Muchas personas experimentan ansiedad en algún momento de su vida, pero cuando la ansiedad se convierte en una afección persistente y debilitante, puede considerarse una enfermedad. La ansiedad es un término amplio que abarca diversos problemas, desde la ansiedad social y los ataques de pánico hasta el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) y el trastorno de estrés postraumático (TEPT). En este artículo veremos cómo reconocer la ansiedad como enfermedad y qué hacer al respecto.
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es la forma natural que tiene el organismo de reaccionar ante situaciones estresantes. Sin embargo, cuando la ansiedad se vuelve excesiva, persistente o desproporcionada con respecto a la situación, se convierte en un problema. La ansiedad suele incluir síntomas físicos como sudoración, temblores, aceleración del ritmo cardiaco, tensión muscular y dificultad para respirar. También puede causar síntomas cognitivos como pensamientos acelerados, dificultad para concentrarse o tomar decisiones, e irritabilidad.
La ansiedad como enfermedad
La ansiedad puede convertirse en una enfermedad diagnosticada cuando afecta significativamente a la vida diaria de una persona. Entre las enfermedades comunes que entran en la categoría de ansiedad se incluyen el trastorno de ansiedad generalizada (TAG), el trastorno de ansiedad social, el trastorno de pánico, la agorafobia y las fobias específicas. Estos trastornos se caracterizan por miedos o preocupaciones excesivas, evitación de determinados objetos, situaciones o actividades, y ataques de pánico.
Los síntomas de un trastorno de ansiedad incluyen preocupación excesiva o incontrolable, dificultad para concentrarse, inquietud o irritabilidad, trastornos del sueño, tensión muscular y sensación de fatalidad inminente. Estos síntomas deben persistir durante al menos seis meses para que se considere un trastorno de ansiedad.
Causas comunes de la ansiedad
No se sabe del todo qué causa los trastornos de ansiedad, pero es probable que influya una combinación de factores genéticos, ambientales y bioquímicos. Ciertos acontecimientos vitales, como los traumas infantiles, la violencia doméstica o la pérdida de un ser querido, también pueden aumentar el riesgo de desarrollar un trastorno de ansiedad. Otros factores de riesgo de los trastornos de ansiedad son los antecedentes familiares de problemas de salud mental, las enfermedades crónicas o potencialmente mortales, el abuso de sustancias y determinadas situaciones que provocan ansiedad, como los problemas económicos o de pareja.
Qué hacer si tienes ansiedad
Si experimentas síntomas de ansiedad o tienes antecedentes familiares de trastornos de ansiedad, es importante que hables con un profesional sanitario. Tu profesional sanitario puede ayudarte a determinar si tus síntomas están relacionados con un trastorno de ansiedad y puede informarte sobre los tratamientos adecuados. Los tratamientos de los trastornos de ansiedad pueden incluir terapia verbal, medicación, técnicas de relajación y cambios en el estilo de vida. Es importante recordar que el éxito del tratamiento varía de una persona a otra y puede llevar tiempo encontrar el tratamiento adecuado.
Además de hablar con un profesional sanitario, es importante que te cuides si tienes ansiedad. Seguir una dieta sana y equilibrada, hacer ejercicio con regularidad y dedicar tiempo a la relajación pueden ayudar a mejorar tu estado de ánimo. Pasar tiempo con amigos y familiares y participar en actividades agradables también puede ayudar a reducir la ansiedad.
En conclusión
La ansiedad es una reacción habitual ante las situaciones estresantes. Sin embargo, cuando la ansiedad se vuelve excesiva, persistente o desproporcionada con respecto a la situación, se convierte en una enfermedad. Los trastornos de ansiedad incluyen el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de ansiedad social, el trastorno de pánico, la agorafobia y las fobias específicas. Si padeces ansiedad, es importante que hables con un profesional sanitario para determinar si tus síntomas están relacionados con un trastorno de ansiedad y para hablar de los tratamientos adecuados. Además, cuidarte bien puede ayudarte a reducir la ansiedad y mejorar tu estado de ánimo general.
