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Cómo aprendemos : Albert Bandura y la Teoría del Aprendizaje Social

Albert Bandura y la teoría del aprendizaje social

Pocas veces nos hacemos conscientes de nuestros procesos de aprendizaje. Algunos lo hacen cuando son padres y, en las etapas tempranas de sus hijos, comienzan a ver cómo aprenden.

Algunos incluso teorizan acerca de cuáles son los estímulos que deberían tener para que aprendan más rápido o mejor, pero también acerca de lo que deberían ver y escuchar. Y claro, también de lo que no.

El aprendizaje es un tema muy amplio y complejo, por lo que teorías hay muchas.

Sin embargo, en este caso te presentaremos una de las más difundidas y, según muchos especialistas, una de las más aceptadas porque va más allá de las teorías del comportamiento y de las teorías cognitivas.

 

¿Qué es la Teoría del Aprendizaje Social?

Durante los primeros cincuenta años del siglo XX, la psicología pasó por dos etapas muy distintas entre ellas.

Al inicio, el modelo imperante fue el psicoanalítico, impulsado por Sigmund Freud y sus discípulos.

Posteriormente le siguió el conductismo con el conocido experimento de Iván Pávlov en el que un perro salivaba después de escuchar una campana.

Después, John Watson y su experimento con el pequeño Albert, terminaron de darle vigor a la explicación de que todo lo que aprendíamos era el resultado de la experiencia directa entre asociación y refuerzo.

Sin embargo, para Bandura, el conductismo y la experiencia directa no servían para explicar todos los tipos de aprendizaje.

Por ejemplo, si pensamos en cómo se entrenan los pilotos de aviones, nos damos cuenta de que estos lo hacen primero observando a pilotos en cabina que ya son profesionales

Si le entregáramos a alguien un martillo y un clavo, seguramente sabría qué hacer con ambos, aun cuando nunca hubiera puesto un clavo en ninguna superficie, pues ya habrá visto a alguien martillando un clavo.

De lo que Bandura se dio cuenta fue de que viendo a los demás también se aprende.

Esta forma de ver el aprendizaje, si bien no era nueva, pues personajes históricos como Aristóteles ya habían hablado de la imitación como forma una forma de aprender acerca del mundo que no rodea, sí resultó disruptiva por cuanto apareció en medio de las corrientes preponderantes de la época.

Lo que Bandura incluyó fue el elemento social, lo cual le sirvió para afirmar que aprendemos viendo a otros.

Según él mismo decía:

«…aprender sería sumamente laborioso, por no mencionar peligroso, si las personas tuvieran que depender únicamente de los efectos de sus propias acciones para saber qué hacer».

 

Albert Bandura y la teoría del aprendizaje social
Aunque las teorías acerca del aprendizaje parezcan demasiadas, la TAS del Bandura es una de las más reconocidas y un referente casi imposible de mencionar.

 

El famoso experimento del muñeco Bobo

Pensar en Albert Bandura y la Teoría del Aprendizaje Social es mencionar su experimento más famoso y uno de los más conocidos en el mundo de la psicología.

De forma resumida, lo que él hizo fue mostrarles un video a un grupo de niños en el que un grupo de adultos actuaba de forma violenta en contra de un muñeco inflable de aproximadamente 1.5 metros de alto.

Luego, a los niños se les permitió interactuar con un muñeco de igual altura en una habitación en la que aparentemente no estaban siendo observados. A este muñeco lo llamaron Bobo.

El resultado es que los niños que habían estado expuestos al video actuaban de forma agresiva en contra del muñeco.

Esto le permitió a Bandura identificar 3 modelos de aprendizaje a través de la observación:

  1. Un modelo en el cual un individuo representa un comportamiento.
  2. Un modelo simbólico en el cual hay personajes que pueden ser reales o ficticios y que muestran comportamientos en distintos medios como películas, libros o programas de tv.
  3. Un último modelo de instrucción verbal en el que están presentes las descripciones o las explicaciones de un comportamiento.

Este trabajo arrojó resultados muy interesantes por cuanto demuestra que no hace falta ni siquiera imitar un comportamiento, pues las propias órdenes o comentarios hechos en formatos de audio pueden tener como consecuencia el aprendizaje.

Y sí, justo como lo estás pensando, podemos aprender de lo que vemos en las películas o en la televisión. Esto es fundamental en una época en la que estamos desbordados de información, incluidos los niños.

 

El rol de los estados mentales en el aprendizaje

Albert Bandura y la Teoría del Aprendizaje Social también demuestran que el refuerzo ambiental externo no es lo único que influye en el aprendizaje.

También cuentan el estado mental propio y la motivación para determinar si se aprende un comportamiento.

El contexto cuenta, la crianza cuenta, así que esto es fundamental para comprender el debate que hay actualmente en temas relacionados con los videojuegos en los niños.

Además, señaló que el concepto de refuerzo intrínseco, el cual nace a partir de los propios sentimientos de orgullo y satisfacción a la hora de obtener un logro.

 

Albert Bandura y la teoría del aprendizaje social
Las nuevas tecnologías también son un gran medio para aprender, pero en el caso de los niños requieren de la supervisión de un asulto.

 

El aprendizaje no implica que haya cambios de comportamiento

Es frecuente escuchar que alguien actúa de una forma u otra por aprendió a hacerlo distinto.

Si un niño aprende a ir solo al baño, sin duda habrá cambiado su forma de actuar con base en el aprendizaje logrado.

Sin embargo, hay momentos en los que se puede aprender y no evidenciarse en un cambio de conducta.

De este modo, alguien puede aprender los pasos básicos para preparar un plato de comida, pero no por ello hacerlo ni mucho menos lograr que si lo hace se trate de un cambio permanente, tal como lo afirmaba la mayoría de los conductistas.

 

Cómo aprender mejor gracias a Albert Bandura y la Teoría del Aprendizaje Social

Cuando Bandura se refirió al aprendizaje observacional, clasificó una serie de variables que intervienen para que ser más exitosos a la hora de aprender:

Atención: esta es tal vez la variable más conocida. Frases como “no te distraigas”, “presta atención” son más que elocuentes al respecto. Es importante que la atención se gane con elementos como la novedad o el interés de la información.

Retención: prestar atención y retener no están siempre correlacionadas. Desarrollar estrategias efectivas para retener información es fundamental para aprender. Técnicas como la asociación o la imaginería pueden ser de gran utilidad.

Reproducción: mejor conocida como la práctica. Entre más lo practiques, mejor instaurado quedará el comportamiento.

Motivación: en este apartado se involucran términos del conductismo como el refuerzo y el castigo.

Por ejemplo, una persona que cumpla con su deber a tiempo puede ser reforzada con un comentario de admiración. A diferencia de lo que muchos creen, el castigo no consiste en un hecho doloroso sino en un estímulo que no refuerce la conducta o en su ausencia.

En este caso, si la persona no cumple con su deber a tiempo, entonces basta con no reconocerle con palabras como las que se emplearon en el caso anterior.

 

Conclusión acerca de Albert Bandura y la Teoría del Aprendizaje Social

Albert Bandura no solo influenció otros psicólogos, sino que generó importante aportes en el ámbito de la educación.

Afortunadamente, él se dio cuenta que no siempre había que vivir la experiencia de manera personal para poder aprender, pues esto implicaría riesgos incluso para la propia vida. No hace falta acercársele a una serpiente venenosa y comprobar que puede ser mortal para aprenderlo.

Basta con que lo leas en una fuente confiable para que prefieras preservar tu vida antes que querer estar cerca de, por ejemplo, una mamba negra.

En resumen, aunque no nos demos cuenta, cada una de nuestras acciones ayuda a moldear el aprendizaje de los demás. Casi todo lo que hagamos o digamos va a influir en el aprendizaje de alguien.

Eso nos pone en una posición de poder privilegiado para diseñar de manera consciente la mayoría de nuestras acciones.

 

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