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Infidelidad: ¿Cuáles son sus motivos?

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infidelidadCada vez es más común el que muchas parejas consulten al psicólogo debido a situaciones de infidelidad que derivan en un quebrantamiento en la lealtad amorosa. Por lo general,se atribuye esto a que uno de los dos está llevando en secreto una o más relaciones extraconyugales. Ante esta situación surge un desequilibrio en la dinámica de la relación de pareja.

“He descubierto que él –o ella- me ha sido infiel desde hace ya algún tiempo. Siento que ya no confió en él –o ella- por haberme hecho esto….no sé si aún le ame”. Es, regularmente, con estas frases, o similares, que las parejas llegan a consulta psicológica, habiendo decidido buscar ayuda en un tercero – formado profesionalmente para dar apoyo en este sentido- en vista a que se han agotado los recursos de afrontamiento o solución o no se ha sabido cómo sobrellevar este conflicto.

En estos casos, no es solo un motivo el que influye; sus causas pueden ser múltiples, estando relacionadas con la personalidad de cada individuo, así como con las pautas de relación que ha establecido la pareja. De esta manera la monotonía, el aburrimiento, la insatisfacción, la curiosidad, la soledad, la necesidad de ser validado/a afectivamente por otro/a, la comunicación deficiente, la necesidad de venganza y las crisis pueden ser determinantes implícitos en cualquier situación de engaño.

El cómo se afronta un hecho de infidelidad por parte de cada uno de los individuos implicados en ello, está estrechamente relacionado con las emociones, los sentimientos y el pensamiento reflexivo y simbólico; es decir, con lo que cuenta todo ser humano para poder adaptarse a los cambios y oportunidades que emergen en la vida.

Respuestas emocionales frente a la Infidelidad

Las respuestas emocionales que surgen en estas circunstancias, son formas básicas que “están a la mano” del individuo en tanto reacción espontánea ante el descubrimiento de la traición. Se podría decir que, más allá de la voluntad y el discernimiento, estas formas son autónomas, reflejándose su manifestación principalmente a través de la furia, la ira y el desprecio. Pero tal descubrimiento no afecta solo a quien se ha sentido traicionado, sino además a quién ha efectuado esta traición; de esta manera quién ha sido descubierto también responde desde su emoción, básicamente con miedo o ansiedad.

El despliegue de las emociones como forma de afrontamiento de la infidelidad no se da aisladamente de lo que afectivamente comienza a emerger en los individuos. Los sentimientos surgen paralelamente a las emociones en tales circunstancias de la vida en pareja. Es así como al desprecio le sucede el odio, la aversión, la tristeza y la decepción en la persona que se siente engañada; por su parte en la persona que se siente culpable, es el remordimiento y el arrepentimiento lo que comienza a afectar sus ánimos.

Este panorama emocional y afectivo se complejiza cuando lo que pudiera ser una solución directa al conflicto, como decir que “yo me siento engañada/do y por lo tanto necesito una disculpa y verte arrepentido/da para poder perdonarte y volver a estar bien ambos”, no tiene cabida o razón de ser. Es aquí cuando la ambivalencia emocional y afectiva altera el sentido común de lo que podría ser una solución, ya que, por ejemplo, la mujer u hombre responsables de la deslealtad también han podido estar sintiendo furia, ira, desprecio y tristeza; y la mujer u hombre víctima de tal deslealtad también miedo, ansiedad, culpa y remordimiento. Es esta posición de conflicto un campo de dudas e incertidumbre que confronta a cada uno con sentimientos encontrados y opuestos, siendo necesaria una salida a esta contradicción en miras a un mejor vivir.

El papel de los celos

Los celos, como respuesta conjunta a lo emocional y afectivo en estos casos, operan en la dimensión del pensamiento, conformados en ideas que persisten una y otra vez ante la posibilidad de futuros engaños. Más que ideas irracionales -como suele suceder en el caso de la celotipia donde no existe confirmación de infidelidad como tal-, los celos aquí se constituyen como una forma de defensa ante lo que podría llegar a repetirse, y que, por sus efectos negativos anteriores, la persona no se siente en la condición moral para poder sobrellevarlo nuevamente; esto es, el que la persona amada continúe restando atención en favor de otra, junto al daño emocional concomitante.

En terapia de pareja

En lo específico de las parejas que consultan por infidelidad, lo que se aborda en terapia, tiene que ver, en primera instancia, con identificar cuál es la manera en que la pareja está sobrellevando la situación; cómo lo está viviendo cada uno y en relación al otro. Así mismo, el psicólogo trata de captar cuales son las necesidades de la pareja en tanto deseo de continuar con la relación como tendencia a la separación, con el fin de aclarar este panorama y poder guiar en la búsqueda y elaboración de lo que significaría y pesaría para cada uno y como familia cualquiera de estos dos caminos.

Valdría tener en cuenta que la infidelidad no necesariamente significa el final de la relación; podría estar aludiendo más bien a un síntoma normal dado el movimiento que la relación está teniendo, según también los cambios que cada uno de los individuos está experimentando como parte de su desarrollo psicológico y proceso vital. Entre las principales causas que evitan el rompimiento, además de los fuertes vínculos afectivos, se encuentran el temor a la soledad, evitar un daño al otro, no conflictuar a los hijos y no modificar la calidad de vida. Todos estos factores entran en juego en el proceso terapéutico, en vías a replantear significativamente la posición de los individuos respecto a sí mismos en relación al otro, para de esta manera generar un mejor terreno sobre el cual construir nuevas decisiones y formas de relación tendientes a una autentica transformación y bienestar.

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