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Anorexia infantil: obsesión que llega a los más pequeños

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¿Has escuhado sobre la anorexia infantil? Ésta es la escena: dos pequeñas de unos 11 años modelan ropa infantil para la marca Ona Saez, las redes sociales pusieron el grito en el cielo, el cual se extendió por América Latina, y no fue por la belleza del corte y confección de las prendas, la extrema delgadez de las menores era la causante de la molestia. Cuento corto: la marca eliminó las fotografías sin hacer declaraciones al respecto.

Las estadísticas son claras, 1 de cada 100 niñas-adolescentes padece de anorexia, el mayor riesgo está en los 14 a 18 años, aunque existen casos que van desde los 12 a los 25 años. De esta manera, la anorexia infantil afecta del 0,5 al 3% de la población mundial de adolescentes: la tercera enfermedad crónica más común dentro de este grupo de edades.

En términos simples, la anorexia es un trastorno de la alimentación en la que una persona restringe gravemente su ingesta alimenticia hasta el punto de adelgazarse excesivamente y, a veces, esto la acerca a la muerte. La clave está en que muchas veces la decisión de bajar de peso obsesivamente es precedida por un evento significativo, tal como una pérdida afectiva, un fracaso académico, conflictos familiares o una enfermedad física. A eso, podemos agregarle la publicidad y los cánones de belleza que nos entregan los medios de comunicación.

Existen dos tipos de anorexia: la anorexia nerviosa restrictiva y la anorexia nerviosa purgativa/compulsiva. La primera es un cuadro clínico donde los pequeños logran un bajo peso a través de dietas muy restrictivas, ayuno muy prolongado, y abundante ejercicio de alta intensidad. Respecto del segundo tipo, incluye a pacientes que recurren de forma puntual o sistemática a atracones o purgas.

Cómo detectar los síntomas de la Anorexia Infantil

Cuando vemos padres comprometidos, lo primero que deben saber son los síntomas de esta enfermedad, porque este trastorno pasa generalmente inadvertido debido a que las acciones orientadas a bajar de peso son ocultadas.

Los chicos y chicas que presentan este trastorno evitan comer en situaciones familiares o públicas, su actividad preferida es hablar de comida y preparan alimentos para los demás, asimismo es frecuente observar que este trastorno se presenta en pequeños con una baja interacción social. Pueden presentar logros importantes en el área académica y deportiva y son muy perfeccionistas.

Según los expertos, el aspecto físico también es otro delator, aparte de la extrema delgadez, las manos y los pies cambian de color por el tema de la circulación sanguínea. Luego, tenemos que toman un tono naranjado por los cambios en la forma en que el hígado procesa la vitamina A. Sin embargo, hay pequeñas que padecen anorexia y con frecuencia se sienten animadas y llenas de energía. Pueden hacer ejercicios durante horas para quemar las calorías de algo que comieron, sin embargo, tienen problemas para dormir, estreñimiento severo y complicaciones dentales al inducirse el vómito.

¡Ojo! Un menor sin tratamiento adecuado llega a tener tales dificultades nutricionales, que el resultado es la muerte a causa de un ritmo cardíaco anormal lo que produce un ataque masivo al corazón.

Si vamos en la pesquisa, no sería malo someter al cálculo del Índice de Masa Corporal (IMC) al enfermo, para tener pistas de lo que podría ser una pérdida de peso que ha llegado a los límites obsesivos. En Internet podemos encontrar un sinfín de calculadoras que nos darán el resultado que buscamos referente a este tema.

Causas clínicas

Según los estudiosos del tema, la anorexia infantil puede abarcar tres aspectos, psicológicos, orgánicos o funcionales. En el primer aspecto, tenemos una posible relación conflictiva con la madre o cuando la madre o alguna otra persona de la familia también es anoréxica, ya que los niños suelen imitar conductas.

De acuerdo al aspecto orgánico, la anorexia infantil puede deberse a una enfermedad subyacente que provoca inapetencia.

Si se trata de un aspecto funcional, es decir, una alteración en el desarrollo del hábito alimentario, estos malos hábitos de alimentación pueden llevar a los niños a la anorexia.

El alimento: una medicina indispensable

Así las cosas, no es posible mejorar a una persona con este trastorno si no come, por lo tanto, el alimento se vuelve una medicina indispensable.

Las intervenciones terapéuticas pueden ser muy variadas y abarcar psicoterapia individual y familiar.

En caso de haber presencia de una patología concomitante como depresión, conductas impulsivas, agresivas, ansiedad o problemas con el sueño, se utilizan medicamentos.

La clave: tratamiento interdisciplinario

El tratamiento debe ser abordado interdisciplinariamente, ya sea con nutricionistas, psiquiatras y psicólogos. Muchas veces se debe internar al niño o niña, restablecer su peso y revertir los signos de inanición, así como mejorar su conducta alimentaria.

Además se debe tener una buena alianza entre el paciente y su familia. Finalmente, mejorar el funcionamiento social, como su reinserción escolar y recuperar las redes de apoyo.

Preocupación más allá del peso

Pero ¿Qué ha llevado a los y las pequeñas a rechazar un peso corporal normal mínimo para su edad y talla? ¿Qué los lleva a este miedo extremo a ganar peso? ¿Cómo es que el peso se convierte entonces en lo que va marcando el paso de lo que es una autoimagen positiva o negativa?

Las interrogantes son varias, preguntas abiertas para reflexionar como padres, familiares, amigos, profesores o entorno cercano. Por ahora, prevenir parece ser la clave para que esta enfermedad no avance a pasos agigantados y nos robe lo que más adoramos, nuestros niños.

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