A priori, lo primero que muchos piensan es que estar en pareja es uno de los grandes logros que cualquier humano pueda alcanzar.
Visto de manera superficial, la compañía de alguien más y la posibilidad de compartir valores y sueños es más que deseable, pero cuando nos adentramos en las profundidades de muchas relaciones, entendemos que no todas son color de rosa.
Algunas son verdaderas cárceles en las que sus ocupantes sufren restricciones de libertades de diversa índole: intelectual, física, relacional y emocional, pero aun así deciden permanecer en ellas.
Para ponerles un nombre, el síndrome de Estocolmo funciona bastante bien, aun cuando este no se describa como un hecho aplicable a las parejas.
A continuación, conocerás qué es y la forma en que relaciona con el mundo de las parejas insanas.
- También te interesa leer: ¿Es cierto que la mujer hace el duelo durante la relación? Te interesa saberlo
¿Qué es el síndrome de Estocolmo?
El síndrome de Estocolmo es una reacción en la que una persona se identifica con su captor.
No es instantánea, así que se da a lo largo de días, semanas o meses.
A través de ese tiempo, el secuestrado o la secuestrada, llegan a sentir cariño y hasta se pueden enamorar de la persona que los mantiene en cautiverio.
Tal respuesta es explicada por algunos especialistas como un mecanismo de supervivencia, una especie de adaptación que le brinda protección psicológica y física a quien vive la situación para no que tener que afrontar la tortura de la agresión.
Incluso, se pueden sentir agredidos por las personas que intenten rescatarlos. No solo se trata de una identificación con un captor, sino de una aversión a quienes quieran ayudarlos.
¿Cómo se manifiesta el Síndrome de Estocolmo en la pareja?
Así como una persona secuestrada minimiza su sufrimiento con su respuesta, algo similar sucede con alguien que esté en una relación de pareja en donde sea víctima de maltrato.
Si tienes una pareja que te maltrata emocional, verbal o físicamente y manifiestas amarle a toda costa, aun cuando haya personas que intentan mostrarte el riesgo de estar en esa relación, entonces puedes asociar lo que te sucede con el Síndrome de Estocolmo.
Este tipo de relaciones suelen tener dependencia económica o afectiva, además de capítulos frecuentes de infidelidad y aislamiento.
Por ejemplo, si tu pareja te exige que te alejes de tus amigos y círculo familiar, estamos hablando de un grado de violencia que raya en el secuestro, aun cuando tengas ciertas libertades.
Toma en consideración que una relación de pareja no es una cárcel ni un escenario en donde tú dejas de hacer lo que te gusta para poder encajar. Al contrario, aquellas parejas en las que se evidencia mayor bienestar son aquellas en donde la libertad es parte de la ecuación.
Por supuesto, nos referimos a las libertades consensuadas, a aquellas que no dañen a la otra persona.
Algunas características específicas de vivir bajo esta situación son:
- Sientes inseguridad acerca de tu relación
- Experimentas ansiedad o depresión sin otra causa comprobable
- Te sientes cohibido o coartado cuando estás en presencia de tu pareja
- Excusas todos sus comportamientos dañinos y los justificas
- Has dejado de frecuentar amigos o de hacer lo que te gusta para evitar que se moleste
- Sientes agotamiento y cansancio de lidiar con la situación
- Buscas complacerle de todas las formas posibles
¿Cómo liberarte del una relación con Síndrome de Estocolmo?
Si estás leyendo esto y vives una situación como la que se describe, entonces tienes un paso ganado. Las siguientes son opciones que te ayudarán a liberarte de esa relación en la que estás sufriendo.
Toma de conciencia
Hacerse consciente de lo que te está sucediendo en fundamental para poder avanzar. Si crees que todo lo que vives en tu relación de pareja es normal o que está bien, entonces te será más difícil romper el ciclo tóxico en el que estás o pedir ayuda.
Para que tomes consciencia es necesario que hagas una revisión profunda de lo que sucede y que te preguntes si es eso lo que quieres realmente para tu vida.
Observa tu cuerpo y los síntomas que estés experimentando como temblores, angustia, tristeza «injustificada».
El apoyo de los que te rodean
Como el aislamiento del Síndrome de Estocolmo te aleja de las personas que te quieren y te pueden ayudar es tan notorio, en un primer momento puede ser difícil que pidas ayuda.
Incluso puede que sientas vergüenza porque creas que pensarán en que solo los buscas ahora que te diste cuenta de lo que te sucede. Todo cambio de este tipo es incómodo y tendrás que llegar a la encrucijada en donde las opciones son dos: seguir en esa relación o arriesgarte a pedir ayuda.
De cualquier modo, explica la situación y pide que se te escuche evitando los juicios rápidos.
Aléjate de tu pareja
¿Suena duro? Piensa entonces en la posibilidad de quedarte y determina qué es más duro.
Muchas personas permanecen en una relación de pareja porque tienen la convicción firme de que pueden cambiarla y esto no es así. Al contrario, tu permanencia ahí solo reforzará su conducta porque siempre le ha funcionado para que te quedes.
- También te interesa leer: Descubre si eres víctima de una relación tóxica [10 señales claras]
Ayuda psicoterapéutica
Salir de un proceso como el que vive una persona con Síndrome de Estocolmo en la pareja no es sencillo. Son muchas las situaciones vividas que pueden impedirte avanzar y que requerirán ayuda de especialistas.
Si bien es cierto que los amigos y familiares conforman un soporte fundamental, también lo es que ellos no están capacitados en la gestión de esas consecuencias que tanto dañaron a la persona afectada. Si este es tu caso, encuentra ayuda psicoterapéutica profesional para que te impulses realmente a sanar las heridas de haber convivido tanto tiempo con alguien como tu pareja o, en caso de que ya hayas terminado la relación, expareja.
_________________________
Si quieres recibir atención profesional personalizada para abordar este u otros asuntos relacionados con la salud psicológica, agenda tu sesión online ahora mismo y experimenta el bienestar que tanto deseas.
