Algunas mujeres pueden sentirse agobiadas por la constante y excesiva preocupación por la salud del bebé, o por el sentirse poco cariñosa o mala madre.
La depresión post parto puede comenzar en cualquier momento luego del parto, aunque suele hacerlo durante las primeras tres semanas.
Normalmente hablamos de estar “deprimidos” cuando nos sentimos algo tristes y con poco ánimo. Sin embargo, cuando esto es muy intenso y se vuelve una manera recurrente de sentirse, se puede comenzar a hablar de un trastorno depresivo. Los trastornos depresivos afectan, en general, más a las mujeres que a los hombres teniendo estas casi el doble de riesgo de padecer síntomas depresivos.
En especial, el período posterior al parto constituye un momento de la vida de las mujeres donde suelen sufrir de estos síntomas. Cuando estos síntomas depresivos son muy intensos y duraderos, se les considera un tipo especial de depresión denominado depresión post parto. Esta se caracteriza por:
- Intensa tristeza y llanto
- Perdida de ánimo y energía
- Cambios bruscos de humor
- Pérdida del apetito
- Irritabilidad
- Problemas de sueño
- Sentimientos de culpa
- Fatiga
- Sentimientos de ser incapaz de sobrellevar el cuidado y las necesidades de su hijo(a)
Los principales riesgos que acarrea la depresión post parto se dan en torno al cuidado del bebé recién nacido. De acuerdo con el Ministerio de Salud, entre los riesgos de no tratarla se encuentran la mala alimentación del bebé, efectos negativos en el vínculo entre la madre y el hijo, y en el desarrollo del niño a nivel emocional, conductual y cognitivo. Incluso, algunas madres pueden comenzar a sufrir de ideas obsesivas y de rechazo hacia su bebé. Muchas veces el estigma, la culpa o la vergüenza de las madres con depresión tiene como consecuencia que no pidan ayuda y que no se les diagnostique a tiempo, y por lo tanto, se demoren en recibir tratamiento. El no tratar la depresión posr parto de manera adecuada y oportuna puede llevar al deterioro del cuidado propio y la intensificación de los síntomas. Por lo tanto, es importante que las mujeres que hayan sido madres recientemente tengan presente que la depresión post parto es algo que puede ocurrirle a cualquier mujer y que no tengan miedo en solicitar ayuda oportuna a algún profesional de la salud.
He estado triste y he tenido un peor ánimo desde que tuve a mi hijo ¿tengo depresión post parto?
¡No necesariamente! Es muy común y se estima que le sucede a más de la mitad de las madres que durante los primeros días posteriores al parto tengan sentimientos de tristeza, ansiedad, cambios de humor, problemas para dormir o que lloren mucho. Esto se debe principalmente a los fuertes cambios hormonales que ocurren en su cuerpo luego del parto y a su nueva condición de maternidad. Sin embargo, estos episodios se caracterizan por ser muy pasajeros y no suelen requerir tratamiento. A esto se le conoce como “tristeza posparto”, “disforia posparto” o “baby blues”. A diferencia de esto, la depresión post parto se puede presentar después de un tiempo, y se caracteriza por tener síntomas mucho más graves, intensos y duraderos, los cuales pueden llegar a interferir en la capacidad de la madre de cuidar de si misma y de su bebé, y a durar desde algunos meses hasta un año.
Por lo tanto, te recomendamos que si es que te has sentido de esta manera durante un tiempo o con mucha intensidad, consultes a tu médico o algún profesional de la salud, ya que mientras antes solicites ayuda, mejor. De esta manera podrás recibir el tratamiento que necesitas, y comenzarás a sentirte mejor contigo misma y a cuidarte mejor tanto a ti como a tu bebé.
Si solicitas ayuda a algún profesional de la salud, las principales formas de tratamiento que puedes recibir son las siguientes:
- Psicoterapia: Consiste en tratar los problemas, sentimientos y preocupaciones con un profesional de la salud mental, como un psicólogo.
- Medicamentos: Para la depresión post parto se suelen recetar antidepresivos, y a veces un tratamiento de regulación hormonal.
- Grupo de apoyo: Son grupos de personas que están pasando por situaciones o experiencias similares, y se reúnen regularmente a compartir sus vivencias.
Autor: Sebastián Rosende