El placer sexual no es una necesidad vital, pero hay que ver cómo ayuda a tener una vida más plena.
De hecho, civilizaciones antiguas como la egipcia, la griega y la india ya experimentaban con formas distintas de placer sexual.
Más allá de los detalles, lo que esto nos dice es que la buena calidad del sexo importa. Y mucho para algunos.
La eyaculación precoz se convierte entonces en un quebradero de cabeza, no solo para quien la tiene sino para su pareja.
De hecho, si las causas de la eyaculación precoz no se abordan a tiempo puede generarse conflictos tan serios como la ruptura de la relación, incluido el divorcio.
Veamos antes qué implica esta condición (la gran mayoría de veces reversible) y su impacto real en la autoestima y la relación con la pareja.
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¿Qué es la eyaculación precoz?
Para que algo sea considerado como precoz tiene suceder en un tiempo menor al que se espera a partir de unos datos que funcionan como estándar.
La eyaculación precoz sucede cuando un hombre eyacula antes de lo esperado, antes de esa media que se considera como estándar o necesaria para que el acto sexual sea considerado como satisfactorio.
Aunque las causas de la eyaculación precoz son diversas y particulares a cada caso, en lo que sí hay un consenso es en que esta situación es más frecuente de lo que se cree y, al menos 1 de cada 3 hombres, la experimentó o la está experimentado actualmente en su relación de pareja.
Las cifras pudieran ser superiores si se toma en cuenta que este es un tema que causa vergüenza en quien lo padece y que la mayoría solo opta por ayuda profesional después de que ha transcurrido un tiempo.
Tal inhibición surge a partir de la cultura del macho exitoso en la cama, del hombre que no debe fallar en ningún aspecto de su sexualidad porque entonces vería comprometida tu masculinidad.
¿Cuándo se considera a un hombre eyaculador precoz?
Es importante señalar que la eyaculación precoz no tiene puede suceder en un acto sexual esporádico o se puede prolongar en el tiempo.
La frecuencia es clave para considerarla como un problema o no.
Mientras que suceda con poca frecuencia no tiene por qué ser un motivo de preocupación.
De cualquier modo, tres indicadores comunes son los siguientes:
- Si siempre o casi siempre eyaculas en menos de un minuto después que sucede la primera penetración.
- Si nunca o casi nunca puedes retardar la eyaculación cuando tienes sexo.
- Si cada vez que vas a tener relaciones sexuales sientes angustia o frustración (en este apartado hay quienes incluso evitan la relación por temor a no poder prolongar el acto hasta que ambos alcancen un grado de satisfacción)
¿Funcionan los remedios para la eyaculación precoz?
Esta es tal vez la pregunta más común que se hace una persona afectada por esta condición temporal.
La respuesta siempre será la misma: si los remedios, sin importar que sean naturales o sintéticos, abordan las causas de la eyaculación precoz, entonces funcionan.
En caso contrario, no.
La eyaculación precoz requiere un abordaje multifactorial, pues no es una causa sino una consecuencia.
Pensar en que existen soluciones milagrosas para prolongar la duración del acto sexual es una medida desesperada de la cual se aprovechan algunas personas inescrupulosas para vender productos sin ninguna validez científica.
El especialista que debe hacer el diagnóstico es el sexólogo y este se apoyará en un especialista de la salud psicológica para atender este ámbito fundamental en la mayoría de casos.
Veamos entonces cuáles son las causas principales de la eyaculación precoz.
Causas de la eyaculación precoz
Las causas se pueden dividir en dos principales:
Causas psicológicas
- Haber sido víctima de abuso sexual
- Culpa a partir del momento en que comienza a evidenciarse la situación. Es como un círculo vicioso. Entre más comprueba alguien que no puede tener un acto sexual de mayor duración, más se agudiza el problema.
- Percepción de que se tiene una mala imagen corporal.
- Trastornos como la depresión o la ansiedad.
- Experiencias sexuales a muy temprana edad con consecuencias traumáticas
Causas orgánicas
- Mal funcionamiento de la glándula tiroides la cual está directamente relacionada con muchos procesos corporales, incluido el deseo y el desempeño sexual.
- Niveles deficientes de neurotransmisores.
- Inflamación o infección en la próstata. De ahí la importancia de hacerse el chequeo respectivo, sobre todo a partir de los 40 años de edad.
- Niveles altos de glucemia en sangre.
- Otras causas asociadas, sobre todo aquellas relacionadas con una alimentación pobre en nutrientes o el consumo de drogas (alcohol, cigarrillo, otras).
Consecuencias de la eyaculación precoz
Aunque la primera información que se busque al respecto suele ser acerca de las causas de la eyaculación precoz y el tratamiento, es importante señalar las consecuencias principales para motivarte a que acudas con un especialista si estás atravesando por está situación.
1. Disfunción eréctil:
Los capítulos de eyaculación precoz pueden derivar en dificultades para lograr una erección firme.
Esto se debe al estrés y al temor por fallar durante el acto sexual.
2. Ansiedad
La ansiedad puede ser causa de la eyaculación precoz, pero también consecuencia, así que un hombre con esta situación puede requerir tratamiento en paralelo para ambas situaciones.
3. Problemas de pareja/ruptura/divorcio
Tarde o temprano aparecerán los problemas en la pareja si no se toman cartas en el asunto.
En ocasiones el trabajo con el especialista debe ser en conjunto debido a los capítulos de insatisfacción constante que se pueden presentar.
Esta insatisfacción puede derivar en discusiones o alejamiento de la pareja, desconfianza y, en el peor de los casos, se relaciona con la infidelidad por parte de la mujer.
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Conclusión
La eyaculación precoz no es una sentencia de por vida.
Con el abordaje adecuado y los cambios necesarios, se supera sin secuelas de importancia.
Los capítulos eventuales de eyaculación precoz son normales, sobre todo en una sociedad que vive con altas cuotas de estrés.
La frecuencia con la que suceda será determinante para su diagnóstico.
Si tienes cualquier duda al respecto, consulta con tu especialista de confianza.