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Tercera Edad: La Importancia De La Espiritualidad En El Adulto Mayor

tercera edad

La espiritualidad puede entenderse como un conjunto de sentimientos, creencias y acciones que suponen una búsqueda de lo trascendente, sagrado o divino, y contribuye a dar un sentido y propósito a la vida. En el proceso de envejecer, como en la evaluación de la vida al aproximarse a la muerte, pueden surgir conflictos, confusión y sufrimiento, la concepción que las personas tengan acerca de lo que hay más allá de muerte. Se puede sostener que todo profesional que trabaja con adultos mayores, y en particular los profesionales de la salud mental, deben poder considerar los referentes espirituales del propio individuo para ayudarlo de buena forma con los problemas que puedan surgir en el proceso de envejecimiento (Petersen, 2007).

adulto mayorÚltimamente, el tema de la esperanza de vida y del envejecimiento es un tema en el cual hay que comenzar a poner ojo, puesto que se han observado crecimiento de esta población como nunca se ha visto en la historia. Este hecho ha resaltado la necesidad de pensar sobre la vejez y sobre el proceso que este produce denominado como el envejecimiento. Ya que se está haciendo necesario la adaptabilidad de la sociedad (Que incluye desde el trato social hasta las construcciones de edificios) para la integridad de ellos.

El tema de la espiritualidad en los adultos mayores es un campo que está siendo muy reciente estudiado científicamente, pero retomado por parte de la psicología. Digo que está siendo retomado, puesto que a partir del siglo XX los psicólogos ignoraron está parte intangible del ser humano, pero que antes era parte de estudio de dicha ciencia (Pargement & Mahoney, 2002). El positivismo se encargó de volver a tocar este tema, recordando que la psicología tenía tres misiones originales; La cura de los trastornos mentales, el hacer la vida de las personas más productivas y plenas, e identificar y fortaleces a las personas talentosas.

Espiritualidad Y Religión en la Tercera Edad

Hay variedad de opinión respecto si la espiritualidad va de la mano con el término de religión, esto va a depender de la posición de cada autor. Por ejemplo, para Rivera-Ledesma y Montero-López (2005) la religiosidad es de naturaleza social, y son un conjunto de conocimientos, ritos, normas y valores que rigen la vida de un individuo que está interesado con la divinidad, pero que la espiritualidad es singular, especifica y personal, que se caracteriza por un sentimiento de integración con la vida y se vive como la experiencia de lo divino. Así mismo, los autores Green, Benshoff y Harris-Forbes (2001) indican que los miembros de una religión expresan su devoción de manera colectiva, ya sea en una iglesia, sinagoga, mezquita, etc. Pero la espiritualidad es un acto más privado que tiende a evitar las estructuras externas formales de los rituales pre-establecidos. Se puede sostener que ser religioso es a menudo ser espiritual, a lo menos parcialmente, pero el ser espiritual no implica necesariamente ser religioso (Petersen, 2007).

tercera edadPor la contraparte, Pargement y Mahoney (2002) señalan que tanto la religiosidad como la espiritualidad se pueden expresar social e individualmente, y ambas tienen la capacidad de promover o impedir bienestar. Señalan que así como la espiritualidad es la búsqueda de lo sagrado, la religión es la búsqueda de significado en formas relacionadas con lo sagrado, es decir, la religión vendría siendo un tipo de herramientas para alcanzar este nivel de espiritualidad en que la persona confía y pone sus valores espirituales. Peterson y Seligman (2004), hablan que tanto la espiritualidad como la religiosidad hacen referencia a las creencias y prácticas basadas en la convicción de que existe una dimensión trascendente, no física, y que todas las culturas tienen concepciones y representaciones respecto al origen de los temas centrales de la vida, como el sentido y su propósito, es decir, pone en énfasis en que la espiritualidad vendría siendo universidad, siendo entendida como algo cultural que ofrece reglas y valores. Benjamin y Looby (1998) plantean este mismo postulado de Peterson y Seligman, firmando que la espiritualidad es universal porque existe fuera como dentro de los contextos religiosos.

Para Kliewer y Staultz (2006), cada persona tiene su particular cultura espiritual que es producto de la combinación de su espiritualidad personal y de las experiencias espirituales o esquemas culturales a los que ha sido expuesto, es decir, que vendría siendo inculcado por medio de un aprendizaje experiencial del momento de tiempo y espacio en el que la persona se sitúa. El Instituto Nacional para el Cáncer de Estados Unidos define la espiritualidad como profundos sentimientos y creencias, a menudo religiosas, que incluyen una sensación personal de paz, propósito, conexión con otros, y creencias acerca del significado de la vida (Petersen, 2007).

Hoy por hoy, se conocen buenas razones por las cuales la espiritualidad debe ser estudiada, puesto que por una parte, las creencias y experiencias religiosas y espirituales son parte integrante de la personalidad (Peterson & Seligman, 2004).

El factor Espiritual como agente de Salud en el Adulto Mayor

El autor Cheryl Delgado plantea que existe una fuerte conexión espiritual que puede mejorar la satisfacción con la vida o facilitar la adaptación a determinados impedimentos o situaciones problemáticas en la etapa del envejecimiento (Delgado, 2005). Se ha encontrado que las creencias religiosas y espirituales contribuyen a la habilidad para enfrentar efectivamente enfermedades, discapacidades y eventos vitales negativos.

A continuación se presenta los aspectos más importantes de la salud y el bienestar entre los miembros activos de una iglesia y religión en los procesos de la vida de la adultez y el envejecimiento (Véase el cuadro 1).

Activos en una religión en la adultez Activos en un religión en el envejecimiento
 

– Presión sanguínea diastólica mucho más baja.

– Sufren menos hospitalizaciones.

– Tienden a tener estilos de vida más saludables.

– Tienden a evitar el abuso de alcohol y drogas y los comportamientos sexuales riesgosos.

– Tienen sistemas inmunes más fuertes que sus contrapartes.

– Muestran significativamente mejores resultados al sufrir alguna enfermedad.

 

– Menores problemas relacionados con el alcohol y el tabaco.

– En la mayoría, nula sintomatología de depresión y ansiedad.

– Disfrutan de buena salud física y mental.

– La fe religiosa parece proteger la enfermedad cardiovascular y el cáncer, y parece evitar por mayor tiempo la invalidez funcional.

– Bajo niveles de estrés y sin temor a la muerte.

Beneficios de una religión en el envejecimiento:

  1. Presión sanguínea diastólica mucho más baja.
  2. Sufren menos hospitalizaciones.
  3. Tienden a tener estilos de vida más saludables.
  4. Tienden a evitar el abuso de alcohol y drogas y los comportamientos sexuales riesgosos.
  5. Tienen sistemas inmunes más fuertes que sus contrapartes.
  6. Muestran significativamente mejores resultados al sufrir alguna enfermedad.
  7. Menores problemas relacionados con el alcohol y el tabaco.
  8. En la mayoría, nula sintomatología de depresión y ansiedad.
  9. Disfrutan de buena salud física y mental.
  10. La fe religiosa parece proteger la enfermedad cardiovascular y el cáncer, y parece evitar por mayor tiempo la invalidez funcional.
  11. Bajo niveles de estrés y sin temor a la muerte.

Fuente: Koenig, G., McCullough, M., & Larson, D. (2001). Handbook of Religion and Health. New York: Oxford University Press.

Algunos autores concluyen que se justifica con buenas razones la inclusión de la espiritualidad en los programas de apoyo psicosocial dirigidos a pacientes oncológicos, puesto que como se puede ver, las contribuciones son notorias en un estilo de vida que conlleve un propósito de vida basado en una religión.

Envejecimiento Positivo Y Espiritualidad

Para hablar de un envejecimiento positivo, se hace necesario definir la contra parte. Muñoz (2002) explica que el envejecimiento normal, o senescencia, alude a la etapa del ciclo vital en la cual se aprecian cambios biológicos, psicológicos y sociales, y decrementos benignos propios de la edad. La noción de envejecimiento patológico, también denominado senilidad, corresponde a la concepción biomédica tradicional del desarrollo humano, que enfatiza las disfunciones observadas en el ser que envejece (Petersen, 2007). Para Villar, Triadó, Resano y Osuna (2003), un envejecimiento exitoso ocurriría cuando las personas sienten satisfacción por poder adaptarse a las situaciones cambiantes de su vida, se sienten auto realizados al realizar estas acciones que les permite seguir en vigencia con el mundo que les rodea.

rosarioErikson parece ser el primer autor que se ocupa del envejecimiento y la vejez desde un punto de vista psicológico, y lo conceptualiza como un proceso y no como una declinación. Es decir, para este autor, en donde escribió su documento el año 1966, en la tercera edad ocurriría un conflicto entre la integridad y la desesperanza. Lograría la integridad en el proceso vital de la persona a medida que envejece al superar una serie de cambios internos y externos, es decir, la persona es posible adaptarse a los triunfos y desilusiones, haber perdido a sus pares, pero también haber producido ideas que prevalecen. Alcanza un orden y un sentido espiritual, la cual es la aceptación del propio ciclo de vida. Cuando hace falta o perdida de la integración, se hace presente cuando el individuo no acepta este proceso vital y expresa temor y desesperanza.

Erikson, 30 años después de la publicación de su teoría (2000) añade una última etapa, y señala que entre la edad de los 80 y 90 años conlleva a nuevas exigencias distintas a las etapas anteriores, revalorizaciones y dificultades contempladas esta novena etapa. Los logros de esta última etapa serían la esperanza (Al igual que en la primera) y la fe, tomando esta última como la convicción de algo trascendental, o simplemente algo que no se ve.

Vaillant (2002) dice que el envejecer disminuye los ritmos de vida de una persona y deja tiempo y espacio para disfrutar las cosas sencillas y simples que antes no se les prestaba atención. Disminuye las pasiones y aumenta la capacidad de estar calmado interiormente, y esto produce que lo lleva a contemplar la muerte y a familiarizarse con el dejar de ser, con el pensar del termino de todos los seres vivos, tener una conexión y encarnación con este proceso de ciclo vital de todo cuerpo vivo. Vaillant deja en claro que las relaciones interpersonales, los vínculos, tanto informales como familiares y sociales, son los que favorecen un envejecimiento exitoso, pero no la religión, sin embargo, otros autores si han encontrado mejorías vistas anteriormente. Este mismo autor plantea 6 tareas o grandes quehaceres en esta etapa de vida:

1.- Cuidar a otros y mantenerse socialmente útil.

2.- Mantener la integridad; Aceptar el pasado y aprender de la generación siguiente. 3.- Esforzarse por su autonomía.

4.- Disfrutar la vida, mantener el sentido de humor.

5.- Ser tolerante con los aspectos de la vejez, aceptar la necesidad de dependencia.

6.- Tratar de mantener contacto e intimidad con viejos amigos y hacer nuevas amistades.

Finalmente el autor Tornstam (2003) formula una teoría que plantea que en este proceso de vida, propio del envejecimiento, ocurre un fenómeno que se caracteriza por un gran potencial de esfuerzo general hacia la gerotrascendencia. Esta consiste en un cambio en la metaperspectica, desde una visión de mundo materialista y pragmática a un más cósmica y trascendente. La gerotrascendencia sería el estadio final de un proceso natural hacia la madurez y la sabiduría, que no necesariamente está asociada a creencias o prácticas religiosas. El autor plantea una dirección más hacia adelante o hacia afuera, que incluye una redefinición de la realidad, y aclara que esta teoría es más bien una semilla que pueda, en las condiciones adecuadas, germinar y desarrollarse.

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