En los tiempos actuales, las crisis de ansiedad son muy frecuentes y no es extraño que alguna vez pases por una. Sentirse tenso, temeroso, lleno de dudas y de pensamientos negativos ante situaciones nuevas e incomodas, tales como una presentación oral, mudarse de ciudad, conocer a nuevos compañeros de trabajo, entre otras, corresponden a circunstancias en las que el calor corporal aumenta, existe agitación e intranquilidad interna que muchas veces es acompañada por movimientos rápidos y repetitivos de manos y pies. Todas estas reacciones no son más que síntomas de la ansiedad, la cual corresponde a una respuesta anticipatoria, completamente normal, de nuestro cuerpo ante cualquier peligro o amenaza. En otras palabras, el cuerpo permanece atento para actuar en caso de aprietos.
Es probable que todas las personas se hayan sentido así en algún momento, algunos más otros menos, de hecho, las situaciones estresantes de una no tienen por qué ser las de otra. Ahora bien, ¿has experimentado una sensación de tanto temor y miedo que te ha dejado paralizado?, ¿Tu respiración se ha agitado tanto que parece que no puedes respirar?, ¿Has tenido la intensa sensación de que vas a morir o volverte loco? Si la respuesta es sí, probablemente fuiste víctima una crisis de ansiedad.
¿Qué es y cuáles son sus síntomas?
Pues bien, este tipo de crisis corresponde a una reacción de ansiedad paralizante, repentina e intensa en la que se pierde la capacidad para mantener la calma. Entre los principales síntomas asociados se pueden encontrar:
- Sudoración excesiva.
- Intenso miedo a morir o volverse loco.
- Sensación de ahogo.
- Aumento del ritmo cardiaco.
- Opresión en el pecho.
- Mareo, desmayo o dificultad para mantener equilibrio.
- Náuseas.
Esta reacción puede aparecer de manera repentina en diferentes situaciones que van desde caminar por la calle hasta enfrentarse con un examen o tener que exponer un proyecto en el trabajo. Así y dado a lo traumático que puede llegar a ser la crisis, posterior a esta existirá la tendencia a evitar realizar aquellas actividades en las que sucedió el ataque de ansiedad, por temor a repetir el episodio, lo cual puede traer graves consecuencias para la persona, perjudicando su calidad de vida y bienestar personal, y afectando también a sus más cercanos.
¿Qué hacer si creo haber tenido una crisis de ansiedad?
Debido al impacto que puede generar en la vida de la persona es de suma importancia realizar una visita a un médico o a un psicólogo, porque de esta forma se puede diagnosticar qué es lo que realmente causa aquellos síntomas, ya que muchas veces este trastorno puede ser confundido con patologías cardíacas o arteriales. Así también, la consulta al médico ayudará a enfocar el posterior tratamiento, ya que se podrá identificar según la frecuencia, intensidad y el daño para la vida de la persona, si el problema corresponde a crisis aisladas o a un trastorno. En el primer caso, el tratamiento estará enfocado principalmente en la psicoterapia la que ayudará a determinar las causas de las crisis y ofrecer estrategias de enfrentamiento y superación de los episodios. Además el médico puede entregar algún tipo de tratamiento farmacológico si lo estima conveniente. En el segundo caso, el tratamiento será llevado en conjunto tanto con medicamentos como con psicoterapia y tendrá una mayor duración, con el fin de tratar y controlar de mejor manera los episodios de crisis y evitar que la vida de la persona siga siendo controlada por la ansiedad.
Recomendaciones finales
Es necesario comprender que la ansiedad es una reacción corporal humana natural que ayuda a estar listos por si ocurre un imprevisto en el futuro, pero que no por sentirse inquieto o nervioso significa que está frente a un ataque de pánico. A pesar de esto, si crees haber sido víctima de estos síntomas o conoces de alguien que los haya padecido, es de vital importancia la visita médica para confirmar el diagnóstico. También es muy trascendente el no estigmatizarse uno mismo o estigmatizar a aquellos que sufren de este trastorno, tildarlos de locos o alaracos, puesto que esto corresponde a una enfermedad que tiene síntomas físicos reales tales como sudoración excesiva, opresión en el pecho, sensación de ahogo y aumento de la frecuencia cardíaca. Estas reacciones corporales conllevan a que la persona se desespere al no entender lo que le pasa, pierda el control y piense que se va a morir o volver loco.
Como se ha dicho antes la crisis de ansiedad es una enfermedad que debe ser atendida por profesionales de la salud para que te ayuden a tratar y superar sus episodios. Además, hay que tener en cuenta que durante un ataque de ansiedad es muy difícil detener los síntomas en el acto, sin embargo sí es de ayuda reconocer que esta sensación tan angustiante es pasajera, no te vas a morir o volver loco, que todo pasará y te volverás a sentir bien. Por otra parte, si conoces alguien diagnosticado con este trastorno y este comienza con una crisis, debes tener en cuenta que la calma y la contención hacia aquella persona son vitales, de nada sirve gritarle, tildarlo de exagerado y exigirle que se calme, puesto que sería como querer apagar fuego con bencina. Por ello, nuestra simple presencia y unas cuantas palabras de apoyo con un tono amable diciéndole que esas reacciones van a pasar y que volverá a estar bien, pueden ser todo lo que la persona necesita. Una actitud cálida, sin cuestionar ni juzgar, son fundamentales para que la persona no se siente todavía peor.