El apego es un vínculo afectivo que se desarrolla en los primeros años de vida de un bebé, es el lazo afectivo que se llevará a cabo entre el niño y su cuidador, mediante sus cuidados, contención y tranquilizar al bebé cuando éste lo requiera. Este vínculo de apego es tan importante para el bebé ya que permitirá desarrollar sentimientos de seguridad, la percepción de sí mismo y como explorar el mundo.
Este proceso afectivo consiste en satisfacer las demandas físicas, fisiológicas y afectivas del bebé cuando éste lo demande, y que tan dispuesto este física y psicológicamente el cuidador a realizar esta tarea, es lo que determinará la calidad del apego, llámese apego seguro o apego inseguro. Para tal efecto se necesita de padres o cuidadores que estén comprometidos con una crianza respetuosa hacia los niños, que se conectan con ellos y reconozcan sus necesidades y por sobre todo amen y respetan a sus niños como son. Todo niño es diferente y experimentará situaciones de estrés diversas, en las que buscará la protección y cuidado de su figura de apego, incentivando la seguridad del niño, permitiendo que vaya a explorar el mundo.
¿Qué es el apego y cómo entender sus distintos tipos?
El apego es un proceso afectivo que está presente a lo largo de la vida del ser humano, siendo en la infancia el momento determinante en el que se establecerá un determinado patrón vincular. Es así como desde este patrón se intentar explicar la influencia de este vínculo temprano con las futuras relaciones de parejas, hermanos, amigos y otros tipos de relaciones que se establezcan durante la vida. También permitirá reconocen emociones y estados emocional como el abandono y la frustración.
Ya en la adultez se mantiene modelos mentales más bien estables, los cuales se van conjugando con experiencias de vida de cada sujeto, determinándolo en un nivel interpersonal. Existe una gran oportunidad de que estos modelos mentales cambien en el tiempo, con nuevas experiencias y relaciones significativas para el sujeto, como es el espacio terapéutico, el cual proporcionará al paciente una nueva experiencias y formas de relacionarse
En ocasiones llegan pacientes con un tipo de apego inseguro, el cual han venido repitiendo a lo largo de sus vidas, mediante relaciones poco sanas, o tóxicas, por ejemplo, en el amor, como también otro tipo de relaciones interpersonales dañadas. Es entonces desde el quehacer profesional del Psicólogo que debe proporcionar una base segura al paciente que le permita explorarse a sí mismo y las relaciones que lo rodean. Es aquí donde nace la importancia del vinculo terapéutico, ya que la figura del psicólogo debe formar un lazo de confianza con su paciente que le permita resignificar la figura de apego. El psicólogo será una herramienta de cura en el proceso terapéutico, ya que el cambio en el estilo de apego estará mediado por el vínculo que se establezca entre Psicólogo y el paciente
Desde esta perspectiva la labor del Psicólogo, en el quehacer profesional, promueve modelos terapéuticos que faciliten la relación terapéutica con el paciente, trabajando la inseguridad en la manera de vincularse que presentarían en el inicio de la terapia, permitiendo que este nuevo vínculo facilite un apego seguro, que proporcione al paciente una mayor confianza en sí mismo y en sus relaciones cercanas.
En este momento del proceso terapéutico será importante entender la historia de vida del paciente y que éste sea consciente de su propia historia. Para así ir trabajando esas huellas emocionales creadas en la infancia, explorándolas y acogiéndolas en un espacio terapéutico, respetuoso y de contención emocional.
También es relevante esperar el tiempo que cada paciente tenga para ir abriendo camino en el trabajo terapéutico, indagar en sus miedos, anhelos y desventuras. Si bien todos somos diferentes, por lo tanto cada paciente será un mundo distinto en el cual nos vamos a relacionar.
Desde el ámbito de la emocionalidad es relevante trabajar junto al paciente las emociones que existen a la base de cada tipo de apego, y así como también las emociones del cual es portador al momento de llegar a terapia. Es indispensable dar sentido a esas emociones, promoviendo la expresión de ellos, su posterior regulación, lo que permitirá al paciente darle un sentido a su emocionalidad, logrando una nueva y satisfactoria experiencia en el espacio terapéutico
No es fácil decidir y tomar el camino de realizar un trabajo Psicoterapéutico, más hoy en día en que se vive muy apresurado, con altas cargas de estrés en distintos ámbitos de la vida, familiar, laboral etc. Cada día somos menos conscientes de nuestras emociones lo cual nos impide conectarnos con nuestro ser interior. Sin embargo hay muchas personas que sufren a diario emocionalmente, y en un acto heroico deciden asistir a terapia en busca de ser escuchados y contenidos, dejando aflorar su niño interno que llora desesperanzado buscando una salida a tanto sufrimiento.
Desde el quehacer profesional se debe estar dispuesta a tomar la mano de ese paciente que sufre y juntos descubrir el mejor camino para superar su dolor psíquico, entregando las mejores herramientas para que el paciente salga fortalecido de este proceso terapéutico, caracterizado por un espacio de confianza que proporcione una nueva experiencia vincular al paciente.
Autor: Mabel Herrera