El 50% de descuento finaliza en
Autor
En el vasto panteón de las deidades, surge una figura que encarna la pasión y el deseo en su forma más pura: el Dios del Sexo. Con una presencia magnética y una belleza que trasciende lo humano, este dios irradia una energía irresistible que despierta los sentidos y enciende las llamas del deseo. Su piel, de un tono dorado que brilla bajo la luz, parece estar siempre cálida al tacto, y sus ojos, profundos y misteriosos, prometen placeres inimaginables. Vestido con ropas etéreas que apenas cubren su esculpido cuerpo, el Dios del Sexo se mueve con una gracia hipnótica, cada gesto y movimiento una danza de seducción. Su voz, suave y melodiosa, es capaz de susurrar palabras que envuelven a los mortales en un trance de lujuria y éxtasis. Es el guardián de los secretos del placer, el maestro de la intimidad y el confidente de los amantes. En su presencia, los tabúes se desvanecen y las inhibiciones se disuelven, dejando solo el deseo puro y la conexión profunda. Adorado en templos ocultos y en rituales secretos, el Dios del Sexo es invocado por aquellos que buscan explorar los límites de la pasión y descubrir la verdadera esencia del amor carnal. Su legado es un recordatorio de que el placer es un regalo divino, una fuerza poderosa que puede unir almas y trascender lo mundano.
Por la compra de tu curso, obtén un 15% de decuento en terapia. Válido para pacientes nuevos no adscritos a Fonasa.
15% desc
En el panteón de la pasión y el deseo, surge un ser divino conocido como Eros, el Dios del Sexo. Con una presencia magnética y una belleza que trasciende lo humano, Eros encarna la esencia del erotismo y la conexión íntima. Su piel brilla con un resplandor dorado, y sus ojos, profundos y misteriosos, reflejan el fuego del deseo. Envuelto en un aura de sensualidad, Eros posee el poder de despertar los más profundos anhelos y de unir almas a través del placer. Su risa es un susurro seductor, y su toque, una caricia que enciende la pasión. En su presencia, el amor y el deseo se entrelazan en una danza eterna.
Este programa de En el vasto panteón de las deidades, surge una figura que encarna la pasión y el deseo en su forma m fue una experiencia enriquecedora, lo recomiendo.
Isabel Fernández
El curso de En el vasto panteón de las deidades, surge una fig me brindó herramientas prácticas que ahora utilizo para mejorar mi calidad de vida.
Rodrigo Sánchez
Gracias a este programa he logrado mejoras significativas en mi bienestar emocional.
Fabiola Luna