Las relaciones perfectas no existen. No, esa relación que veas constantemente en Instagram en donde un par de personas solo aparecen riendo y disfrutando es solo una parte de la realidad. No te engañes ni midas tu caso con esas rarezas comunicacionales que se propagan en redes o internet.

Lo que sí es un hecho es que las parejas están sentenciadas a vivir en conflicto y, según su madurez, a resolverlos antes de que escalen. También es una realidad que, según la educación con respecto a sus emociones y expresiones, muchos conflictos son evitables, puesto que tales situaciones se conversan en los acuerdos iniciales de la relación.

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¿Qué tan sano es que tu pareja o tú se molesten frecuentemente con lo que hace el otro?

La respuesta sencilla es: poco sano.

El matiz es necesario, pues debemos tomar en cuenta que, contrario a lo que alguien pudiera pensar, molestarse es sano.

Imagínate una relación en la que nadie nunca se moleste. Si te lo imaginaste y te pareció extraño, tienes razón, pues estar siempre satisfecho con lo que hace el otro implica un dejo de complacencia que tarde o temprano se convertirá en un problema.

Una persona que nunca se moleste es alguien poco auténtico en la relación. El meollo del asunto no es la ausencia de rabia ni de insatisfacciones, sino la forma en que estas se expresen.

Alguien que siempre esté contento puede considerarse como digno de desconfianza, pues lo más probable es que lo que muestre sea una máscara, una especie de realidad filtrada a través de la sumisión o el interés en no mostrarse tal cual es.

Sin embargo, el exceso de momentos de rabia también es un ámbito al cual prestar atención. Nadie que no acepte a su pareja como es puede esperar una relación verdaderamente profunda, pues con sus insatisfacciones terminará hartando a la otra parte y haciéndole un daño del que cuesta recuperarse.

Piensa por un momento en que, si tu pareja es importante para ti y estás constantemente molesto o molesta con todo lo que hace, en realidad le estás diciendo con tus actos que solo es válido lo que a ti te importa, que lo que a él o a ella le interesa es parte de un segundo plano que no merece ser atendido.

En tal sentido, sentir molestia frecuente con lo que hace tu pare es síntoma de que algo no anda bien, ya sea que se trate del concepto aceptación o del respeto por el otro.

Posibles causas de que te moleste todo lo que hace tu pareja

Si la pregunta que ronda en tus conversaciones internas es «por qué me enojo con facilidad con mi pareja», es conveniente que analices algunas de las situaciones más comunes que provocan este tipo de estados emocionales.

Las causas más comunes que hemos registrado en terapia son:

1. Pasan excesivo tiempo juntos

Al principio, cuando se está en la fase del enamoramiento, es entendible que ambos quieran pasar mucho tiempo juntos. No obstante, cuando esta etapa pasa es vital que ambos tengan su propio tiempo para sí mismos.

Aspectos como la falta de privacidad e intimidad pueden molestar a cualquiera. Ante tal situación, la conversación debe girar en torno al establecimiento de límites en los que cada uno tenga su propio espacio.

La idea de que una pareja se transforma en una sola entidad que debe hacerlo todo juntos es nociva para la autorealización y se aleja de la independencia que cada ser humano debe desarrollar para sentirse pleno.

Vivir en pareja no es sinónimo de vivir en una prisión.

2. La luna de miel del enamoramiento terminó y no lo has entendido

Es común que en los primeros amores de un ser humano se tenga la idea errónea de que el enamoramiento es sostenible. No, el amor sí, pero el enamoramiento con sus mariposas y emociones intensas no se puede prolongar en el tiempo más allá de un par de años.

Entonces conviene estar atento para cuando esta fase llegue y así no tener que sacar conclusiones apresuradas como las dudas acerca de si una persona es la indicada.

Si cuando «la luna de miel» termina alguien se angustia por no sentir lo mismo de antes, la indicación es trabajar en sí mismo y en las expectativas que se tienen puestas sobre el otro.

3. No te crees merecedor de la pareja que tienes

El autoconcepto y la autoestima te pueden estar jugando una mala pasada. Sentirse inseguro consigo mismo puede ser un obstáculo para dejarse querer y, por lo tanto, para estar satisfecho o satisfecha con esa persona.

Si en el primer caso la insatisfacción apunta a quejas sobre el otro, pensar en esa persona como alguien que no mereces puede hacer que te pongas a la defensiva.

Aquella razón por la que alguien estaría feliz puede convertirse en un auténtico dolor de cabeza para ti si consideras que estar con tu pareja implique una responsabilidad desmedida, casi una carga para lo que se «supone»,  es algo que está más allá de tus posibilidades.

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¿Qué hacer si te molesta todo de tu pareja?

La insatisfacción en una relación no siempre significa que la relación deba terminar. Sin embargo, si después de hacer todo lo posible para solucionar los problemas aún te sientes infeliz, es posible que sea hora de considerar si la relación es adecuada para ti.

Cuando alguien se siente insatisfecho en su relación de pareja, lo mejor es abordar el problema hablando directamente con su pareja y buscando ayuda profesional si es necesario. También es importante reflexionar sobre tus propias necesidades y deseos en la relación. No hay una solución única para todos, pero tomar medidas para resolver la insatisfacción puede ayudar a mejorar la relación o tomar decisiones importantes sobre su futuro

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