“Natalia mientras realizaba sus tareas cotidianas en el hogar, sintió un fuerte dolor en el brazo y pecho, por lo que en un primer momento pensó que estaba sufriendo un infarto.
Al acudir de emergencia al centro médico, le realizaron todas las evaluaciones respectivas, sin embargo el médico que la atendió, concluyó que no se encontró ninguna anomalía cardíaca, el punzante dolor en su pecho, era una neuralgia, consecuencia de una crisis de ansiedad.”
¿Cómo esto es posible? Los trastornos mentales, en su mayoría poseen ciertos patrones o características tanto a nivel cognitivo, conductual y/o físicamente, es por ello, que una persona al presentar alteraciones emocionales, su cuerpo puede reflejar una descompensación similar a la de una patología física, tal como le sucedió a Natalia, quien creyó que tenía un infarto.
Sin embargo, es necesario destacar que un infarto así como puede desarrollarse por un problema congénito, también es capaz de originarse o fortalecerse por aspectos emocionales, sin embargo, esto lo detallaremos más adelante.
Pero, ¿qué son las enfermedades psicosomáticas?
Tal como su nombre lo indica, la somatización hace referencia al cuerpo, el cual está relacionado a la mente “psico”. Al ser una enfermedad, claramente se asocia a la alteración del cuerpo por un problema generado en el sistema nervioso, o provocados por una serie de factores psicológicos.
Por su parte, la persistencia de ciertos pensamientos o emociones negativas a largo plazo, pueden ocasionar o fortalecer igualmente enfermedades crónicas, las cuales son capaces de poner en riesgo la vida del individuo, tales como:
- Hipertensión
- Cardiopatías
- Convulsiones
- Problemas intestinales
- Fibromialgia: Ocasionando dolores musculares y fatiga
- Debilitamiento del sistema inmunológico
Causas de las enfermedades psicosomáticas
Las enfermedades psicosomáticas actualmente están determinadas en el Manual de Diagnóstico y Estadístico de las Enfermedades Mentales (DSM), permitiendo determinar el tipo de trastorno, dependiendo de las características somáticas que pueda presentar el individuo.
Químicamente, estas enfermedades se generan debido a que existe un incremento desmesurado de ciertas hormonas a nivel cerebral, que suelen afectar al organismo, como la adrenalina o el cortisol, o que en un efecto contrario exista una escasez de las mismas como en el caso de la serotonina.
En su mayoría, dichas patologías suelen estar relacionadas a trastornos mentales, como el estrés, ansiedad y depresión, o aquellas que estén asociadas a las emociones, como la sobrexigencia o los conflictos, sin embargo, existen otras emociones determinantes:
- Ira u hostilidad
- Miedo
- Incapacidad para poner límites
- Necesidad de dependencia
- Intolerancia a la vida
- Perfeccionismo
- Ansiedad social
¿Alguna vez te ha pasado que tienes una reunión muy importante o un examen final en la universidad, y tuviste que dedicar gran parte de tu tiempo en ello, ocasionándote que incluso el día de la gran entrega te resfriaras o presentaras problemas estomacales? Posiblemente hayas presentado una somatización por estrés.
Síntomas comunes
- Dolores de cabeza
- Dolores o tensión muscular
- Neuralgias en pecho
- Calambres
- Problemas para respirar
- Adormecimiento de las extremidades
- Mareos
- Náuseas o vómitos
- Desmayos
- Trastornos del sueño: Agotamiento o insomnio
La mayoría de estos síntomas ocasionan un peligroso aumento de la actividad cerebral, reforzando otras enfermedades físicas que pueda estar presentando el individuo.
Es por ello, que si ha sido totalmente descartada la existencia de una patología física, pero los síntomas persisten, es de suma importancia, tomar cartas en el asunto, mediante una evaluación psicológica, con un especialista en el área, permitiendo obtener un diagnóstico mucho más sólido y concluyente.
Tratamiento de las enfermedades psicosomáticas
Normalmente, la mayoría de las enfermedades psicosomáticas son tratadas con ansiolíticos o fármacos en general, debidamente recetados por un especialista, que pueden ayudar durante una temporada, aunque es necesaria la terapia psicológica, para que el paciente pueda progresar positivamente y disminuya las somatizaciones generadas por su entorno (presión social, problemas familiares o laborales), o por algún problema cognitivo o conductual.
Existen alternativas naturales altamente efectivas para controlar significativamente las enfermedades psicosomáticas, como el té de manzanilla o la valeriana, las cuales poseen propiedades relajantes, permitiendo que los niveles de angustia disminuyan considerablemente, así como las actividades físicas al aire libre, como el deporte o que generen un estado de relajación.
El gran dilema de las enfermedades psicosomáticas
Un de los retos que enfrenta la psicología clínica y psiquiatría, es que en la actualidad una gran cantidad de diagnósticos físicos, son tratados como tales, y no son evaluados en su trasfondo, es decir no se realizan los esfuerzos necesarios para definir las causas y entender la existencia de la somatización, por miedo a cometer el error o perder tiempo en seguir haciendo otras evaluaciones, que en realidad son de importancia, ocasionando que incluso sean consideradas como una silenciosa o invisible enfermedad.
Por tanto, existe una fuerte lucha por tratar de determinar a tiempo las enfermedades psicosomáticas, para que así se tomen las medidas necesaria, antes que puedan desencadenarse las enfermedades crónicas inicialmente mencionadas, y que a su vez conlleven en el peor de lo escenarios, desde daños irreversibles cognitivamente hasta la muerte.
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