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Tripanofobia: cómo superar el miedo a las agujas

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Hay miedos para todos y todos son igual de legítimos.

En ese abanico, a veces impresionante, de temores que tenemos los humanos hay uno que pasa desapercibido por considerarse menor y hasta sin importancia: el miedo a las agujas.

Sin embargo, en plena pandemia de covid-19 hay quienes están sufriendo bastante para poder vacunarse.

No es que no quieran hacerlo y ni siquiera se trata de miedo a la vacuna en sí, sino del temor que les genera el pinchazo.

Profundicemos a continuación sobre este miedo, para algunos insospechado.

 

Síntomas del miedo a las agujas

Tal como sucede con muchos miedos, los síntomas se evidencian en reacciones corporales conocidas según el rango etario en que se encuentre la persona.

En los niños las respuestas más conocidas son:

  • Llanto
  • Resistencia a ser inyectado
  • Sudoración
  • Búsqueda de protección por parte de los padres

 

En cuanto a los adultos, hay un cambio de comportamiento que está provocado por variables específicas: la conciencia de necesidad de ser inyectados y el miedo a ser objeto de burlas.

De cualquier modo, algunos síntomas son:

  • Sudoración
  • Dificultad para dejarse inyectar
  • Mecanismos de distracción  como el intento de pensar en otra situación antes y mientras que son inyectados.
miedo a las agujas
Jugar a las inyecciones con los niños es una forma de mostrarlas como un juego y quitarles esa connotación de hecho doloroso.

 

¿De dónde viene el miedo a las agujas?

No todo es lo que parece y el temor a las agujas es una expresión de esto.

Resulta que este miedo es en realidad miedo al dolor.

¿Y cuándo descubrió la persona afectada que la aguja causaba tal sensación? En realidad se trata de experiencias que normalmente se dan en la infancia.

Así, pues, un niño que viva un capítulo de este tipo puede crecer y el miedo lo seguirá acompañando hasta la etapa adulta.

Normalmente esta primera asociación se da a partir de los 3 años de edad, momento en el que, claro, una aguja no parece tan pequeña ni insignificante como lo parece cuando hemos crecido.

El lugar en donde sucede la experiencia es en un hospital o en una clínica y la labor del personal médico a veces puede incrementar el malestar.

De ahí la importancia de desarrollar una sensibilidad especial para tratar con pacientes.

 

¿Cuál es el rol de los padres en el miedo a las agujas?

Los padres cumplen un rol fundamental durante la infancia de sus hijos, pues son ellos los que los acompañan la mayor parte del tiempo en sus primeras etapas.

Muchas de sus actitudes son aprendidas por imitación, por lo cual es clave que los padres trabajen en la forma en que se muestran frente al estímulo en cuestión: las agujas.

Unos padres timoratos, sobreprotectores o con actitud alarmista en el momento previo y durante la inyección están enviando el mensaje de que se trata de un evento peligroso.

Tampoco funciona la ridiculización de lo que sucede.

Esto es algo que deben saber los padres que retan a sus hijos diciéndoles que una inyección no es nada y que no debe ser cobarde ni tampoco deben sugerir que su temor es vergonzoso, mucho menos relacionar la disposición a recibir el pinchazo con ser más “hombre” o “más valiente”.

La forma adecuada de abordar el miedo a las agujas es acompañar a los hijos y mostrarse empáticos.

Si el niño manifiesta temor es porque en realidad le dolió en alguna ocasión anterior, no porque se lo esté inventando.

Incluso puede que lo haya aprendido después de ver el miedo de otro niño, tanto en vivo como en algún video.

 

¿Qué hacer en caso de que un niño sienta miedo a las agujas?

Aparte del apoyo necesario de los padres o la figura de autoridad que lo esté acompañando, algunas estrategias son:

-Permitirle que tenga con él o ella su juguete preferido.

-Sentarlo en tu regazo si eso lo hace sentir seguro.

-Si cuentas con un anestésico tópico, puedes aplicárselo antes de la inyección.

-Si le gusta que le cantes, entonces esta es una forma de calmarlo.

-Aunque esto no sucede con todos los niños, si al tuyo le gusta que le den explicaciones antes de hacer algo, explícale los beneficios de la inyección.

 

¿Qué no hacer?

-No le prometas dulces o comida rápida como premio por la inyección. Pudieras estar generándole una asociación que le traiga problemas durante su adultez. La asociación miedo-comida es una de las causas de sobrepeso en la actualidad.

-No lo amenaces con castigarlo. El miedo es su forma natural de no sentir dolor y no tiene por qué ser penalizado por ello.

-No lo amenaces con personajes ficticios inventados ni condiciones lo que siente con amenazas como que se lo va a llevar “un loco”, “la policía”, etc.

miedo a las agujas
En tiempos como los que corren es vital que las personas tengan acceso a las vacunas, pero sobre todo, que no tengan obstáculos como el miedo a ser inyectados.

 

¿Qué pasa si eres adulto y le tienes miedo a las agujas?

En el caso de los adultos la situación puede requerir ayuda profesional.

Si bien hay tratamientos que funcionan exponiendo de forma gradual a los pacientes, estos no están al alcance de todos.

Por ejemplo en un tratamiento desarrollado por Lars-Gorän Ost la persona pasa por un proceso gradual en el que se usa un artilugio de plástico que contiene una aguja, pero que aun así no se inyecta sobre la piel.

Posteriormente se pasa a inyecciones reales con una solución salina.

Así como este tratamiento también hay personas para quienes funciona la exposición gradual videos en dónde se aprecian inyecciones.

 

Conclusión

En nuestros países es más difícil pensar que alguien va asistir a un especialista por el este motivo, pero una situación como la que estamos viviendo con el covid-19 nos invita a tomarnos en serio el miedo a las agujas, pues se estarían poniendo en riesgo muchas vidas si no contemplamos la importancia de la vacunación.

Ningún miedo es tan simple como para no hacerse cargo de él, menos si de su abordaje depende la vida y el bienestar de una población.

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