Estadísticamente se ha comprobado que como individuos hay una tendencia a la aversión y rechazo a las ratas o animales tanto en mujeres como hombres, sin embargo no es casualidad que exista este patrón de respuesta propiciado de forma natural como una señal de alerta o alarma, es por ello que en este post reuniremos diferentes puntos de vista permitiéndonos responder al por qué existe la fobia a los ratones y el origen propiamente del miedo.
Pero antes de comenzar, aclaremos un punto… ¿Qué es la musofobia?
La fobia a los ratones, también denominada musofobia, se considera como una condición que puede experimentar el individuo al presenciar ratas o ratones, actuando de forma exagerada o intensa al manifestar su desagrado o terror, presentando incluso reacciones fisiológicas, como aumento del ritmo cardíaco, incremento de la presión arterial, temblores, etc., indistintamente de su tamaño o forma, clasificándose como una fobia específica de la zoofobia, entendida como el miedo a los animales.
El DSM-V señala ciertos criterios que pueden ser adaptados a la musofobia:
- Miedo o ansiedad intensa frente al ratón.
- La ansiedad se provoca de forma instantánea.
- Se mantiene una resistencia para enfrentarlo junto a una ansiedad constante.
- Se magnifica desproporcionalmente el peligro real que pueda ocasionar el ratón. Se observa una importante influencia cultural debido a la mala percepción que tiene la misma sociedad frente a los roedores y lo antihigiénicos que pueden ser.
- Presenta un malestar significativo, afectando su desenvolvimiento social, laboral o personal.
Causas asociadas a la fobia a los ratones
El miedo a los ratones se ha determinado que posiblemente se desarrolle en la infancia principalmente a partir de los 7 años de edad, sin embargo se puede observar mayormente desde los 9 años de edad, aunque sus razones pueden ser variadas de acuerdo a las teorías planteadas por diversos enfoques de la psicología.
Según el conductismo
Según los investigadores Iván Pavlov y Skinner, se pudo constatar que la causa de las fobias es por aprendizajes básicos desencadenados por asociación de estímulos.
Por ende cuando existe un trauma previo con el ratón sea por mordedura o susto en un momento determinado, como respuesta a la presencia del objeto será actuar de forma negativa dependiendo de la situación o contexto.
Esto se pudo corroborar científicamente con el paradójico y debatido experimento del pequeño Albert. Un bebé de 11 meses quien inicialmente no aparentaba presentar ningún miedo frente al ratón, sin embargo John Watson junto a Rosalie Rayner, decidieron generar una reacción emocional de miedo condicionando al niño mediante la estimulación, sin embargo en este caso el miedo se desencadenó al colocar al bebé junto al ratón sonando una barra metálica, perturbándolo considerablemente, ocasionando que incluso tuviese rechazo hacia el pelaje blanco o conejos.
Ante esto se confirma que también si en el entorno en donde se encuentra el individuo se manifiesta un constante rechazo a este tipo de roedor, como madre o padre por transmitir enfermedades o ser peligrosos, puede ocasionar paralelamente que la persona tienda a desarrollar por condicionamiento del miedo, fobia a los ratones.
Culturalmente también se observa que es una preocupación de salud pública por las enfermedades que pueden transmitirse por mordeduras o desechos fecales y que históricamente han generado hasta importantes tasas de mortalidad en los siglos pasados, al igual que por la contaminación en la comida debido a que este animal se mantiene en constante contacto con el ambiente, generando un estigma hacia la mayoría de los roedores, sosteniéndose con la teoría de la preparación biológica.
Según el psicoanálisis
El miedo es generado inconscientemente el cual puede producirse desde la infancia como un mecanismo de defensa por parte de la mente, aunque a su vez se plantea que también se puede generarse por un trastorno de ansiedad en el que existe una mayor actividad en una zona específica del cerebro, el cual se encarga de la reacción ante el miedo.
¿Es posible superar la fobia a los ratones?
Claramente si se puede, y a pesar que el psicoanálisis y el conductismo lo estudian y tratan en general, este último enfoque es el que ha tenido un mayor éxito para el tratamiento de las fobias.
Por tanto se puede reaprender a reaccionar a través de la aplicación de la teoría conductista, en el que se propone la terapia de asociación, que por ejemplo en el caso que exista un trauma hacia el ratón, el individuo mediante terapia, progresivamente irá acercándose al objeto al cual tiene miedo para así reaprender o actuar asertivamente, disminuyendo tanto su estado de alarma y la fobia propiamente.
2 Consejos para reducir la fobia a los ratones
- Induce un estado de calma, pensando que te encuentras protegido a pesar de estar frente al roedor.
- Visualiza imágenes sobre ratones, a una cómoda distancia, posteriormente puedes ir acercándote o tocarlo en caso de ser doméstico, permitiéndote provocar un estado de calma.
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