Esto puede ser referente a un objeto, disciplina de estudio, etc.
Trastorno del espectro autista (TEA)
Visto que el autismo no presenta los mismos rasgos en todas las personas, la forma correcta de referirse a él es como un espectro.
En tal sentido, hay grados y no todos los autistas muestran los mismos grados de autismo.
Sin embargo, aunque la gama de conductas es amplia, hay descripciones generales de comportamientos que forman parte del diagnóstico.
• Las experiencia sensoriales se procesan de forma distinta en comparación con como lo hacen las personas “neurotípicas”
• Hay una marcada diferencia en la forma de aprender. De hecho, muchos autistas son reconocidos por aprender fácilmente tareas que para otros son muy díficiles. Con algunas habilidades sociales pasa justo lo contrario.
• Marcada necesidad por tener rutinas y un orden preestablecido. Hay poco margen para “salirse de la rutina”. Esto tiene que ver con el hecho de que les cuesta instaurar una.
• Algunas de las comunicaciones se puede ver disminuida, la verbal o la no verbal. El resultado es una dificultad para la gestualidad o para mostrar las emociones al exterior.
Cuál es la diferencia entre Asperger y autismo
Desde hace algún tiempo estas condiciones no son consideradas como diagnósticos separados.
Fue en 2013 cuando se produjo un cambio en los criterios de diagnóstico.
Muchas de las personas que fueron diagnosticadas antes de ese momento aun confunden ambas condiciones o consideran que tienen Asperger y no lo ven como algo que forma parte de su identidad.
Otros en cambio comprenden su condición como un hecho que es parte de ellos e, incluso, se refieren a sí mismos como aspis ( esta palabra no tiene connotación negativa y es un diminutivo de Asperger).
Hablar de diferencias puntuales es remitirse obligatoriamente a los diversos rasgos presentes en cada condición y estudiar a profundidad cuál es la diferencia clara entre Asperger y autismo.
Sin embargo, la forma más sencilla de diferenciarlos es señalando que los Asperger pueden pasar como neurotípicos con mayor facilidad que los autistas.
De cualquier modo, como ya lo hemos dicho, ambas condiciones están dentro del mismo espectro.
Opciones de tratamiento según sea Asperger o autismo, ¿qué diferencias hay?
Hay casos en los que el lenguaje no alcanza para referirse con mayor precisión a los conceptos.
Este es uno de ellos.
A pesar de que un tratamiento se aplica en casos de enfermedad, la palabra se sigue usando para el abordaje de cualquiera de las dos condiciones.
Por esto recalcamos que ni el Asperger ni el autismo ameritan “tratamiento”.
Aun cuando las personas autistas se consideran “neurodivergentes”, o sea, que no se comportan como lo haría la mayoría de humanos, no significa que tengan algún problema con su situación.
Por tanto, es fundamental el diagnóstico, no como una forma de estigmatizar a quien lo tiene, sino de facilitar su integración con otras personas y la relación con su círculo más cercano: su familia.
La idea de que en el Asperger o en el autismo no se debe aplicar algún tratamiento, no es aceptada por todos en la comunidad del autismo.
No obstante, la forma de abordarse suele ser con la intervención de diversos especialistas.
La terapia psicológica, por ejemplo, suele tener como base la Terapia Cognitivo Conductual o TCC.
En ocasiones se prescriben fármacos recomendados para el tratamiento de la ansiedad o el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC).
En el caso del autismo más que del Asperger, suele ser necesaria la intervención de un terapista del lenguaje.
En cuanto a la alimentación, cada vez más se habla de los beneficios de una dieta sin glúten, lácteos de vaca y azúcares refinados. Estas directrices deben ir emanadas por un nutricionista calificado.
Otras terapias como los masajes, terapias con animales, etc., son indistintamente recomendadas según el especialista que se encargue del caso.
En líneas generales, las diferencias entre el tratamiento de ambas condiciones irán determinadas con base en cada caso particular.
El modelo “médico” tradicional en el que se hacen diagnósticos basados en esquemas generales, es poco o nada recomendado en estos casos y es poco flexible para comprender cuál es la diferencia entre asperger y autismo en casos individuales.
Conclusión acerca de cuál es la diferencia entre Asperger y autismo
Cada vez se diagnostican más personas con estas dos condiciones. Se cree que esto corresponde con un avance en el desarrollo de los métodos para diagnosticar.
Además, con el paso del tiempo se tiene más información acerca de cada una de las condiciones del espectro autista.
Lo que sí está claro es que el Asperger ya no es un término aislado y que no es blanco o negro, sino que tiene matices.
Las personas, sin importar que sean Asperger o autistas, merecen espacios de inclusión en el que puedan desarrollarse.
A esto parece apuntar la aparición de diversas fundaciones e instituciones encargadas de informar acerca de los rasgos que tienen en común y que las diferencian.
Si conoces a alguien que posea estos rasgos o si tú crees tenerlos, te recomendamos que lo consultes con un profesional, quien será la persona que también te explique cuál es la diferencia entre asperger y autismo.