Mucho se habla acerca de soltar a alguien o a una situación. Por supuesto, esto no se refiere al acto físico, sino al psicológico y, para algunos, hasta el hecho espiritual.
De cualquier modo, es mucho más fácil decirlo que hacerlo. Es como si dar el consejo o pensarlo fuera a un ritmo distinto del que nuestras vivencias y sentimientos pueden ir en realidad.
A continuación, conocerás esas acciones específicas que construyen el acto de soltar y algunas consideraciones para que el proceso tenga mayores posibilidades de éxito.
¿Qué significa soltar a la persona que amas?
Soltar es un término abstracto y difícil de visualizar. De hecho, si te pedimos que te lo imagines ahora mismo, notarás lo difícil que es imaginárselo en una imagen.
Puedes visualizarte corriendo o preparando un café, pero la idea de soltar a alguien es mucho más difusa y compleja.
En tal sentido, es comprensible que muchas personas lo intenten y fracasen en el intento. Claro, si ni siquiera comprenden qué significa soltar a la persona que aman, tal dificultad tiene sentido.
Soltar implica dejar ir, no solo en lo físico, sino en lo sentimental. Soltar significa no aferrarse y deconstruir (o derrumbar) ese conjunto de expectativas que habíamos construido con la persona que amamos. Soltar es aceptar que esa persona ya no será parte de nuestras vidas, al menos no como la imaginábamos. Soltar es, incluso, aceptar que él o ella, estarán con alguien más que no eres tú.
¿Cómo dejar ir a alguien que amas?
La fórmula exacta no existe. No te esfuerces en seguir una. Cada uno de los consejos que te compartimos tiene además un trasfondo que merece revisión.
De algo sí estamos seguros, entre más en serio te lo tomes y mayor disposición tengas para soltar a esa persona, antes te sentirás bien y seguirás con tu vida como te lo mereces.
1. Reflexiona acerca de cuál era el propósito de esa relación
Son muchas las relaciones que no están basadas realmente en el amor. No negamos que él esté presente, pero la motivación mayor puede ser otra.
Hay relaciones que son un salvavidas para no ahogarnos en nuestros miedos: miedo a estar solos, a no ser reconocidos, a crecer y a ser responsables de nosotros mismos.
¿Tiene sentido tener una relación de pareja cuyo fin principal es mantenernos distantes de nosotros mismos? Aunque la respuesta rápida, para algunos, sea no, sí lo tiene y no es otro que el de evitar el malestar de estar sin pareja.
Sin embargo, esto está lejos de contribuir a la felicidad y al verdadero bienestar, ese que se experimenta más allá del enamoramiento de las primeras fases.
2. Abandona la idea de los resultados inmediatos
No pasaste un día con esa persona. Pasaste meses y hasta varios años. No esperes sentirte bien enseguida. El duelo no se supera de inmediato ni en unos pocos días. No te engañes. Admitir que no estarás bien durante un tiempo es como aceptar que tienes un resfriado y que sentirás lo que te toque sentir mientras pasa.
Apurar el proceso es un sinsentido porque lo que ocultes terminará apareciendo más adelante.
3. Pide ayuda profesional
¿Por qué algunas personas creen que deben afrontar solos el hecho de soltar a alguien? Porque no confían en lo que los profesionales saben o porque trivializan lo que sienten.
De hecho, en momentos de duelo amoroso se suele promocionar ideas como la de que un clavo saca otro clavo o el consumo de alcohol o grandes dosis de helado (como en las películas) para afrontar el dolor.
Nada de esto es realmente productivo y solo funciona como parches para postergar un dolor que seguirá vivo en tus adentros.
4. Contacto cero
Soltar a la persona que amas es tener la disposición de no saber nada más sobre ella, al menos hasta que hayas sanado.
Es fácil caer en la tentación de ubicar a esta persona en redes sociales para ver si está sufriendo como tú, pero este tipo de acciones son contraproducentes porque puede que ni siquiera la esté pasando mal o, si lo está pasando, lo esté enmascarando con un montón de fotos de momentos gratificantes.
Por otra parte, mantener contacto vía telefónica, a través de WhatsApp o correo electrónico, solo fomentará conversaciones que no te permitirán avanzar. No te sometas a ese dolor.
Soltar es entender que la otra persona tiene una vida más allá de la que tuvo contigo y que tú también. Soltar es tomar la decisión valiente, pero humilde, de no querer controlar nada con respecto al vínculo.
Si en algún momento pueden retomar el contacto, que sea desde la tranquilidad de sentirte bien y de haber hecho tu trabajo, no desde la desesperación.
5. Apóyate en amigos y familiares
El ocio puede hacerte ceder en tu propósito de soltar a esa persona. No se trata de que te cargues de ocupaciones y actividades, pero sí de que tengas momentos con esas personas que realmente puedan ayudarte.
Tener un círculo de apoyo es fundamental. Si no lo tienes, inscríbete en actividades que te permitan crearlo. Los cursos, talleres y la colaboración en las fundaciones son opciones válidas para lograr este cometido.
Conclusión
Soltar a alguien a quien amamos puede ser una de las experiencias mas difíciles y dolorosas que enfrentamos en la vida. Ya sea por una ruptura, una relación tóxica o una pérdida, es importante aceptar los sentimientos de tristeza y dolor que esto puede causar.
Sin embargo, también es fundamental aprender a soltar y dejar ir a esa persona para poder avanzar en nuestra vida. Esto puede requerir tiempo, paciencia y un proceso de sanación emocional.
Es importante enfocarse en uno mismo, en nuestras necesidades y metas, y rodearnos de personas positivas y de apoyo. Al final, soltar a alguien que amamos puede ser liberador y ayudarnos a encontrar la felicidad y la paz interior.
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