En el entorno escolar debe de encontrarse un área dedicada a la orientación, evaluación e intervenciones que se relacionan a la salud mental y a actualizar las mejores estrategias para el aprendizaje significativo. Este es el papel del psicólogo educativo un profesional con una amplia lista de responsabilidades a destacar y cuya presencia marca la diferencia en cuanto al bienestar emocional y el rendimiento académico de los estudiantes que forman parte de un complejo estudiantil.
¿Qué es un psicólogo educativo?
La psicología educativa es una especialización realizada por un profesional en psicología que se orienta al trabajo en entornos académicos donde efectúan actividades dirigidas a toda la comunidad educativa, incluyendo a los estudiantes, docentes, familias y el cuerpo directivo. Por ello, las dinámicas educativas, los planes de estudio y el entorno son el foco de investigación para los psicólogos educativos, buscando solventar problemas relacionados con el proceso enseñanza-aprendizaje.
Para cumplir con este fin, observan a los docentes para asegurarse de que cuenten con los recursos necesarios y comprendan cómo es el proceso de desarrollo cognitivo, moral, psicológico y social en las diferentes etapas que atraviesa una persona que cumple un rol de alumno. A su vez, considera el crucial papel de los padres y cuidadores considerando su influencia dentro de los programas educativos.
Funciones del psicólogo en el ámbito escolar
Es posible que reconozcamos la importancia que tiene un profesional titulado en psicología y aun así no estemos al tanto de cuáles son sus funciones dentro del entorno educativo. Esta área posee un gran amplitud en cuanto a sus actividades dirigidas a la mejora continua de las técnicas y herramientas didácticas y el desenvolvimiento social de los estudiantes en este contexto. Por lo tanto, se ha decidido dividir sus tareas en tres grandes funciones que incluyen numerosas actividades y objetivos:
Prevención, evaluación diagnóstica e intervención psicológica
Se encarga de realizar evaluaciones diagnóstico individuales y pruebas colectivas para detectar y prevenir problemas cognitivos y afectivos, siendo posible detectar casos que deban ser referidos a otros especialistas o que este psicólogo pueda tomar para una intervención. Del mismo modo, el diagnóstico de deficiencia cognoscitiva, altas capacidades o trastornos de personalidad son de suma importancia en la etapa de desarrollo de niños y adolescentes para poder aplicar un abordaje temprano y evitar comorbilidades que disminuyan su calidad de vida y bienestar emocional.
Así pues, su función como evaluador del cuerpo estudiantil es el primer paso para cuidar de la salud mental de niños y jóvenes, determinando sus potencialidades como grupo y como individuo. Esto permite detectar cualquier necesidad de condiciones educativas especiales a partir de un trastorno específico del aprendizaje u otras condiciones. Para cumplir con estos objetivos el psicólogo realiza entrevistas, elabora una batería de test que incluye pruebas psicológicas psicométricas y proyectivas, observa la presencia de síntomas somáticos y estudia las conductas sociales y el desarrollo psicomotor.
Finalmente, realiza entrevistas de devolución diagnóstica con los padres y se encarga de desglosar las recomendaciones relacionadas con los aspectos personal, social, académico y familiar en el informe psicológico que en caso de ser necesario pasará a ser el pilar para elaborar un plan de tratamiento.
Programas de intervención psicológica y psicoeducativa con fines preventivos, de desarrollo y terapéuticos
Cuando los problemas se relacionan al aspecto social y de interacción como grupo o algún factor individual en declive colectivo identificado en el proceso de evaluación (como lo puede ser el desconocimiento de la sexualidad, el autocuidado o la responsabilidad afectiva) es posible elaborar programas de intervención grupales de tipo psicoterapéutico y psicoeducativo.
El objetivo es tomar en cuenta tanto las necesidades educativas como las psicológicas ya que se encuentran en constante correlación siendo el entorno escolar un lugar donde los niños se desarrollan, viven experiencias y conviven con terceros, guardando importante influencia en la elaboración de la personalidad. De este modo, ofrece cambios en el sistema educativo que se adapten a las necesidades del cuerpo estudiantil y a sus características como grupo, a la vez que mejora determinados aspectos del desarrollo y el rendimiento académico.
La intervención puede orientarse a: prevenir, corregir, orientar, psicoeducar, reestructurar ciertas distorsiones o creencias erróneas y/o fomentar la valoración de la salud mental. Estas acciones complementan las acciones preventivas que los docentes implementan y trabajan en conjunto para proteger el bienestar de los niños, adolescentes y jóvenes durante su maduración siendo esta una etapa de gran susceptibilidad ante lo que el medio puede transmitir.
Posteriormente, será necesario aplicar un método de evaluación (post-test) para determinar la efectividad de la intervención en cada variable trabajada, aspecto relacionado con el ámbito de la investigación y que permite determinar las técnicas más acertadas para cada contexto y problema.
Orientación, asesoramiento y formación diagnóstica a los docentes
Los profesores y maestros, en su mayoría, no cuentan con una formación relacionada a los distintos trastornos afectivos que se presentan en la infancia y alteraciones del neurodesarrollo. Por lo tanto, es necesario que ante alguna irregularidad o dificultad el psicólogo educativo aporte a los docentes la información concerniente al diagnóstico de los casos individuales y la apreciación del estado colectivo de los mismos.
Esta información sobre el diagnóstico guarda el carácter confidencial de los aspectos personales de un estudiante y su núcleo familiar, y les permite tener conocimiento acertado sobre las alteraciones que tienen determinadas condiciones o patologías, como se encuentran sus capacidades intelectuales y cuáles son las estrategias de aprendizaje más óptimas para estos alumnos impulsando los a mejorar.
En este aspecto, asesora a los docentes y les permite comprender ciertos temas comunes como la desmotivación y la raíz de algunas conductas disruptivas. También, comparten dinámicas de grupo y otras técnicas para la comunicación, aprendizaje cooperativo y la socialización.
Para este fin puede dictar campañas de formación para todos los docentes de la institución, permitiendo al mismo tiempo un espacio para que los profesionales en educación propongan temas de interés respecto a problemas o inquietudes que presentan en sus secciones, de esa forma también aporta a la investigación científica de la psicología educativa.