El bullying escolar ha traspasado las paredes de la escuela para instalarse en facebook, otras redes sociales (ciber bullying), el trabajo (moving) y en una multiplicidad de contextos sociales. El respeto por el otro no es simplemente una cosa moral o religiosa, es la manera en la cual podemos acceder a la sociedad y desarrollarnos en ella a cambio de la misma manera en que nosotros debemos permitir que otros lo hagan. En otras palabras, es la forma de vivir en sociedad, más allá de todas las legítimas diferencias entre unos y otros. El colegio es la plataforma para entender la importancia de este respeto.
Sobre la Convivencia Escolar y la Institucionalidad Escolar
Las instituciones educacionales operan y se estructuran como un sistema. En esta perspectiva, la articulación de las diversas esferas que componen el espacio de la escuela, tienden a desplegarse como sub-sistemas, los cuales de manera asociada se proponen en función de darle estabilidad al sistema en general. En esta línea, es que existen en la institución escolar diversos ámbitos praxiológicos y axiológicos que requieren de particularidad y especificidad en el análisis, en el entendido de que sólo así se podrá fortalecer el plano más global que dice relación con una articulación institucional integral.
Uno de estos subsistemas o fenómenos constitutivos del sistema escolar es el de la convivencia y el bullying escolar. Desde la orientación de quienes proponen estos términos de referencia, la convivencia escolar es más que puntos de encuentro o posibilidades afectivas; no se persigue, con la idea de convivencia, homogeneizar a sujetos que son en esencia distintos al interior de planos tendientes a la vinculación y al afecto. Por el contrario, el con-vivir (vivir con) implica básicamente disposiciones cognitivas y sociales orientadas hacia el respeto por la diferencia (entendida esta en sus más radicales acepciones). La posibilidad de cualquier convivencia humana no se instala a propósito de la anulación de un otro en tanto este es diferente, más bien pasa por aceptar, tolerar y generar disposiciones de entendimiento hacia lo distinto, no en un campo de afectividad, sino de respeto.
El bullying escolar al interior de las escuelas
En un plano práctico, el fenómeno del bullying al interior de los establecimientos educacionales, aparece como una dimensión altamente relevante al momento de analizar las tensiones y problemáticas internas que afectan a cada institución en particular. Si bien es cierto es posible determinar que toda convivencia humana –incluida la escolar- se despliega sobre una plataforma de tensión y conflictividad, no es menos real establecer que dicha tensión debe orientarse hacia un plano de tolerancia y respeto por quienes componen el espacio escolar. Actualmente la convivencia en las escuelas y colegios es un fenómeno que se despliega desde su normalización, es decir, se encuentra determinada por criterios establecidos jerárquicamente, desestimando la posibilidad de que sean los propios agentes y actores institucionales quienes definan sus propias reglas de convivencia. Este, por cierto, que es un espacio donde deben concurrir todos quienes componen la institucionalidad: estudiantes, profesores, padres y apoderados, etc.
En esta perspectiva, se asume que diagnosticando el actual estado de las escuelas y colegios en relación a la conformación de su propia dinámica y convivencia internas –y al mismo tiempo rescatando las percepciones y significaciones que los propios actores sostienen en relación a la convivencia- se hará posible generar estrategias para fortalecer el clima relacional de las instituciones mencionadas, asumiendo que una institución que trabaja sobre sus propias debilidades, se potencia no sólo en el ámbito de las relaciones humanas sino también en la obtención de resultados. A mejor convivencia mayor y mejor eficiencia podríamos sostener.
Recuperar la voz institucional
Los establecimientos educacionales requieren imperativamente de un auto-diagnóstico. Lejos de las prefiguraciones y pre-consideraciones interventivas a partir de las cuales se establece que es lo que debe o no debe fortalecer una institución escolar, es necesario propulsar y estimular consideraciones en torno a una suerte de autonomía institucional, la cual, a partir de sus propias disposiciones, consideraciones y atribuciones de sentido, sea capaz de diagnosticar en términos también autónomos sus debilidades, fortalezas y estrategias para el futuro.
Esto por cierto que requiere de metodologías coordinadas en función de otorgarle la voz a la institución, Es ella quien debe señalar si es que existen o no problemas de bullying escolar; ella debe generar formas de ingreso al robustecimiento del respeto y tolerancia hacia ese otro diferente. Hay que lograr estabilizar una voz institucional.